jueves, 14 de julio de 2011

LAS MARTAS


El gran problema de España es que nadie se hace responsable de sus acciones. Ni el matrimonio que pidió un crédito a sabiendas de que no podía pagar, ni el político corrupto. Aquí, piensan, todo es gratis y cuando los cimientos se mueven a sus pies, la culpa, como no podía ser de otra manera, es de los otros. La masa no quiere ser responsable de nada en un país donde ser un asesino de ETA tiene premio político y las víctimas son, siento decirlo, una molestia para los responsables de la ignominia. Ser corrupto, criminal o hideputa descerebrado supone no tener que morir para entrar en el cielo, mientras los ciudadanos cabales, honrados y lúcidos sufren los golpes de esta mafia criminal. Esta semana reflexionaba sobre ello cuando dos noticias vinieron a confirmar mis sospechas.



Por una lado, Marta Ferrusola, la amapola catalana de Jordi Pujol que afirmaba que sería un horror que se identificase al Barça con España, porque los españoles ya tienen como símbolo a los toros y a las manolas. Ojo como la jefa del clan de los Pujol, que hizo que sus vástagos ganaran millones a costa de la Generalitat, deslizaba la tercera persona plural para desmarcarse del resto de los españoles. En segundo término, estaba Marta Domínguez, libre de cargos de tráfico y administración de sustancias dopantes. A sus 36 años, la atleta española más laureada de la historia limpiaba su nombre de la operación Galgo dirigida por Rubalcaba. En ella, los detalles de la investigación aparecieron filtrados al panfleto socialista de El País. Les hablo de una auténtica campaña de desprestigio. Pero ahora, que ha quedado claro que es inocente, el periódico orgánico sigue sin pedir disculpas a la atleta. Al fin y al cabo, fue la Reina del grupo prisa la que hizo trizas la imagen de Domínguez.




Como ven, la palentina que ganó para España diferentes metales, que compitió por nosotros y que se envolvió en la bandera que nos representa a todos, fue víctima de la turba más estúpida que parió madre. Gente que se envalentona con los más indefensos. Sí, Marta sufrió un calvario de una trama sin base por el simple hecho de ser del PP. El ex lanzador de peso y ex capitán de la selección española de atletismo, Manuel Martínez afirmó ayer que la situación vivida por Marta Domínguez ha sido una vergüenza nacional. Y más si tenemos en cuenta que Camacho, secretario de estado de seguridad cuando la Guardia Civil puso en marcha la operación Galgo, es ahora el número uno de interior. Como ven, aquí los malos siempre son ascendidos, premiados y cuando se les pilla con las manos en la masa, hablan de mano negra o de conspiración fascista. Por eso, el País no rectificara y seguirá haciendo periodismo de alcantarilla apoyando a personajes crepusculares con tal de imponernos su visión del mundo y de España. Sin duda, continuarán con su intento de hacernos creer que el auge de los nacionalismos periféricos se debe a la derecha extrema cuando todos sabemos que la culpa la tuvieron los socialistas cuando permitieron que la educación fuera controlada por las autonomías. Y de esos polvos vienen esos lodos. Curiosamente, esos nacionalistas como Marta Ferrusola que escupen sobre la bandera de España, son los mismos que alzaban el brazo en Barcelona cuando entraron las tropas de Franco. Los mismos que volverían a alzarlo llegado el caso. Y es que las ratas siempre se han reproducido muy bien en la vieja piel de toro.


Sergio Calle Llorens

1 comentario:

  1. Pues yo que quieres que te diga amigo Sergio, si por amar a mi país y aborrecer a todos esos hijos de mala madre que se limpian el culo día sí y día también (tranquilo, a todos los cerdos les llega su San Martín) con la sagrada Rojigualda me llaman fascista (que no franquista, porque Franco era un pobre botarate que veremos a ver donde dá con sus huesos) pues nada, viva el Fascio, el Líctor ( No se si esos subproductos de la progresía sabrán que es) y cómo decía el lema del Ala 11 de nuestro Ejército del Aire en Manises, Suerte. vista y al toro (Excepto en Cataluña, con ñ, que alli ya no hay toros, sólo boussss).

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