La mujer estaba como la cama; empotrada. Podría afirmar,
y de hecho lo afirmo, que la potrilla había tenido mucha potra por haberme
conocido en el momento más bajo de su vida para subir, y de inmediato, al cielo
más alto. Uno de mis sobrinos, en cambio, no ha gozado de tanta fortuna al haber
tenido que entregar en el centro de estudios un trabajo sobre su vida sexual
durante el confinamiento. El pobre ha tenido que meter mucha paja que, como
saben, es el material que más abunda en los cerebros de Alberto Garzón y Yolanda Díaz.
El ministro de
consumo, tras despreciar al turismo, va camino de ser nombrado “persona non grata” en todos los municipios turísticos del país. Por su parte, la titular de la cartera de
trabajo hace inspecciones para comprobar si los agricultores españoles
tratan a sus trabajadores igual que los negreros a Kunta Kinte en Raíces. Los defensores de la ministra, Garzón no
tiene quien le defienda, han puesto el grito en el cielo por las críticas a la
chica que, por cierto, acaba de anunciar
que los ERTE se cobrarán el próximo
día 10 de junio- 3 meses sin cobrar y subiendo.
Dicen los de la tropa morada que la mujer
de nariz aguileña, cuya sombra sobre los juegos del hambre que se avecinan es
alargada, es una gestora excelente aunque no aportan ninguna prueba que
ratifique tal singular aseveración.
Estos turiferarios primero dan por hecho que en el campo español existe
la esclavitud y, a reglón seguido, piden consumir productos salidos de los
campos de esos mismos labradores tan degenerados. El chiste se cuenta sólo. Es obvio que la madre naturaleza es una
furcia sin escrúpulos- Lo digo porque en verdad lo de esta pandilla de chiripitiflauticos no tiene
nombre, aunque los psiquiatras han acuñado uno: locura transitoria. Algún día
este tipo de fanatismo llevará el nombre de algún dirigente gubernamental.
Yo no sé cómo acabará toda esta crisis. Sólo puedo decir que
tuve suerte de criarme en una casa con una biblioteca decente. Al arrullo de viejas palabras crecí
mientras tomaba conciencia crítica. Por eso no puedo apoyar ni al gobierno, ni
a los que se manifiestan en su contra blandiendo bandera en mano y sin respetar la distancia de seguridad. Así que mucho me temo que voy a seguir en
Fase 0 para poder ser yo el que siga empotrando, y no acabar empotrado en un
nicho de imposible salida.
Maravilloso y contundente artículo
ResponderEliminarMuchas gracias.
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