El mundo se
divide entre los que estaban convencidos de que Mbappe iba a jugar en el
Madrid (estaban equivocados) y los que sabíamos que los cataríes le acabarían
renovando (estábamos en lo cierto). Puedo afirmar que los errados viven en un
mundo paralelo que no se rige por las leyes de la física sino por el de la
ficción. En el mundo de los listos, y eso explica en parte nuestro éxito, no
existen medios como Antena 3 Deportes, Gol TV, la Sexta o Marca. Es
evidente que jugábamos con ventaja. En cualquier caso, el asunto se explica así: uno detrás de otro y todos detrás de uno. Dicho de otro modo, Florentino Pérez dictaba y ellos copiaban cosas como: Fichaje
inminente. Mbappe está firmado. Haaland será el siguiente. Delantera de ensueño.
El Madrid se hace con la perla francesa. La familia del jugador ya ha comprado
casa en la capital de España. Miles de vergonzosas portadas. Billones
de tinta derramada que son una mancha indeleble en la triste historia del
reporterismo patrio. Trillones de comentarios de televisión que hoy se han convertido
en el hazmerreír de todo el planeta. Ahí tienen a Teledeporte con el
noventa y cinco por ciento de colaboradores con carnet del Real Madrid, un tipo del Atleti
y un malagueño que, dicho sea de paso, hace la sección chorra del programa.
Ahí llevan al circo del Chiringuito que dirige Pedrerol y el de la madre que los parió a todos. Y es que a ninguno se le ocurrió
contrastar la falsa noticia del fichaje de la estrella del PSG.
Un lustro soportando estoicamente esta tortura.
Y ahora, los turiferarios del Madrid, que no saben donde meterse, quieren hacernos creer que el francés elige el club parisino por dinero porque,
ojito al dato, en el Real le iban a pagar con bocadillos de calamares. Y
a todo esto, algunos recordamos cómo los blancos apoyaban a Francia en
la final de la Nations League que disputaban contra España. ¿Se
puede ser más cretino? Tampoco se nos va de la cabeza el aplauso que recibió Killian
en el Bernabéu en el partido de liga de campeones porque se habían
creído que el fichaje estaba cerrado. Por consiguiente, los insultos al Madrid
en el Parque de los Príncipes mientras Mbappe reía, qué quieres que les
diga, han sido como escuchar la más bella balada. Creo que a esa tonada se la conoce como Dulce
Venganza a orillas del Sena.
Sergio Calle Llorens