Molly Rinwald ha
confesado varias veces como la gente la sigue parando por la calle para agradecerle la frase; “I just want them
to know that they didn´t break me “ en la película Pretty in pink del director Howard
Deutch. Lo mejor, como casi siempre, el guión del gran John Hughes. Un trabajo en el que el personaje de la pelirroja cae
bajo los hechizos de un joven de barrio rico.- Andrew McArthy que tiene menos gracia que el recibo de la luz. Una vez más, Hugues nos regala una historia de adolescentes que parecen más
adultos que sus mayores. Yo, como la muchachada con la chica de rosa, quiero agradecer al señor Hugues sus pinceladas artísticas.
Ayer mismo volví a
ver la cinta y, por un momento, solo por un momento, torné al fin de la década
de los ochenta. De nuevo pude ver a Ducky-
John Cryer hoy muy famoso por su participación en la serie Two and half men- interpretando un tema
de Ottis Redding en la tienda de
discos para impresionar a Andie- Molly
Rinwald- y sentí que todos, unos más
y otros menos, nos hemos dejado arrastrar por la chica de nuestros sueños sin
importarnos, tal vez no importe demasiado, estar protagonizando el más
espantoso de los ridículos.
Quizá haya muchos Duckys en el mundo. Chicos que, si nadie lo remedia, se convierten
en adultos para ver como el objeto amado siempre se va al baile de fin de curso
del brazo de otro tipo. Puede que el mundo esté lleno de Andies que, lejos de venirse abajo,
arreglan un vestido de mamá- más que nada porque no tienen dinero suficiente
para comprarse uno nuevo- para conseguir lo que buscan. El cortejo insistente y fracasado de Ducky
frente a la tozuda realidad del desamor. Pensaba en ello mientras escuchaba de fondo el
Pretty in Pink de Pshychedelyc furs
y, como casi siempre, supe que, como en la película, el mayor sacrificio que
un hombre puede hacer es dejar marchar, aunque duela, a la mujer que ama si,
por supuesto, eso es lo que ella desea.
Todos somos Ducky y
todos hubiéramos querido que él y Andie terminaran
juntos tras el baile de fin de curso aunque, bien pensado, el final de la
película pudiera recordar la cantidad de veces que las mujeres terminan con el
hombre equivocado.
Si no vieron la película, me la vean, porque vale realmente
la pena. Como curiosidad final quiero
recordarles lo siguiente; Molly Ringwald
es hoy una cantante afamada que, un día no solo hizo películas de culto
como de la que hoy les escribo, sino que también tuvo el cuajo de decir no a protagonizar películas como Ghost
o Pretty woman. Creo llegado el
momento de usar una de las frases que Ducky le regala en el film; May I admire you again today?
Sergio Calle Llorens
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