“Cristina cierra el coño, y de Canovas a Sagasta y de Sagasta a Canovas”. Con esta frase el Rey pretendía mantener la alternancia política para que nada cambiara sustancialmente en la España de entonces. Algo que sería mortal para un régimen moribundo. Aquella certeza de que gobernara quien gobernara las cosas no iban a variar sustancialmente, es compartida por millones de españoles en la actualidad. De esa fuerte convicción nacen los desapegos hacia el sistema político actual en el que solo PP y PSOE tienen opciones de arribar al poder. Por si fuera poco, el drama del paro y la situación económica llevan a la desesperación más absoluta y a la indignación. Algunos de esos indignados se han organizado en el movimiento 15- M acampando en nuestras plazas y lanzando una serie de propuestas. Algunas de ellas, todo hay que decirlo, ciertamente delirantes y muy próximas a ideologías afortunadamente superadas.
A todos ellos quiero decirles que comparto su nivel de indignación por la actitud de los bancos, por el caso Gürtel, por la corrupción y latrocinio generalizado en Andalucía, por el bipartidismo etc. Sin embargo, no estoy de acuerdo con sus formas. Amigos, para cambiar el mundo hay que dejar de quejarse y ponerse a trabajar. Que yo sepa ningún mortal alteró jamás nada haciendo una acampada o fumando porros. Con vuestra actitud lo único que habéis conseguido es tener vuestros minutitos de gloria y perjudicar a los honrados comerciantes a los que habéis arruinado las ventas. Aparte, claro está, de que habéis dejado las calles con más mierda que la boca de María Antonia Iglesias. La dignidad, queridos compatriotas, no está reñida con la higiene, más bien al contrario. Entiendo que os sentís poderosos por la atención de unos medios y unos políticos cada vez más demagogos, en un país donde se acepta pulpo como animal de compañía- por aquello de la no discriminación- y se bautiza un satélite de defensa con el nombre de Paz. Es hora, por tanto, de que levantéis el campamento y penséis fríamente las próximas acciones para que España mejore en el futuro. Prometo apoyaros en toda y cada una de esas medidas inteligentes. Si eso es posible en vuestro caso. Pero os recuerdo que la democracia, la real, no aquella que nace en pintorescas asambleas, surge de la voluntad popular del pueblo español. Así que no sé que cojones hacíais desafiando al congreso ayer. Al fin y al cabo hablamos del templo de la palabra donde se expresa España. La misma nación que votó hace cuatro años a Zapatero, de forma equivocada sí, pero eso no da a pie a que mil de los vuestros traten de imponerse al resto de los españoles. Y eso lo dice alguien que no le votó y que piensa que es el peor presidente en la historia de España. Pero hasta el último día de la legislatura, Zapatero y el resto de señorías son los padres de la patria. Eso se llama democracia. A ver si lo vamos entendiendo. Parafraseando al Rey os diría, chicos cerrad la boca y de un libro a otro, de otro al uno hasta que aprendáis mil veces y dejéis de decir sandeces.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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