¿Su marido
falla más en la cama que Vinicius de cara al gol? ¿Mi picha es una dicha
y la de su amante una desdicha? ¿Su novio no sabe que la lengua sirve para algo
más que para hablar? ¿Su hija se ha echado un novio del Real Madrid que
se parece a Roncero? ¿Su cuñado se ha hecho rociero y no para de torturarle
con sus estúpidos cantes? ¿Está convencido de que el día del subnormal se celebraba
en honor a su suegra? No se preocupe. Sólo
piense en el estrepitoso ridículo protagonizado por el equipo de Zidane en
la copa. Parece que setenta años
después, los de Alcoy han vuelto a humillar al club blanco que, ojito al dato, ha ganado
tres de las últimas treinta ediciones de la Copa del Rey.
Sí, el Alcoyano
ha logrado la hazaña de humillar al equipo más favorecido por el VAR y,
como no podía ser de otra manera, los árbitros españoles están de luto, y la
mayoría de los periodistas deportivos, por no escribir todos, van camino del
psiquiatra. Encima la eliminación de los merengones ocurrió en la prórroga
cuando los alicantinos competían con un jugador menos, y con un guardameta de
más de cuarenta primaveras. El chiste se cuenta solo.
En verdad, a
la escuadra de Florentino le quitas las ayudas arbitrales y se queda el
equipo de casados de Guarroman que, por cierto, quedó penúltimo en la
liga provincial. Dos desastres deportivos
han sufrido los blancos en una semana. No sé qué encuesta encargarán los chicos
de Teledeporte para animar a su humillada tropa, pero una cosa es bien
cierta; el Real Madrid es el peor club de España si nos atenemos
a sus éxitos deportivos en relación a las ayudas que reciben desde todos los
estamentos oficiales. Dicho de otra manera, poco ganan para los favores que reciben.
La victoria
del Alcoyano no sólo se cimentó en la prestigiosa moral de su gente,
sino también en la turbia moral de un equipo que parece usar todos los recursos de la
mafia de Chicago. En esta ocasión no les ha servido y ganaron los buenos. Mi abuelo Antón, que por cierto era de Alcoy,
sonríe en el cielo.
¡Moltes
gracies i Visca Alcoi!
Sergio Calle
Llorens
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