miércoles, 20 de agosto de 2014

HÉROES DE ESPAÑA

He aquí el prólogo de mi obra "Héores de España" para todos aquellos que estén interesados en adquirirla por la módica cantidad de 3€. Precio que pueden ser 5 si deciden comprarla junto a "La Garduña Confidencial". Les puedo asegurar que les voy a dejar un gran sabor de boca en ambos casos. 

Prólogo

Esta obra, pretende, por un lado, recordar y exaltar sin exageraciones ni triunfalismos a las figuras claves de nuestra historia, y por otro, desmontar algunas medias verdades sobre España. Porque como dejó escrito George Orwell: "Quien es dueño del presente, escribe el pasado, y quien escribe el pasado dominará el futuro". Desgraciadamente los españoles tenemos cierta tendencia a autoflagelarnos, mientras en otros países se asimila positivamente todo lo digno de consideración, y se procura correr un tupido velo sobre los fracasos. Pero en la vieja piel de toro, no sólo nos avergonzamos de nuestras derrotas, sino también de nuestras victorias, por lo que dejamos a otros que escriban con letra bastardilla acerca de nuestro pasado. Es obvio, por tanto, llegar a la conclusión de que nunca conquistaremos el futuro, si no nos empeñamos con mano firme, en difundir lo que fuimos.

Héroes de España es un intento de dar a conocer las páginas más brillantes de la nación española. Hechos y hazañas protagonizados por hombres y mujeres que teniéndolo  todo en contra, lucharon, y  a pesar de todo, ganaron. Algunos lo hicieron por patriotismo, otros empujados por la miseria, pero independientemente de las razones que les llevaran a surcar los mares, o a marchar orgullosos por los campos de Europa, no es difícil emocionarse ante las proezas de nuestros compatriotas. Por ello, querido lector, le invito a subirse junto a esos marinos y adelantados en aquellas viejas naos a la conquista de América. No le será difícil sentir la pasión de esos ilustres personajes remontando el Amazonas, o adentrándose en el Cañón del Colorado, mientras la luna lame el lecho del río y los indios amenazan ocultos tras la maleza. Acompañe, si lo desea, a Ponce de León en la búsqueda del elixir de la eterna juventud por tierras de La Florida. Marche en compañía de los Tercios de Flandes, desplegando sus estandartes victoriosos con la cruz de San Andrés al frente. Admire como esos bravos soldados salvan a la princesa Europa de manos del fiero turco. Camine a la vera de Blas de Lezo, humillando a la Armada Inglesa en Cartagena de Indias. Contemple a Bernardo de Gálvez, héroe de la independencia norteamericana, en su lucha contra Inglaterra. Adéntrese en la historia de Garbo, el mejor espía del siglo XX y pieza clave en el desembarco de Normandía. Conozca el heroísmo del Ángel de Budapest, un diplomático  español que salvó a " sus compatriotas judíos" de las garras de los nazis. Deléitese con los inventos de Isaac Peral, Miguel de Cervantes y Juan de la Cierva.

Recuer
de que se adentra en la verdadera esencia de un pueblo indomable, y mientras lo hace, verá como la pasión por la aventura le llevará, y esa es mi única intención, a divulgar las historias que casi todos parecen haber olvidado. Hazañas que merecen ser rescatadas para las nuevas generaciones, y si con ello, usted y yo, con ayuda de muchos otros valientes, conseguimos que en algunas plazas de nuestros pueblos o ciudades, las autoridades coloquen estatuas o bustos en su memoria, yo habré conseguido el propósito por el que empecé a escribir este libro. Seamos, pues, como el General Mario, que agradecido a la ayuda de los
Mercenarios bárbaros en la  guerra de las Galias, los hizo ciudadanos de Roma contraviniendo el derecho local. Y reprendido por ello, respondió. "Con el ruido de la guerra no oigo el de las leyes". No escuchemos, por tanto, el run run de aquellos que piensan que hablar de patria, equivale a tener cierta ideología. No hagamos caso de esos tambores que siempre terminan tocando esa marcha retrograda y atrasada. Seamos como el General romano y caminemos unidos para cantar, sin ningún complejo, loas a España. Saquemos por una vez a nuestros heroicos muertos del baúl de los recuerdos, sin ánimo de echárnoslos a la cara. Celebremos, por tanto, nuestro pasado sin temor a nada ni a nadie.  Llevemos a la luz la semblanza de esta dama  ibérica que todavía está  entre las más bellas. Y que no es diferente, como nos han querido hacer ver muchas veces, a la de otras naciones de Europa. Tal vez, la única diferencia radica en el hecho de que para contar la historia del mundo, cualquier persona debe tornar sus ojos hacia la vieja España. Cabalguemos, pues, como aquel ingenioso hidalgo al que llamaban Quijote, mientras relatamos el pasado con la vista puesta en un futuro mejor, que estoy convencido aprenderemos a dominar.

Sergio Calle Llorens

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