martes, 27 de octubre de 2015

THE SEARCHERS


Los westerns eran películas de buenos y malos- no hace falta decir quienes aparecían como malvados- hasta que llegó John Ford y mandó parar.  Fue él quien contribuyó, con su forma de entender la vida, a elevar al género al  Olimpo de los Dioses. Uno de sus trabajos que más he admirado es “The Searchers” que en España se llamó “Centauros del Desierto”.  En esta película, el protagonista Ethan Edwards- John Wayne-vuelve tras tres años de ausencia Una guerra perdida en el lado Confederado y otras batallas en la guerra revolucionaria de Méjico. Tiene oro en sus bolsillos de dudosa procedencia.  Wayne, en cualquier caso, se lanza a la búsqueda de su sobrina secuestrada por los Comanches. Una historia que está basada en la vida de Cynthia Ann Parker que pasó más de tres décadas viviendo con los indios. A diferencia del libro que narra su vida, la película de Ford se centra en el tío que odia profundamente a los “pieles rojas”.  Y tanto les odia que incluso llega a dispar a los ojos de un comanche muerto para que no pueda encontrar su paso al paraíso convirtiéndose así en un “wanderer”. Empero, Ethan Edwards nos va mostrando poco a poco que tiene mucho más que ver con la gente a la que odia que con aquellos que dice representar.

 Si en la historia real, Cynthia Ann Parker volvió tras ser rescatada de su nueva familia india donde vivía esposada con un comanche y morir de tristeza, la sobrina de Ethan vuelve tras ser rescatada por el hombre que odia al pueblo que ha hecho suyo. Sin desvelar el final, diré que es una de los mejores trabajos que mejor ha tratado el racismo de los anglosajones con los nativos americanos.

Hay algo ocurso en el personaje que interpreta John Wayne; su forma de hablar que se pausa cuando se enfada. Sus andares de héroe. Esa manera de conducirse por la frontera que va más allá de consideraciones políticas sobre el actor. Pareciera que su persona fuese la prolongación de las contradicciones de un país, de un director y de un actor que se desnudan ante la cámara con todo lo bueno y lo malo que eso implica.

Muy interesante ver la prosa poética de Ford en la fotografía y los diálogos. Un trabajo, sin duda, excepcional que tienen dos momentos mágicos para un servidor; el primero tiene que ver con esa frase de “that`ll be the day” que dice constantemente John Wayne en  la película y que fue usada por Buddy Holly un año más tarde en un tema que le haría famoso en todo el mundo.  Hablamos de 1956 y 1957 respectivamente y, desde entonces ambos  no dejan de recibir halagos como si todavía hubiera más palabras en los diccionarios de todas las lenguas para alabarles. La segunda, pero no menos importante, es cuando un oficial confederado le dice que no le vio el día de su rendición y, Ethan- John Wayne- responde “que nunca ha creído en las rendiciones”. Por eso, todos aquellos que amamos las obras maestras y no creemos en las rendiciones, hemos de seguir imaginando a John Wayne caminando por las llanuras de las viejas fronteras en busca de un nido de paz que, aunque sea por un tiempo corto, nos guarde de todas las contradicciones y traiciones de este miserable mundo. Seguiremos buscando. No  nos queda otra.


Sergio Calle Llorens

lunes, 26 de octubre de 2015

LA SEXTA DEPORTES

El “dejad que los niños se acerquen a mi” de Jesucristo  está siendo usado, y de una manera brutal, por un gran número de sinvergüenzas; desde políticos sin escrúpulos en la carrera electoral hasta artistas con ganas de seguir en el candelero. En la taifa del sur es habitual ver a Susana Díaz abrir el curso electoral, como hacían otros miembros de la secta del capullo, junto a mocosos en centros que nada tienen que ver con las caracolas de la vergüenza.  En Cataluña, los niños son entrevistados en TV3 sobre la independencia recalcando, una vez sí y otra también, que los que se oponen son unos fachas de cojones. Por tanto, no creo equivocarme si digo que una inmensa mayoría está en contra del uso partidista de los infantes. No obstante, esa coincidencia no se aplica al  mundo de la televisión.

El domingo pasado, en realidad ocurre en cada jornada, la Sexta Deportes volvió  a ejercer de Real Madrid Televisión mostrando imágenes de jugadores blancos repartiendo presentes a niños enfermos. Los Ronaldo y compañía parecen tener siempre una cámara cerca para demostrar cuan ángeles son. Y no es que yo esté de acuerdo con esas acciones. Es más, creo que provocan un efecto maravilloso en esos chavales pero las cosas se hacen de corazón y no esperando probar a la audiencia la bondad de sus almas.  En cualquier caso, también hay otros jugadores de la gran mayoría de equipos que tienen detalles con los más desfavorecidos de nuestra sociedad sin que nadie registre el acontecimiento. Es obvio, por tanto, que la única intención de ese canal es dar una imagen celestial del equipo de sus amores.  Por eso, cuando vi a Keylor Navas bajándose del autobús para dar un pin a un niño enfermo, haciendo ver que no había cámara alguna, sentí ganas de vomitar. Esperé, iluso de mí, a que alguien dijera algo al de Costa Rica pero, todo fueron sonrisas de agradecimiento.  Aquel vómito televisivo dio lugar a un reportaje del Castilla- equipo de segunda B- que duró más que el del Sevilla 5- Getafe 0, Málaga 2- Deportivo 0 y Granada 1- Betis 1.  

Curiosamente han ofendido más las fotos de García Ferreras- Ex director de Contenidos y Comunicación del Real Madrid- cenando con Iñigo Errejón y Pablo Iglesias que los continuos vídeos de los jugadores de Florentino Pérez posando con niños con problemas, como si no supiéramos que el marido de Ana Pastor y compañía hacen una gran labor como responsables de la campaña electoral de Podemos. Lo de la utilización de los niños, insisto, forma parte de una operación de propaganda a favor del club de Concha Espina que me resulta nauseabunda y que se le escapa a la gran mayoría de sesudos opinadores patrios.

La conclusión es simple; yo no dudo de las facultades como propagandistas de los hombres y mujeres de la Sexta pero deberían volver a la Facultad a formarse como periodistas. Los seguidores del Real lo tienen más difícil, en cambio, para recuperar la capacidad de raciocinio porque habrían de tornar al útero materno para nacer, de nuevo, sin la tara mental que supone el ser madridistas.


Sergio Calle Llorens

sábado, 17 de octubre de 2015

CUANDO

Cuando un periodista español entra en contacto con Oriente Próximo prepárate para la segunda versión del Mein Kamph de Adolf Hitler. Y es que la derecha e izquierda española siempre se han dado la mano en el asunto del anti judaísmo. Querrían escribir crónicas de guante blanco pero solo les salen guantazos hacia los hebreos. Les ha faltado decir que los ataques sufridos por machetes a manos de los palestinos, tenían como objeto principal carne barata para el sacrificio del cordero. La vida sigue igual.

Cuando un nacionalista catalán entra en contacto con la historia del asesino de Companys en el aniversario de su fusilamiento-quien a hierro mata a hierro muere- prepárate para la segunda parte de la película del Exorcista; espumarajos por la boca, vómitos verdes, insultos satánicos mientras el padre Merrin trata de sacarles el maligno del cuerpo. 75 años después hemos constatado que Artur Mas si está teniendo el juicio justo que no tuvieron los golpistas Goded-fusilado por Companys- ni éste último. Un gran avance.

Cuando un periodista andaluz entra en contacto con la Juez Alaya prepárate para un bosque silente lleno de árboles cuyas ramas se mueven amenazadoras  por el viento que sopla desde Sevilla. Les ha faltado escribir que la han retirado del caso por ser la novia de Netanyahu. Y eso cuando han juntado letras sobre el caso porque, como saben, reportero andaluz y cobarde son sinónimos. Un gran retroceso.

Cuando el cretino de García Ferreras entra en contacto con una cámara prepárate para un programa donde el presentador parece un cerdo, actúa como un cerdo repartiendo bellotas para gorrinos como él que obvian, por ejemplo, que el gobierno del PP haya regalado un canal a su antigua casa; el Real Madrid.  Un asunto sucio y espinoso que ni siquiera han tratado en la piara de la secta. El mismísimo George Orwell estaría encantado de observar cómo se han transformado algunos de los personajes de su “Rebelión en la granja”. Un pequeño paso para los totalitarios bermejos, un gran paso para los liberales.


Sergio Calle Llorens

miércoles, 14 de octubre de 2015

¡AMEMOS ESPAÑA!

Los árabes mueren para vivir y los occidentales vivimos para no morir. Por eso no nos pondremos nunca de acuerdo. Los de la izquierda radical viven muertos en vida mientras los liberales amamos la existencia hasta de los difuntos. De ahí que los bermejos caminen tragando veneno y nosotros cabalguemos por la pócima de la libertad que agranda el espíritu.

Willy Toledo es un lerdo, cierto. El problema no radica en sus descalificaciones sino en el hecho, a mi juicio incontestable, de que los grandes medios de comunicación patrios se hagan eco de sus rebuznos. El actor, o lo que sea, se le sube el cianuro a la cabeza que ya no tiene cura. Si realmente amara la vida de otros seres humanos, se preocuparía menos de los indios de hace 500 años  para volver sus ojos a los asesinados en la Venezuela de Maduro o en la Cuba de Castro.  Tiemblo de pensar en lo que haría Toledo de tener la oportunidad de dirigir un tribunal de orden público. Seamos serios, este botarate de menos cuantía no merece ni una línea, ni un solo pensamiento. El problema es que sus declaraciones se colocan en primera página y, así va pasando la vida en España.

¿Pero qué es España? Personalmente es una mañana desayunando pan con olio. Un atardecer mediterráneo. Un amanecer gris madrileño. La literatura de Pla. Las coplas que las mujeres andaluzas canturreaban en las ventanas. Una marcha de semana santa. La canción báquica de Espronceda. Una vela encendida para recordar a tus padres  fallecidos. Las miles de batallas ganadas. Los naufragios de nuestras naves. El arte de nuestros poetas. La filosofía de nuestros Sénecas. La solidaridad y el odio africano. El jazmín, la dama de noche y los grillos cantando una serenata de madrugada. Todo lo anterior es España y, por eso me duele tanto que se hablara menos de nuestras cosas en la Fiesta Nacional que de los roznidos de Toledo.

Como siempre digo; lo que nos salvará será el amor y nunca el odio porque, solo a través del querer se alcanza la redención. Dejemos morir a Toledo porque la suya, como saben los lectores del Quijote, es muerte entera. Amemos España en libertad, por encima de todo y a pesar de todos.


Sergio Calle Llorens

lunes, 12 de octubre de 2015

EL CHARE

Muy pocos saben que la única comarca de la Región de Málaga no tiene hospital es el Guadalhorce. Una zona que tiene más de 110.000 habitantes. Para paliar el déficit sanitario en esa zona, se eligió a Cártama ya que su alcalde era socialista poco crítico con la dirección de la taifa del capullo. Hubiese sido más inteligente decantarse por  Coín al ser el centro de la comarca pero claro, al ser el regidor más respondón se descartó. En Alhaurín el Grande señoreaba la gaviota y eso era, y es, motivo suficiente para discriminar poblaciones enteras.   El caso es que vinieron los últimos tres presidentes a prometer el hospital que luego se quedó en CHARE. Se llegaron a barajar varias fechas de apertura pero, los socialistas fieles a su querencia por no cumplir nunca lo prometido, siguen sin ponerle fecha de apertura al centro a pesar de estar concluido.

La historia aquí se les tuerce a los de la Junta cuando el alcalde socialista de Cártama decide pedir ayuda al Presidente de la Diputación Elías Bendodo. Bastan dos reuniones y una llamada telefónica para que el gobierno de todos los malagueños acordase construir el vial que lleva al CHARE y sus instalaciones eléctricas. Estamos ante un problema de salud pública para los habitantes de los 14 municipios afectados. Diez años después de que todos pusieran dinero para la construcción del hospital, la cosa ha tenido que ser decidida entre malagueños para que la pesadilla llegue a su fin. Sin embargo, al lector inteligente no se le debe escapar que la historia no ha terminado.

El gobierno de  la Diputación de Málaga construirá la carretera y si el centro no estuviese abierto a finales de 2016, pedirá oficialmente que la Junta le devuelva los más de 7 millones de euros aportados al proyecto. En cualquier caso, el asunto ha servido para retratar a todo el mundo. Por un lado a los socialistas y su forma cicatera de entender la política. El hospital, o lo que sea, no se abre porque no hay dinero suficiente para pagar las nóminas de todo el personal que se necesita para un funcionamiento adecuado del centro. Y es que entre destinar el dinero a la administración paralela donde trabajan sus inútiles enchufados y la sanidad pública malagueña, los andaluces lo tienen claro. Por otro lado, Izquierda Unida fue incapaz de construir ese vial teniendo la cartera de Fomento cuando gobernaba en el patético bipartito. Es hora por tanto de recordar al papanatas de  Garzón que, siendo diputado por Málaga, es capaz de criticar la sanidad madrileña siendo la de su tierra la peor de España. Una vez se demuestra que Albertito la tiene muy pequeña; la única célula gris que tiene. A su vez, María Gámez nos deja claro a todos los ciudadanos honrados que, si de ella dependiera, los museos de Málaga y los hospitales estarían todos en Triana. Finalmente, los concejales de Ciudadanos en la Diputación han demostrado con su mediación entre populares y socialistas que Málaga les importa de veras. Además, pero no menos importante, el alcalde socialista de Cártama José Gallardo y el Popular Bendodo han hecho realidad el deseo de que todas las instituciones colaboren por el bien del contribuyente.

El epílogo de esta historia llegará con una nueva excusa- de hecho ya la están buscando- para no dejar que el CHARE se abra pero eso, por supuesto, será después de las elecciones.  Dinamita, en cualquier caso, sobre ese polvorín que es Málaga y que, cuando explote llevará a la provincia, irremediablemente, a la segregación de Andalucía. 

Sergio Calle Llorens



domingo, 4 de octubre de 2015

¡EL FIN!

Hasta qué punto la vida es puro teatro. Basta con ponerle un marco para que cualquier realidad se teatralice y cobre una dimensión nueva. Tal vez la vida es mentira y la verdad es teatro. La realidad, por tanto, es una ficción de la realidad. Yo aspiro a alejarme de todo esta representación; andar de un lado para otro al azar del viento y sin salir del Mediterráneo.  Puede que construir un refugio para huir de tanto proyectista desocupado. La segunda quincena de mayo es la mejor para navegar; brisas suaves y cielos despejados.  La distención primaveral y el recogimiento de la invernada. Arrinconarme al amor de la lumbre y sorprenderme de la bóveda celestial en alta mar en una noche estrellada. Soltar amarras y amarrar la vida. Me queda tan poco para convertirme en esa sombra melancólica que proyectan los muertos en las memorias ajenas.  El teatro de mi vida ha sido un soliloquio que no ha escuchado nadie. Fin.


Sergio Calle Llorens