Hoy quiero rizar el rizo. Hoy, por supuesto, quiero dar un paso más al ser el primero en escribir una crónica de un partido que todavía no se ha jugado. Un encuentro entre el Málaga C.F y El Trampas, también conocido como Real Madrid. Ese conjunto que acaba de quitar la cruz de su escudo para que sus patrocinadores musulmanes no se ofendan. En resumen, una sociedad cuya religión tiene dos pilares; la corrupción y el dinero. Como les digo, el equipo de la Costa del Sol jugará el próximo sábado en La Rosaleda contra el equipo meseteño que goza de todo tipo de favores.
En cualquier caso, no quiero que piensen que estoy ejerciendo de Nostradamus. No aspiro a ganarme la vida como aquel pitoniso al que un potencial cliente llamó en el portero automático y éste respondió; "¿Quién es?- pues vaya mierda de vidente está usted hecho". Y claro se fue a gastarse las perras a otra parte. Sin embargo, son tantos años sufriendo robos por parte del club de la concha de su madre que tiene espinas, que todo se me antoja ciertamente previsible. Además, para entender la crónica deben apreciar que el Madrid lleva 15 partidos ganando de forma consecutiva y, como no podía ser de otra manera, la victoria en La Rosaleda es obligada para que todos los medios de comunicación, no añado blancos porque sería caer en la repetición, puedan hacer su agosto en noviembre vendiendo periódicos y audiencias de radio y televisión. Así que les adelanto que tienen ya hasta las portadas del domingo preparadas. He aquí un resumen de la crónica del partido que está por venir:
El Málaga C.F comenzó con gran brío el encuentro espoleado por la "ruiodosa afición local"- todo lo que no sea decir Madriz, es considerado ruido por los periodistas deportivos patrios- pero desperdició dos ocasiones claras de marcar. La temprana tarjeta a Welington por una falta en el centro del campo, hizo bajar la intensidad defensiva del Málaga hasta que un dudoso penalty a Ronaldo- la duda es por qué no pitó antes otra pena más- comenzó a decantar la balanza del lado merengue. Al filo del descanso, pudo haber manos de Marcelo en el área blanca. Al colegiado le reclamaban, además del penal no pitado, que le sacara al menos una tarjeta tras varias faltas cometidas con balón y sin balón. En defensa del trencilla hay que añadir que es un gran defensor de la tradición arbitral española en la que, en caso de duda y no hay tetuda, siempre se pita a favor del equipo blanco. Otros, en cambio, le defienden aplicando la doctrina Mato que no se enteró que era ministra hasta que la obligaron a dimitir. Algunas conversaciones amistosas con los jugadores de Ancelotti- que sigue compitiendo con Neymar en la continua violación de la lengua española- parecen dar la razón a los defensores de esta teoría. Es más, al colegiado se le oyó decir que él había venido a Málaga a disfrutar con unos amigos de las vistas del mediterráneo.
En la segunda parte, el Málaga estrelló dos balones en los palos. Luego vinieron las expulsiones de Welinton y Samu Castillejo. Momento que fue aprovechado por los merengues para marcar dos goles más, uno en clamoroso fuera de juego, pero como ya estaba todo el pescado vendido- además del que se comia el árbitro y futuro trabajador de Florentino- la cosa no tiene demasiada importancia. Así llegó el pitido final de un encuentro que lleva repitiendose de la misma manera desde hace más de 60 años. Comentário aparte merece el malagueño Isco que, visto el gran juego realizado, parece que hubiera nacido en el madrileño barrio de Salamanca y no junto al mar. Resultado final: Málaga C.F 0 Real Madrid 3.
Coda: El equipo de Tomás Roncero sigue escribiendo páginas legendarias en el mundo de los atracadores de banco. Y lo que les queda.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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