viernes, 1 de julio de 2011

CUBA Y VENEZUELA


Contemplo la imagen de Fidel asesino Castro y Hugo Corroncho Chaves leyendo un ejemplar del diario Granma. Los dos van de uniforme oficial bolivariano de enfermitos- chándal- Uno hace de Maestro y el otro de Pequeño Saltamontes, mientras sus pueblos se mueren de hambre. Me pregunto que pensarán los venezolanos al ver como su presidente gorilón se ha operado de un tumor en el extranjero. Al fin y al cabo si Venezuela no tiene medios sanitarios para el primero de los venezolanos, qué esperanza pueden tener los más pobres de salir indemnes de un hospital de Caracas. Sí, me asalta la sombra de la duda, que es más sombría que dubitativa. Como en la famosa alegoría de La República de Platón donde el pueblo tan sólo podía dirigir la mirada hacia las sombras de los objetos que desfilan en manos de sus sirvientes por encima del muro. De tal guisa que los muy desgraciados estaban convencidos de que no hay más realidad que esas sombras. Los griegos de la Caverna, los cubanos y los venezolanos tienen querencia por el mundo de las sombras en el que han condenado al resto de sus compatriotas. Gentes que no tuvieron la suerte de saber nadar para escapar de la represión como acertadamente apuntó el cantante del Trío Taicuba. Cuba que se convirtió en una base militar soviética, que lanzó sus ejércitos a las guerras africanas y que sometió a su pueblo a una vulgar y cruenta dictadura ha sido el ejemplo tomado por Venezuela. Un país, otrora rico, que ha pasado en la actualidad a tener el mismo crecimiento económico de Honduras y El Salvador. Una nación donde se dan apagones diarios, donde falta la comida y sobran los muertos. Dime con quien te juntas y te diré quien eres. A pesar de ello, los amantes de la revolución van de sobrados y de perdonavidas. A ellos habría que recordarles que en la alegoría de Platón, un esclavo consigue salir de la caverna, conoce la realidad y vuelve para contarla. Les explica que las sombras no eran la verdad. Al principio los esclavos se burlaban de él y después cuando insistía en liberarlos, hasta pensaban en matarlo. Samaras no pudo en definitiva evitar que le llamaran irresponsable. Como el personaje de Platón, los que critican a Castro y a Chaves son tildados de contrarrevolucionarios por el pueblo esclavo que apoya el socialismo del siglo XXI o del XIX. Sencillamente siguen cegados por la luminosa y gloriosa luz del sol, a la que nosotros llamamos libertad. Y por la libertad, como dijo Don Quijote se puede y se debe aventurar la vida. Por eso, hoy más que nunca griten conmigo: Viva Cuba libre de tiranos. Luego caerá Venezuela.

Coda: First We take La Habana, then we take Caracas.


Sergio Calle Llorens

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