lunes, 6 de febrero de 2012

ARTURÍN


Habló María Gámez y ocurrió lo inevitable; subieron los productos de primera necesidad, el gasoil y hasta los preservativos. Hay quien dice que su lengua provocó movimientos telúricos extraños al afirmar que era muy raro que el Alcalde de Málaga hubiera pasado de no tener comunicación alguna con Fomento, a una colaboración extrema. Habría que recordarle a la hija del farero con menos luces que un barco pirata que Francisco de la Torre, siento escribirlo, no pudo conseguir que los entonces ministros socialistas se le pusieran al teléfono ni una sola vez. Me cuenta mi garganta profunda que la gaditana tuvo mucho que ver en las negativas a entregar a Málaga el Benítez sin contraprestación alguna. Nada extraordinario si tenemos en cuenta el odio que le profesa a la Ciudad del Paraíso.



Alguien dijo alguna vez que escribir no es estar ausente, sino adquirir la ausencia, ser alguien para después irse, dejando sólo trazas. Yo no pretendo dibujar trazas de mi personaje, sino hacer trozos a los corruptos. Con María no es muy difícil pues tiene el cerebro hecho jirones a tenor de sus estúpidas declaraciones. Ahora que ha sido elegida como miembro de la ejecutiva federal del PSOE- hay que tener ganas de suicidarse- quiero alertarles de un asunto sobre la portavoz de la agrupación socialista en el ayuntamiento de Málaga. Un caso que tiene que ver con su hermanísimo Arturo.



Arturo Gámez está de baja desde el 4 de abril del 2011. Desde entonces se ha dedicado a sus negocios y a publicar libros que luego vende por 22 euros la pieza. Como no me gusta acusar sin pruebas, hela aquí: http://www.casadellibro.com/libros-ebooks/arturo-gamez/157519 A este tipejo que estuvo destinado, nadie sabe por qué, a la Delegación del gobierno que dirigía su hermana, se le permitía salir y entrar sin fichar y no se relacionaba con nadie. Allí dedicaba sus horas a llevar la campaña de su hermana en las redes sociales. Mientras María montó su despacho de campaña en la misma delegación. Dicho de otra manera, con nuestro dinero esa familia se dedicaba a sus aventuras electorales. Vistos los resultados, no me extraña que Arturín se diera de baja por depresión.



Cuando las mujeres están deprimidas comen, te torturan o van de compras. Los hombres, en cambio, invaden otro país. Desgraciadamente para todos, cuando a Arturo Gámez le envuelve la bruma de la depresión, se dedica a los negocios y a escribir libros. Digo yo que sería momento para que alguien abriera una investigación al respecto. El problema es que María pasó parte de su vida profesional en la Delegación de Salud de Málaga, y claro sus contactos han podido facilitar a su hermano una “cómoda baja por depresión” sin comprobaciones molestas. Así que lo de la inspección es una quimera tan grande como el Dorado. Puede que los lerdos que llevan mucho tiempo jugando al escondite con la inteligencia, vean normal que un tipo se recupere de la tristeza escribiendo libros mientras cobra de los presupuestos, pero a mí me resulta escandaloso. Quiero añadir que he luchado contra estos ladrones de guante blanco en todos los artículos que he escrito. Pocos son los que me han escuchado, o han hablado del latrocinio institucionalizado. Ya empieza a ser tarde. Los andaluces deben escuchar y admitir la oscura noche de la esclavitud que nos acecha y que será peor que la muerte. Es ellos o nosotros.


Sergio Calle Llorens

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