martes, 26 de mayo de 2020

THE LAST DANCE


El documental de Last Dance es probablemente el mejor trabajo audiovisual que jamás haya visto sobre la NBA. Un acierto que Adam Silver convenciera a los dueños de los Bulls para grabar más de 10.000 horas de cintas que estuvieron una década encerradas en un almacén. El último baile sobre el que el mismísimo Michael Jordan declaraba; “la gente me va odiar” después de ver esta serie que muestra el camino que emprendió para convertir a los Bulls en la franquicia más exitosa de la historia.  En su senda para lograrlo Jordan nos deja  frases impagables:

·         Winning has a price
·         Leadership has a price
·         I pulled people along when they did not want to be pulled
·         I challenged people when they did not want to be challenged

Michael Jordan, sencillamente, era capaz de todo con tal de ganar porque era incapaz de soportar la derrota. Por eso provocaba en los entrenamientos a sus compañeros. Los maldecía convirtiéndose en el Rey del trash talk. Incluso parece estar a la altura de mi admirado Larry Bird en ese apartado. Jordan, simplemente, quería estar seguro de poder contar con soldados dispuestos a batirse con enemigos tan terribles como los Bad Boys de Detroit que tuvieron la poca vergüenza de marcharse de la pista sin saludar tras ser derrotados. Scottie Pippen y Dennis Rodman y Steve Kerr- con este llegó a los puñetazos- se ganaron el respeto de “Air Jordan”. 

Más le costó ganarse un puesto al croata Tony Kukoc  al que en un partido de los Juegos Olímpicos de 1992 los que serían sus compañeros le dieron con todo. Primero dentro, y después fuera de la pista. Esa forma de cebarse con el europeo tiene un trasfondo económico. El contrato de Rodman  que la franquicia de Chicago se negaba a mejorar. Tuvo el bueno de Kukoc que ganarse el respeto en la final olímpica contra el Dream Team. En este punto quiero recordar a los jugadores españoles pidiendo autógrafos a Magic Johnson y compañía antes del partido que ambos equipos iban a disputar. Los lamentos del fantasma de Díaz Miguel todavía se escuchan por todos los rincones de Barcelona. Pero Kukoc no fue el único con el que se cebaron los jugadores de Chicago, ya que Jerry Krausse recibe más en el documental que Alberto Garzón en un control parlamentario. El general manager que apostó por desmantelar el equipo porque veía que debido a la edad ya no podían dar más de sí.  En cualquier caso, el señor Krausse fue el responsable de crear una de las organizaciones deportivas más exitosas del mundo.

El documental se centra en Jerry Reinsdorf, dueño de Chicago Bulls, diciendo que  sentían que ese iba a ser el último año. Por eso Phil Jackson se inventa lo de The last dance. Y ya lo creo que bailaron a pesar de que muchos eran muy veteranos.  Jackson, que conocía el baloncesto como nadie,  supo que el triángulo ofensivo de Tex Winter, otro de los asistentes de los Bulls, podía llevar a aquel equipo a ganar campeonatos en la competición más exigente del mundo.

· Dennis Rodman: 36 años.
· Michael Jordan, Ron Harper y Bill Wennington: 34 años. 
· Scottie Pippen: 32 años. 
· Toni Kukoc y Luc Longley: 29 años.

Es evidente que ganar tiene un precio y no todos están dispuestos a pagarlo. También es diáfano que en lugares como España el documental no se va a entender del todo. Especialmente en lo referente a vencer porque aquí basta con tener el 90% de los árbitros como seguidores del club de Concha Espina.  Pero en la NBA, como en otros mares repletos de tiburones que buscan sangre, para triunfar necesitas un enfoque diferente a los demás.  Para lograrlo, Jordan era capaz de inventarse afrentas como la de aquella vez en la que se convenció tras una derrota que un jugador contrario le había dicho una frase hiriente que no había pronunciado. George Karl, en cambio, conoció el amargo aroma de la derrota cuando tuvo la “brillante idea” de no saludarle en un restaurante antes de la final. Lo pagó caro.

Jordan, que  ganó su primero anillo en la NBA con 27 años, sabía lo que se decía cuando afirmaba que lo iban a odiar. Porque ganar, como muy bien dice, tiene un precio. Él lo pagó y lo seguirá pagando. Muchos no entienden, ni entenderán jamás, que nada es gratis en este mundo. Ni siquiera la renta mínima  que tiene una máxima carga fiscal para el contribuyente aunque la mayoría no lo sepa.  El último baile, señoras y señores, es para seguir bailando.

"In life, winning and losing will both happen. What is never acceptable is quitting": Magic Johnson

Sergio Calle Llorens

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