LA INTERVENCIÓN

La Junta de Andalucía es en un régimen cleptómano. Al menos eso es lo que se desprende de las declaraciones del ex consejero de empleo, ya felizmente en prisión, afirmando que el fondo de reptiles era conocido por Chaves y Griñán. En otras palabras, que no podía ser una cosa de cuatro golfos, sino un modus operandi con la complicidad del consejo de gobierno. Sólo la fosca ignorancia del pueblo andaluz impide mandar a estos golfos al paro. Hasta entonces, los chicos de Calamity Gámez seguirán asaltando las arcas públicas. Hace una semana, mismamente, destinaron 400.000€ a la fundación para el fomento del empleo en Andalucía – FAFFE-, un organismo que, supuestamente, no existe desde el secreto de reordenación del sector público. Y con la que está cayendo.

 No encuentro ninguna novedad en la forma de proceder de esta secta religiosa, que tiene a Pepe Griñán como sumo sacerdote. Lo único raro, en estas tierras, es encontrarse a alguien con un trabajo fijo. Algunos apuntan a que estamos ante una especie en peligro de extinción. Más allá de que los socialistas andaluces sólo se encuentren cómodos robando, el pueblo tiene simplemente lo que merece. Una gente que apela a que la esquiva rueda de la fortuna gire, y les saque del embrollo, pero la suerte, al entender de Cervantes, es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba, ni a quien ensalza. Sin embargo, para rozar la ventura, hay que perseguirla con ahínco. Un precio que no está dispuesto a pagar el súbdito andaluz. Incluso no les importa que el PSOE esté ofreciendo unos sillones a IU, pues, como muy bien ha dicho Sánchez Gordillo, son sillas eléctricas. Aunque bien pensado, los andaluces gustan de inyectarse en vena el virus letal del socialismo hispalense

. Llevo años componiendo baladas tristes para sacar al pueblo del sueño eterno. He escrito canciones que hacen llorar de pena a los bardos, y sin embargo, no logro hacerles entender que mientras Madrid ha construido 200 kilómetros de líneas de metro en 16 años, Andalucía haya tardado 30 años en inaugurar la peor línea de metro del mundo que, obviamente, está en Sevilla, que apenas cuenta con 18 kilómetros de nada. Las líneas del suburbano malagueño todavía siguen en construcción. Por no hablar de los once hospitales construidos en la capital del reino, desde 2003, o los 75 centros de salud abiertos por Esperanza Aguirre desde que gobierna. Pero ningún dato es suficiente para sacarle de la miseria mental en la que habita, porque para ello se necesita valor para pensar libre de trabas.

 Andalucía es una lastimera y lastimosa carga para España, y el panorama económico no es alentador. De hecho las predicciones del FMI anunciadas prevén que la vieja piel de toro no será capaz de recuperar los niveles anteriores a la crisis hasta 2017. Y eso, si es capaz de controlar el gasto público, algo ciertamente difícil cuando el estado ha de pagar más de un 6% por los intereses de la deuda. Por ello, en tiempos de zozobra como el actual, hemos de buscar, como país, horizontes nuevos. Este humilde servidor propone intervenir las dos comunidades que suponen un peligro evidente para salir de la crisis; la comunidad valenciana del PP, y la república bananera andaluza del PSOE. Porque está bien ahorrar en las cuentas públicas para salir de la crisis, pero me temo que tanto rigor presupuestario nos lleva, ineludiblemente, al rigor mortis.

 Coda: Todos aquellos que se quejan del copago, los recortes y la crisis, deberían saber que tras haber actuado de pirómanos durante décadas, no se pueden quejar precisamente ahora de las medidas tomadas por los bomberos.

Sergio Calle Llorens