Mercedes Milá estrenó su programa Mongolia
sobre ruedas, aunque mejor le podría haber llamado mongola sobre ruedas. Sin
embargo, el espacio fue líder de audiencia en la república bananera de
Andalucía. Y es que a tontos, no nos gana nadie. Basta que haya un espacio
televisivo diseñado para mentes vacías para que el andaluz medio se siente
frente a la caja tonta para decirle; “te echaba de menos hermana”.
El andaluz es preso de su incultura y falta de
talento. Si no encuentra un programa digno de su incapacidad intelectual, acude
raudo a canal sur. Allí no se hablará de las ayudas a la sanidad cubana por
parte de la Junta ,
mientras hospitales como el Carlos Haya o el Clínico Universitario de Málaga
derivan cada vez más operaciones a la privada por no dar abasto. Tampoco será
noticia en el Nodo andaluz el cierre de quirófanos de los hospitales
malagueños. Si pasan alguna desgracia, el dudo acusador señala a Madrid y a sus
pérfidos ciudadanos.
Aquello que no sale en la tele de los
andaluces no existe. De ahí que aunque el bipartito andaluz no pague a los
abogados de oficio, si tenga para pagarle la minuta a los picapleitos que
defienden a su gente en los ERE fraudulentos. Como el andaluz no lee mucho,
tampoco tiene tiempo para centrarse demasiado en que ningún periodista de canal
sur tuviera a bien grabar ninguna imagen de los insultos a la juez Alaya. A
juicio del subdirector del ente autonómico, fue la casualidad la que privó a los
andaluces de ver como se las gastan los granujas de los sindicatos cuando les
pillan con las manos en la masa. En realidad, Joaquín Durán siempre tiene
tiempo de dar jabón a los suyos o, en su defecto, cubrirles con un manto espeso
de niebla tras el que ocultar sus fechorías.
El primate andaluz medio que permite este tipo
de sociedad es un peligro para el progreso y, a cada paso, demuestra que no
tiene nada que ofertar al resto de compatriotas. Cualquier español no nacido en
la taifa sureña asume que la marca Andalucía supone un esquematismo primitivo.
Un tormento que rezuma corrupción y malas artes. Un mal mayor que visto a la
luz del microscopio resulta grotesco y peligroso. La marca Andalucía no es un
mal necesario, es un mal con el que se puede acabar. Basta con devolver las
competencias a Madrid y cambiar su corrosivo y mediocre sistema educativo. Hay
que exterminar la marca Andalucía cuanto antes, por el bien de España y la
humanidad.
Sergio Calle Llorens
Un informe de la UE señala que Andalucia es la región más pobre de toda Europa. Eso significa que estamos ante un gran fracaso colectivo como pueblo. Señalar el camino es un deber que agradecemos a gente inteligente que se moja cada semana. No matemos al cronista apoyemosle.
ResponderEliminarDices bien pero eso, como vemos a diario, no tiene ninguna importancia para el andaluz lerdo. Ni siquiera se han mmovilizado por el robo a los parados. Luego se molestan cuando quedan retratados en mis artículos. Saludos.
EliminarUn fracaso colectivo cuya gran responsabilidad es de la izquierda que nos ha gobernado 33 años.
ResponderEliminarSegún el grupo Prisa la culpa es de Franco.
EliminarSolo hay que ver a sudamerica, gobernada por la izquierda, asi nos va.
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