El documental de Last
Dance es probablemente el mejor trabajo audiovisual que jamás haya visto
sobre la NBA. Un acierto que Adam Silver
convenciera a los dueños de los Bulls para grabar más de 10.000 horas de cintas
que estuvieron una década encerradas en un almacén. El último baile sobre el
que el mismísimo Michael Jordan
declaraba; “la gente me va odiar” después de ver esta serie que muestra el
camino que emprendió para convertir a los
Bulls en la franquicia más exitosa de la historia. En su senda para lograrlo Jordan nos deja frases impagables:
·
Winning has a price
·
Leadership has a price
·
I pulled people along when they did
not want to be pulled
·
I challenged people when they did not
want to be challenged
Michael Jordan, sencillamente,
era capaz de todo con tal de ganar porque era incapaz de soportar la derrota. Por
eso provocaba en los entrenamientos a sus compañeros. Los maldecía
convirtiéndose en el Rey del trash talk. Incluso parece estar
a la altura de mi admirado Larry Bird en ese apartado.
Jordan, simplemente, quería estar seguro de poder contar con soldados
dispuestos a batirse con enemigos tan terribles como los Bad Boys de Detroit que tuvieron la poca vergüenza de marcharse de la
pista sin saludar tras ser derrotados. Scottie
Pippen y Dennis Rodman y Steve Kerr-
con este llegó a los puñetazos- se ganaron el respeto de “Air Jordan”.
Más le
costó ganarse un puesto al croata Tony Kukoc al que en
un partido de los Juegos Olímpicos de
1992 los que serían sus compañeros le dieron con todo. Primero dentro, y después fuera
de la pista. Esa forma de cebarse con el europeo tiene un trasfondo económico.
El contrato de Rodman que la franquicia de Chicago se negaba a
mejorar. Tuvo el bueno de Kukoc que ganarse el respeto en la final olímpica
contra el Dream Team. En este punto
quiero recordar a los jugadores españoles pidiendo
autógrafos a Magic Johnson y
compañía antes del partido que ambos equipos iban a disputar. Los lamentos del fantasma
de Díaz Miguel todavía se escuchan por todos los rincones de Barcelona. Pero Kukoc no fue el único con el que se cebaron los jugadores de Chicago, ya que Jerry Krausse recibe más en el
documental que Alberto Garzón en un
control parlamentario. El general manager que apostó por desmantelar el equipo
porque veía que debido a la edad ya no podían dar más de sí. En cualquier caso, el señor Krausse fue el
responsable de crear una de las organizaciones deportivas más exitosas del mundo.
El documental se centra en Jerry Reinsdorf, dueño de Chicago Bulls, diciendo que sentían que ese iba a ser el último año. Por
eso Phil Jackson se inventa lo de The
last dance. Y ya lo creo que bailaron a pesar de que muchos eran muy
veteranos. Jackson, que conocía el baloncesto
como nadie, supo que el triángulo
ofensivo de Tex Winter, otro de los asistentes de los Bulls, podía llevar a aquel equipo a ganar campeonatos en la competición más exigente del mundo.
· Michael Jordan, Ron Harper y Bill Wennington: 34 años.
· Scottie Pippen: 32 años.
· Toni Kukoc y Luc Longley: 29 años.
Es evidente que ganar tiene un precio y no todos están
dispuestos a pagarlo. También es diáfano que en lugares como España el documental no se va a
entender del todo. Especialmente en lo referente a vencer porque aquí basta con
tener el 90% de los árbitros como seguidores del club de Concha Espina. Pero en la NBA, como en otros mares repletos de
tiburones que buscan sangre, para triunfar necesitas un enfoque diferente a los
demás. Para lograrlo, Jordan era capaz
de inventarse afrentas como la de aquella vez en la que se convenció tras una
derrota que un jugador contrario le había dicho una frase hiriente que no había
pronunciado. George Karl, en cambio,
conoció el amargo aroma de la derrota cuando tuvo la “brillante idea” de no
saludarle en un restaurante antes de la final. Lo pagó caro.
Jordan, que ganó su primero anillo en la NBA con 27 años, sabía lo que se decía
cuando afirmaba que lo iban a odiar. Porque ganar, como muy bien dice, tiene un
precio. Él lo pagó y lo seguirá pagando. Muchos no entienden, ni entenderán
jamás, que nada es gratis en este mundo. Ni siquiera la renta mínima que tiene una máxima carga fiscal para el contribuyente
aunque la mayoría no lo sepa. El
último baile, señoras y señores, es para seguir bailando.
"In life, winning and losing will both happen. What is
never acceptable is quitting": Magic Johnson
Sergio Calle Llorens
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