A veces pienso que la mente de mucha gente es como un tema de los Ramones, en el que furiosas
guitarras se convierten en una cortina tan impenetrable que nunca, o casi
nunca, dejan pasar un solo. Yo, con permiso de mi admirada banda de Nueva York, voy a marcarme unas notas con mi pluma que dejarán aturdidos a más de uno.
Como sabrán, siempre que en Europa se habla de Estados
Unidos se hace desde el más absoluto desconocimiento. Especialmente con la
política De tal forma que, por ejemplo, existe una idea muy generalizada en el
viejo continente sobre los dos partidos mayoritarios en el país de las barras y estrellas. El resultante
es el siguiente: “el Partido Republicano
representa al mal y el Partido Demócrata
es el garante de los derechos civiles”. Si
usted comparte esta opinión le aconsejo que siga leyendo hasta el final.
El Partido Demócrata
fue fundado en 1829 y, desde sus orígenes defendió la esclavitud. En
cambio, el Partido Republicano fue
creado en 1854 con el objetivo de impedir que esa forma cruel de
servidumbre no se extendiese a los territorios del oeste. Aquella lucha entre
los dos partidos se resolvió, aunque mal y parcialmente, en el famoso caso de Dred Scott contra Sandford en el que se
establecía que los esclavos no eran ciudadanos. Una decisión judicial que tuvo
el apoyo de siete jueces demócratas y el rechazo de dos magistrados republicanos.
Fue Abraham Lincoln,
republicano por cierto, el hombre que liberó a los esclavos, tras la Guerra
Civil Americana de 1861-1865- y seis días después de la victoria del norte, John Booth, un demócrata confederado,
asesinó al presidente. Su sucesor, Andrew
Jackson, otro demócrata, impidió que la liberación de esclavos fuese
efectiva. Además, su partido se opuso a las siguientes enmiendas.
·
La decimotercera enmienda de 1865 que abolía la
esclavitud
·
La decimocuarta enmienda de 1864 que otorgaba la
ciudadanía a los esclavos.
·
La decimoquinta enmienda de 1869 que concedía el
voto a los ciudadanos de color.
Una vez que las
tropas federales abandonaron el sur confederado en los tiempos de la Reconstrucción,
los demócratas hicieron todo lo posible para que los otrora esclavos no
disfrutaran de sus derechos. Y lo
hicieron por la fuerza, como muy bien destaca la Universidad
de Columbia en algunos de sus trabajos, creando el Ku Klux Klan- cuyo fundador Nathan Bedford Forrest también pertenecía al Partido Demócrata.
Una formación que no eligió a ningún negro congresistas hasta el año 1930. En cambio,
los republicanos ya habían mandado a la primera cámara americana a 22
congresistas hasta 1900.
Woodrow Wilson,
vigésimo octavo presidente de Estados Unidos, compartía muchas de las ideas del
KKK, llegando a proyectar en la Casa Blanca la película “The Birth of a nation” que
originariamente se llamó The Clansman.
Cinta de D. W. Griffith que justifica el nacimiento de esa organización
criminal y racista por las tropelías que cometían los negros en el sur. Para resarcirse
de las acusaciones de racismo, el director hizo otra película llamada
Intolerancia.
En 1964 el acta por
los derechos civiles estuvo 75 días paralizada en el senado por los
demócratas hasta que los republicanos, una vez más, ganaron la votación por los
derechos civiles.
Solo cuando los descendientes de los esclavos pudieron votar,
los demócratas cambiaron de táctica como dejara dicho el Presidente Lyndon Johnson:
“I`ll have
them niggers voting democrats for 200 years”.
En conclusion; historicamente los demócratas no son, ni por
asomo, el partido de los derechos civiles. Ahora ya lo saben y por eso es el
momento de que yo desconecte la guitarra y ustedes, o algunos de ustedes, sigan
pensando lo contrario que, seguramente, es como discurrir que las mujeres con mechas están a punto de estallar.
Sergio Calle Llorens
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