lunes, 4 de octubre de 2021

¡LA AXARQUÍA!

 


La Axarquía es la Toscana malagueña. La comarca donde la luz intensa del Mediterráneo se torna dulcísima en la otoñada. La misma que ahora cae sobre las calas ensortijadas y las casitas encaladas. Entre el cielo y el mar se extiende este singular edén. Aquí el paso lento de las nubes encaja a la perfección con la ternura azulada de la bóveda celestial que se asoma sobre los acantilados que protegen unas playas virginales y límpidas.

 En la Axarquía el tipismo es una seña de identidad presente y no un recuerdo lejano.  Por eso es un placer caminar por sus estrechas calles empinadas, con sus ventanas pobladas de coloridos geranios junto a la iglesia del Rosario en el Borge. Piedras antiquísimas como el Puente romano de Sedella o las ermitas junto al mar cuyas campanas siempre tocan por el eterno descanso de los marineros que perdieron la vida en alta mar.

El condado, en el que el cielo adquiere a levante unos tonos morados y un intenso bermejo a poniente, es un homenaje para los sentidos, como el aceite verdial de Periana, la incomparable pasa y el rico mango que hacen de la zona un destino gastronómico de primer orden. Huerta, laberinto de vides, aguacates, almendros, naranjos y limoneros que nos alejan del triste escepticismo.

La Axarquía es el amor por las cosas bien hechas, el lento trascurrir de las tradiciones añejas. Coquetas calas y torres vigías que observan discretas cómo las nieves derretidas de Sierra Tejeda caen en una catarata inmensa en la patria salada.

En este paraíso terrenal hay una luz amoratada sobre el país y el crepúsculo es un desmayo que se desenfoca en la vaguedad del infinito. A veces escucho el arrullo del mar mecido por un viento de tierra, fresco y tímido, que alcanza al misterio acaramelado de la existencia. Silencios campestres: Frigiliana, Cómpeta, Nerja, Macharaviaya y todos los pueblos de la comarca tienen un encanto singular. Tampoco se puede olvidar el bello hechizo que producen  las Cuevas de Nerja y la del Tesoro en el Rincón de la Victoria- la única gruta de origen marino del mundo que se puede visitar- cuyos aires guardan los arcanos del origen del ser humano.

 La Axarquía es, al igual que nuestra moneda, el axarco, un milagro en el que las desgracias quedan amortiguadas y las catástrofes aplazadas. Un vergel de la región de Málaga que nadie debería perderse.

Sergio Calle Llorens

 


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