domingo, 25 de septiembre de 2011

DE TRAIDORES



Desde hace más de un lustro defiendo la tesis siguiente; votar al PSOE en Málaga supone un acto de traición imperdonable. Al fin y al cabo la formación crepuscular bermeja ha sido la responsable de la marginación de la provincia que crea más riqueza- según todos los indicadores económicos- en la taifa andaluza. Y todo por fomentar a una casta política y a un valle junto a un río verde. Desgraciadamente han sido los puñales de los hombres más cercanos a esta tierra los que han permitido esta felonía. Y es que como dice un proverbio chino, es más fácil esquivar la lanza que el puñal oculto. Al menos así fue al inicio de la autonomía andaluza que sólo nos ha traído desgracias y agravios imperdonables. Puede que ustedes no quieran recordarlos, pero aquí estoy yo con mi pluma para que nadie los olvide.



Porque hubo un tiempo en los que por poner, Málaga puso hasta los muertos en la lucha por la autonomía. Fue con nuestra sangre, nuestro esfuerzo y nuestros impuestos por donde se ha nutrido la Andalucía dormida y de la subvención. Una región regida por las manos vagas que mecen la cuna. Curiosamente en vez de ser agradecidos con los que pagamos este esperpento andalusí, la Junta y sus agentes malagueños han hecho todo lo posible para perjudicarnos. Sí, desde la muerte de Caparros hasta la elección de Zoido como presidente de la FEMP, esta gente no ha querido jamás nuestro desarrollo. Por eso se oponen a todos los proyectos e ilusiones de esta tierra. El tren litoral, los hospitales, el saneamiento integral son sólo la punta del iceberg de un gran plan que quiere mantenernos bajo el yugo de su estupidez. Yo todavía recuerdo como en Málaga capital la Junta llegó a prohibir que hubiera indicaciones de los hoteles, porque afirmaba que la ciudad no era turística; o aquel proyecto de instalar Eurodisney en la Costa del Sol, que las manos bastardas de esos señoritos andaluces guardaron bajo llave en un cajón. Y todo porque el parque debía para en Sevilla y en ningún sitio más, hasta que los americanos se fueron a Paris, hartos de tanto cenutrio verdiblanco.



Para mantener al pueblo en el engaño, la Junta ha contado con la ayuda inestimable de numerosos medios de comunicación afincados en esta provincia rebelde. Les hablo de periódicos que han sido el portavoz perfecto para calmar a los ciudadanos con proyectos mil veces prometidos. Desgraciadamente, estos plumillas no han llegado a entender que uno de los grandes tesoros de la vida es tener una conciencia honrada y pura completamente alejada de la traición. Esto se explica por el cobro de la publicidad institucional que desemboca en la confraternización con la casta política sureña. Y es que la Junta siempre ha pagado generosamente a traidores. Schopenhauer afirmaba que más traiciones se cometen por debilidad que por propósito firme de hacer traición. La debilidad de muchos malagueños tiene el color de las monedas de plata con las que se vendió Judas. Denarios cobrados para atacar a todo aquel- que como el que suscribe- denuncian el centralismo de la Junta de Andalucía. Por eso nos llaman provincianos y localistas cuando desde nuestras tribunas denunciamos la discriminación que sufrimos. Aunque bien mirado, no deja de ser paradójico el hecho de que alguien que se cree descendiente directo de Jesucristo y María Magdalena señale a los demás sin ni siquiera sonrojarse. De cualquier forma amigos, estoy con el escritor francés Francois de la Rochefoucald cuando afirmó que los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen pena como traidores. Pero dejemos que el tiempo se cobra su pieza. Como epílogo decirles que la primera vez que me engañes la culpa será tuya, la segunda será mía. Les puedo asegurar que en mi caso no habrá una segunda vez. ¿Y en el suyo?


Sergio Calle Llorens

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