domingo, 1 de mayo de 2011

MARÍA GÁMEZ LA TRAIDORA

María Gámez tiene el mismo oído para la política que Van Gogh para la música. Chica atocinada y algo lerda intenta, en vano, llegar a la Alcaldía malagueña con propuestas delirantes. Nada extraño si tenemos en cuenta de que la inteligencia la persigue pero ella siempre es más rápida. Hija de farero pero con menos luces que un barco pirata, no ha dudado en marginar a Málaga por orden de sus amos sevillanos. Aquí tienen su perfil.


María es la mejor representante de esa casta política que ha mamado las políticas estúpidas y siempre equivocadas de la Junta de Andalucía. Su experiencia en el mundo empresarial es nula. Con ella, Málaga perdió la sede de la cuenca mediterránea y el Plan Guadalmedina fue guardado en un cajón para desesperación de los malagueños. De su boca sólo han salido palabras propias de una indigente intelectual que no merece ocupar ningún cargo público que tenga que ver con el futuro de Málaga. Torpe como pocas, ha intentado apoyarse en unos supuestos expertos que son casi tan cenutrios como ella. Gente que debería haber resuelto las carencias mentales de su cabeza de majadera.

María es una mujer con tendencia a la exageración y a la fantasía. Es, por decirlo de alguna manera, de mente calenturienta que suele creerse sus propias mentiras. Con el tiempo ha llegado a dar por buenas sus escasas capacidades intelectuales. Algo normal, si tenemos en cuenta que lleva años ajena a la realidad de la calle. De su mente apenas han salido ideas para ayudar a sus familiares y amigos. De ella, se puede destacar su habilidad para tunearse el curriculum con la complacencia de la prensa vendida al poder, por aquello de la Junta si paga a traidores.

Gámez aplica a su escaso sentido de la realidad una ignorancia sincera y una estupidez concienzuda que amenazan con llevarse por delante todo lo bueno que aquí tenemos. María siempre se coloca en primera fila para ver, y la inteligencia detrás para observar su estúpida bellaquería. Eso sí, es leal a su familia y a sus empleadores sevillanos que la pagan con buen estipendio sus permanentes mamarrachadas. Probablemente sea la persona más fiel a la Junta de Andalucía que ha pasado por Málaga entre la secta del puño y la rosa. En cualquier caso, nadie en tan poco tiempo nos hizo tanto daño como la autoproclamada Cenicienta del PSOE. También le va el papel de mártir cuando es atacada por los que la detestamos profundamente, pero no debería atribuir a la malicia lo que se explica por su estupidez infinita.


Urraca de pensamiento zangolotino e insufrible vividora del sudor del de enfrente, María anda anclada en el sectarismo más absoluto y no soporta ni las críticas, ni los opositores. Su color favorito es el rojo aunque los malagueños la ponen siempre de verde mientras ella se pone morada a costa de todos nosotros. María es soñadora y le encanta madrugar, y a los malagueños les encantaría dejarla amordazada en algún árbol del bosque como hacían los galos con el insufrible bardo. Cualquier cosa antes de aceptar a la traidora de Málaga como alcaldesa.


Sergio Calle Llorens

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