lunes, 31 de octubre de 2011

EL PLENO PARO


Guardo bajo llave en el ático de mi memoria algunos recuerdos de mi niñez. Momentos de felicidad inmensa en compañía de mis seres queridos. Aquel niño dichoso que soñaba con países lejanos, piratas y barcos a los que asaltar se convirtió en el hombre que ahora soy. En definitiva, fui rapaz cuando me tocó serlo y me convertí en adulto en el momento justo. Ni más pronto, ni más tarde. Por eso creo que aprendí pronto aquella máxima de los celtas que concibe al ser humano como un árbol que crece hasta llegar a algo cercano a la perfección. Y aunque jamás sea algo parecido a la excelencia, estoy convencido que soy mejor persona que en el pasado. Además sigo mirando el mundo con ojos de niño, y tal como entonces me sigue asombrado la estupidez humana.

Uno de esos recuerdos tiene que ver con mi hermano pequeño al que trataba de macarle unos goles antes de volver al colegio. Mi pariente, sorprendentemente, comenzó a realizar paradas espectaculares. Por un momento pensé que era el mismísimo Arconada. Así que le chuté con más fuerza, pero no había manera de batirle. Y todo ante los repetidos ruegos de mi madre para que dejáramos la dichosa pelotita pues se hacía tarde. Pero el mundo no existía para nosotros. Yo seguí disparando auténticos misiles y mi hermano parando hasta que un tiro esquinado salió de mi bota. Aquello sólo significaba una cosa: El gol era mío. Pero el muy cabezón viéndose batido prefirió abrirse la ceja contra la pared antes que dar su brazo a torced. Aquel día, lo recuerdo, el niño terminó en urgencias y yo castigado a pesar de que puse en funcionamiento mi mente española tratando de presentar una excusa plausible: “Es que, es que”. Ni es que, ni leches- me respondió mi madre- mientras limpiaba la sangre al herido. Aquel día aprendí el significado de la palabra responsable.

La responsabilidad es uno de los valores y pilares más fuertes del éxito. No es la principal manera de llegar a la victoria, es la única manera porque sólo siendo responsable se puede tener un futuro mejor. Eso explica porque la Junta de Andalucía y los gobiernos socialistas nunca podrán resolver el problema endémico del paro. Sencillamente no lo reconocen y si lo hacen, echan balones fuera. Este mismo año Pepito Griñán llegó incluso al esperpento de culpar del paro a China. Algo que concuerda muy bien con las declaraciones del secretario general de economía de la taifa andaluza Gaspar Llanes, para quien “el éxito económico de Andalucía y su gran capacidad de crecimiento se han vuelto en su contra”. La frase que no deja de ser un insulto a la inteligencia no explica las causas por las que el desempleo español triplique al alemán a pesar de haber sufrido la misma tasa al comenzar la crisis. Tal vez todo pueda ser explicado por el hecho de que los socialistas españoles negaron la crisis, y los germanos se pusieron a trabajar para luchar contra ella. Lo dicho es una cuestión de responsabilidad. Pero claro es mucho más fácil echar la culpa del desempleo a Canovas del Castillo, al dictador Franco, a la conjunción planetaria antes de decir; señores nos hemos equivocado y hay que empezar de nuevo. Así, la secta de la rosa sigue con aquello de Sostenella y no enmendalla. Como dice el dicho latino “errare Humanum est, perserverare autem diabolicum, que en Andalucía es socialista.


Por todo lo expuesto, cada vez que se dan las cifras del paro escucho con atención las estúpidas justificaciones de los socialistas andaluces. Los mismos retrasados mentales que llevan casi tanto tiempo gobernando como Franco. Esos que gastaban dinero en campañas de la segunda modernización o de Andalucía imparable. Chaves, Zarrías, Griñán y todos sus compinches se comportan igual que un niño que no sabe como justificar lo injustificable. Abren la boca, tartamudean un torpe es que, es que… pero no pueden terminar la frase porque la realidad es testaruda. Y es la siguiente: A día de hoy, Andalucía es la región con más paro de Europa. Tiene más población que Cataluña, y sin embargo la mitad de hospitales, es la tercera comunidad por la cola en inversión sanitaria por habitante y la última en facultativos, en enfermeros y en especialistas. Sus escolares farfullan un dialecto incomprensible-más que nos pese a todos- con un fracaso escolar del 38% frente al 14,9% de la UE. Podría seguir aportando datos hasta final de año para sonrojo de los del capullo, pero dudo mucho que sirviera de algo. Esos tipos no tienen vergüenza y son como el caballo de Atila, por donde pasan no vuelve a crecer la hierba.

Coda: Es que, es que los socialistas son una pandilla de inútiles. Así de simple y así de duro.


Sergio Calle Llorens

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