jueves, 17 de enero de 2013

EL VIAJE DE VALDERAS


 Desde que el Viceconsejero de Relaciones Institucionales y Polítical Local, José Luiz Tapias anunciara el viaje de Diego Valderas a Palestina, los andaluces comenzaron a lanzar dardos contra el incompetente dirigente comunista. Para evitar que la cosa pasara a mayores, la Junta afirmó que el coste de la excursión a Palestina no llega a 4000 euros. Una cantidad que, como todos sabemos, no hace ninguna falta en la región más atrasada de España. Además, argumentaba, el vicepresidente de la república bananera de Andalucía había sido invitado por la autoridad nacional de palestina, que, ni es autoridad, pero sí una mierda de nación.

El señor sordo como una Tapia, y algo lerdo, llegó a afirmar que el viaje solidario tiene un coste mínimo para la sociedad andaluza. Y, por supuesto, he de darle la razón. El coste enorme, es mantener a una casta política muy similar, en número y en habilidades, a los zánganos. Eso sí, si sumáramos los costes mínimos de la taifa nos saldría un saldo suficiente para comprar todos los territorios americanos que, antaño, estuvieron bajo la corona española. También defendió la criatura que el viaje no se anunciara hasta que el Vicepresidente estuviese en su destino. Incluso, ojo al dato, "se llegó a informar al Ministerio de Asuntos Exteriores y al consulado en Israel". Toda una deferencia, debió pensar el indocumentado, pero es que es una obligación de todos los representantes públicos que hacen viajes más o menos oficiales al extranjero. Otra cosa, claro está, es el hecho de que intentaran ocultar a la opinión pública el viaje solidario que culminará, lo que se entera uno, con la inauguración de la Casa de Andalucía en Palestina. Un centro donde comprobar que la provincia de Cádiz tiene el mismo porcentaje de paro que “los territorios ocupados”.

Empero, no debemos de ser muy duros con Valderas. Pongámonos en su lugar; un ex repartidor de butano que es invitado a una visita oficial- pobre intérprete- donde dar suelta a su vena revolucionaria y, por supuesto, de gañote. Hará, aunque sea republicano, de rey mago repartiendo ayudas millonarias sacadas de nuestros bolsillos. Al fin y al cabo, este indigente intelectual no pudo soñar, ni por asomo, en vivir una aventura semejante siendo vicepresidente de una región española. Él, con sus limitaciones de oratoria, sus escasas lecturas y sus ademanes rústicos. Hemos de entender la felicidad de un hombre cuya máxima aspiración era limpiar las calles de Bollullos del Condado. Por otra parte, Valderas es consecuente con lo que siempre ha defendido su partido; la violencia revolucionaria. Por eso en el País Vasco ha ido de la mano de ETA, organización que ha matado a tantos andaluces a lo largo de los años y, por eso defiende la autodeterminación de pueblos como el catalán y el vasco. Nihil novum sub sole.

Conociendo las limitaciones mentales del comunista no me extrañaría que, incluso, se viera con los terroristas de Hamas. No obstante, me consta que el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de España ya le ha indicado de las terribles consecuencias que eso tendría. Más que nada por no importunar a la única democracia que existe en Oriente Próximo: Israel, una nación a la que en España debemos empezar a respetar como aliada en esa lucha a muerte que mantenemos con el islamismo radical. También deberíamos aprender a llamar héroes a esos israelíes que no pueden permitirse perder ni una sola guerra, pues sería la última. Si ellos caen, nosotros seremos los siguientes. ¡Que Valderas y sus secuaces no lo sepan, no hace sino incidir en el hecho de que son unos indocumentados!

Imagino que habrá mucha progresía aplaudiendo con las orejas a IU por su "solidaridad" con Palestina. Creo no errar al decir que no me extraña con la tropa que tenemos. Después de todo, en España a los que defraudan en Suiza se les llama patriotas; a los que defraudan en Gibraltar antiespañoles,  a los que defraudan en Andorra separatistas y, por último, a los que defraudan a la razón abrazando la violencia revolucionaria con una hoz y un martillo se les llama demócratas. Cuando la minoría selecta y pensante sabe que todos los mencionados, sin excepción, son unos hijos de la grandísima puta.

Sergio Calle Llorens

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