Para explicar la
Cataluña nacionalista apenas se necesita recordar esta anécdota;
un catalán de Gerona es preguntado sobre su nacionalidad en un aeropuerto mejicano.
El tipo, algo orondo y desagradable, responde que catalana. Un país, continúa,
que se encuentra entre Francia y España.
Aquello, por supuesto, mosquea al manito que decide encerrarlo en una celda
hasta que le pueda aclarar como usa un pasaporte español y afirma ser de una nacionalidad distinta. Finalmente Jaume accede a declararse español tras varias
horas retenido en el aeropuerto.
El nacionalista catalán es víctima de sus propias
ensoñaciones históricas tras años de manipulación educativa. No sabe que
Cataluña no ha existido jamás como nación independiente. Tampoco conoce que la
guerra de Secesión fue, en realidad, de Sucesión. Y que la guerra civil
española no fue un conflicto territorial contra Cataluña. Por lo tanto, no
podemos pedirle que sepa tampoco que los suyos han transformado a un patriota español
como Casanova en un ferviente nacionalista catalán. Todo
es un despropósito, pero explica el cuento que han montado los independentistas
a costa del contribuyente.
El decreto de Nueva Planta supuso terminar con el
anquilosado sistema de privilegios y fueros
de los condes feudales. Esos que siguen querer mandando 300 años después. Pero
para conseguirlo, intentan reescribir una historia acorde a sus fantasías. La Generalitat , en
cualquier caso, tenía históricamente la misión de recaudar impuestos y nada más.
El acta
notarial del compromiso de Caspe lo deja claro; Corone Aragonum y, jamás,
Confederación catalano-aragonesa. Pero cualquier documento histórico que
demuestra la españolidad de Cataluña, es presentado como obra de historiadores
fascistas. Pero esos libros no han sido manipulados y recogen, y muy bien por cierto, que fue
Bernadi Marimón quien creó el cuerpo de élite que debía proteger a Felipe V. Todos
catalanes por si alguien lo dudaba. También eran catalanes los miembros del
Regimiento de Dragones que salvaron al Rey en caer en manos de los soldados del
Rey de los Austrias.
La propia ciudad de Barcelona es testigo de estas querencias
por el Rey Borbón. Rincones botiflers como el Palau Asó o St Pere Mes Baix. No
es extraño porque fue “el pérfido Felipe V” el que creó la Real Academia de Buenas Letras
de Barcelona cuya misión era difundir la historia de Cataluña, la literatura y
el idioma.
Todo es falso en la historia que han montado los
secesionistas catalanes. Mentiras protegidas por el oasis catalán que creo
Pujol que se han convertido en una pesadilla para todo aquel que decide
plantar cara a los nacionalistas.
Cuando un nacionalista catalán sale de Cataluña, comienza a
darse cuenta de que fuera de sus fronteras imaginarias, nadie, con un poquito
de cultura, admite que Cataluña haya sido nación en algún momento de su
historia. Gente que conoce a Ramón de Berenguer I Conde de Barcelona,como
apoderador de España y Marqués por la Marca Hispánica. Por no hablar de la senyera como símbolo de una
familia real, la aragonesa, y no de unos territorios.
Sergio Calle Llorens
Perfecta descripción del regionalismo malagueño. Ahora explica el nacionalismo catalán en condiciones...
ResponderEliminarYa lo he hecho. El regionalismo malagueño no tiene nada que ver que con un sentimiento diferente que, por cierto, ha colocado a Málaga a la cabeza de todo lo bueno en Andalucía. Sé que os duele pero......
EliminarNo me duele nada. Soy malagueño. Me avergüenzo de la Junta de Andalucía. Hay un agravio evidente. El centralismo es innegable. Sevilla es, en buena parte, una ciudad mantenida por los poderes públicos. De ahí a esas ideas sobre Málaga no andaluza, por cultura, historia e identidad, hay un trecho que no comparten los malagueños.
ResponderEliminarPues hay malagueños que no piensan que Andalucía sea andaluza. Yo, en cambio, defiendo la segregación contra el abuso permanente de la Junta de Andalucía y nunca he apoyado tesis histórica sobre orígenes diferentes de Málaga. Sencillamente defiendo su mediterraneidad. Te has equivocado de persona.
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