Cuando se presentó en Málaga el proyecto para regenerar los
Baños del Carmen, uno de los lugares más míticos para la parroquia local,
estaba convencido de que los reventadores malagueños no tardarían en salir a
poner piedras, o peñascos, en que el proyecto viera la luz. Si supieran estas
mentes provincianas lo que cuesta encontrar a
inversores privados para rehabilitar un lugar público, no rebuznarían
con tanto ímpetu.
La regeneración del gran arquitecto Salvador Moreno Peralta sería realmente buena; zonas verdes, miradores, carriles bici, se mantienen los eucaliptos
y los Astilleros Nereo y la unión del Paseo Marítimo de Pedregalejo con el de
Pablo Picasso. En verdad, la belleza es la mejor palabra que define la
propuesta. Nada más presentarse, los socialistas se pusieron en contra pues
para ellos el lugar debe seguir siendo un refugio para perrosflauta. Además,
ven mal que la contraprestación que quiere la concesionaria sea construir un
hotel en los terrenos donde se encuentra un lavado de coches en la actualidad.
También verán mal que no le cueste un euro al contribuyente. Por cierto, el hotel iría enfrente de los
Baños del Carmen y, nunca, en la propia parcela de la que fuera última playa
privada de España.
Inicialmente la pandilla de reventadores comenzó una campaña
contra la regeneración de tan singular enclave, sin embargo, los colectivos de
los barrios marineros de Pedregalejo y el Palo han salido encantados de las
explicaciones del arquitecto que, por cierto, también les ha recordado que el
plan está abierto a propuestas y mejoras.
Los Baños del Carmen vienen a explicar muy bien el origen de
los problemas de Málaga; una ciudad que sólo defienden los que llegaron de
fuera. Demos un repaso histórico a la urbe y veremos que el desarrollo y todos los proyectos que han
funcionado han sido obra de forasteros. Desde los ferrocarriles con capital
inglés hasta las ideas liberales que importó la burguesía malagueña de origen
extranjero. Vinieron para invertir el vino y regaron con su sangre y su
esfuerzo la tierra que nació de una ola marina. Pero esta burguesía siempre ha
sufrido el acaso y la incomprensión de la población andaluza de Málaga que
vive, y vivía en los barrios populares. Tal era el resentimiento que llegaron a asaltar el corazón de Monte Sancha para
matar y destruir las villas de las únicas personas que habían creado las
industrias donde ellos trabajaban. Y lo volverían a hacer si pudieran.
Los descendientes de esa turba continúan haciendo de
reventadores. Se saben inferiores, porque lo son, y es tal su inferioridad que
ataca a todo aquel que venga a mejorar la ciudad en la que vive pero que no
ama. Nunca han puesto dinero para nada. Jamás han tenido una idea merecedora de
ser elevada a tal categoría. Son unos farsantes y huelen a mediocridad. No
saben nada de arte pero se atreven a opinar sobre si la estatua tal merece ser
colocada en algún punto de la ciudad. A esa gente no hay que preguntarle, sólo
enseñarle el buen camino como el buen pastor guía a su rebaño al corral pero no
le pide opinión sobre la decoración de casa. ¡Hasta ahí podríamos llegar!
Si el mundo fuera justo, en Málaga el voto de los forasteros
valdría el doble que el de esa pandilla de merdellones que escupe, hace
pintadas, grita y no es merecedora de la bendita tierra que pisa. Su opinión
sobre el Guadalmedina, los Baños del Carmen o el metro debe ser irrelevante.
Hemos de buscar un gobierno que busque la excelencia. Un gobierno de expertos
que no tenga en cuenta a los de pensamiento tan rematadamente andaluz. Hacerles
caso es un despropósito y un insulto a la inteligencia. Llevan años ensuciando
nuestras playas, viviendo de nuestra caridad y aún así, en vez de agradecernos
todo lo que hemos hecho por ellos, nos escupen a la cara. A veces, incluso, se
hacen los héroes por un día insultando a Sevilla, acción que nos recuerda su
patetismo.
Los Baños del Carmen son el escenario de una vieja batalla
inacabada entre la burguesía culta e ilustrada y la cofradía de patanes que se
opone al progreso de la capital de la provincia que más aporta a las arcas de
la taifa del sur. Hay que acometer el proyecto haciendo oídos sordos a la masa
chillona que no tiene nada que decir. Una vez completado el plan, será el
momento de ir a por el Guadalmedina tomando los Baños como modelo la
combinación público-privado para acometerlo. Primero protestarán, para terminar
disfrutando de ambos parajes como ahora hacen con el parque de la Cónsula. No dejemos, ni por un
segundo, que la merdellonería tenga vela en este entierro. ¡Hagamos realidad el
sueño de recuperar los Baños y al malagueño medio que se quede en sus reservas
espirituales del Perchel o la
Trinidad ! ¡Qué dejen de joder oiga!
Sergio Calle Llorens
A lo mejor es porque la inteligencia de esta gente brilla por su ausencia. Mire el caso de la UCAM que se quiere instalar en la antigua prisión provincial... a lo mejor el que no se entera soy yo, pero a mí me parece que eso sólo le haría bien a la zona, las cafeterías, las tiendas y a lo mejor hasta nos quitamos a los indeseables que quedan por lo palomares, que por cierto la semana pasada me despertaron a las 3:15 de la mañana y tuve que llamar a la policía porque le reventaron el bar a un vecino para llevarse un televisor de mierda y el dueño que sale de trabajar a las 9 de la tarde y abre a las 6 de la mañana se tuvo que presentar allí a las 3:45. A lo mejor prefieren que pase como en tabacalera que después de dejarse un pastón el Ayuntamiento este todavía sin uso. No se... ya te digo, a lo mejor soy yo el que no entera.
ResponderEliminarSaludos
Sergio G. Miranda
Amigo Sergio, creo que es la entrada más dura que le has dedicado a Málaga. No me ha gustado nada. Saludos
ResponderEliminarPilar
Tu problema es que te crees alguien... un tío que pone que es espadachín y que se define como lo más..... tienes exceso de egocentrismo colega.... No hables mal de los malagueños, yo soy una malagueña media y por supuesto que me preocupo por mi ciudad... Disculpa si no vivo en Monte Sancha o en el Limonar... soy una pobre administrativa que trabaja y vive en un barrio humilde pero que no admite que se la trate como tú has tratado a más de media Málaga....
ResponderEliminarPuntualizaciones;
ResponderEliminar1: No me tutee, ni siquiera para dedicarme sus rebuznos.
2: Es evidente que se ha sentido identificada con los merdellones, pues ajo y agua.
3: ATacar a alguien por lo de la esgrima sólo demuestra que es usted una descerebrada profunda.
4: Siga viendo Canal Sur.