La propuesta estrella es la de “someter al Jefe de las
Fuerzas Armadas a referéndum”. Una proposición que bien podría tener como
resultado que el Mocito Feliz o la próxima Reina de Escocia- la Duquesa de Alba- fueran
elegidos como nuestros futuros comandantes supremos. La cosa no es nueva. En la
guerra civil el ejército republicano tenía al frente de la Secretaría de Armamento
a un eminente tocólogo.
Otra sugerencia de esta pandilla es la “supresión de la Escuelas de suboficiales
junto a la de los roles de superioridad/subordinación que hay entre las escalas
y empleos”. De llevarse a cabo, las órdenes podrían ser cuestionada por
cualquier patán aunque hubiera llegado el último a filas. Imaginen la escena de un peón
caminero de Jaén poniendo en duda el uso de misiles de un Capitán General. La
cosa me hace tornar mis ojos a aquella anécdota de la guerra incivil española.
En una clase de táctica, el instructor preguntó al oficial comunista ascendido
por méritos políticos:
“Vamos a ver. El enemigo tiene cien fusileros en un cerro,
una ametralladora y un mortero. Tú tienes que tomar la posición y sólo cuentas
con treinta hombres con fusiles y veinte granadas de mano, ¿qué haces?”
El aspirante se atusa el pelo y piensa en cómo se puede
solucionar el problema. Finalmente se da por vencido y afirma que no se puede
hacer nada.
-“No hombre piensa”-
-“¡Qué no se puede!
- “Mira, mandas un pelotón por un lado del cerro, con bombas
de mano, en un ataque de distracción y, mientras, tú co los otros avanzas con
el lado opuesto”.
- “Coño, así claro, maniobrando”.
Sigamos; la formación Podemos también quiere someter cualquier misión exterior a consulta popular no sin antes, ya les digo,
suprimir los privilegios dentro del Ejército, sobre todo aquellos diferenciadores
con el resto de miembros de las Fuerzas Armadas, como viviendas o coches
oficiales. Eso, de momento, pero no descarten que las estrellas de los
Generales y esas gorras tan fachas se supriman también. Una vez más me viene a
la memoria aquel miliciano catalán que allá por el 37 nos dejaba otra perlita:
“No sé qué s’han pensat de nosaltres, acabaran fent-nos
saludar els capitans”.
Las propuestas de Podemos- todos los árboles- serían el hazmerreír
de la galaxia pero, total, todo es muy del estilo de Pablito Ermitas y sus
compañeros del circo. Con ellos, todos los miembros de nuestros gloriosos ejércitos serían
funcionarios de carrera a la que lo mismo se podrá acceder con 18 que con 76
castañas. Nada de discriminaciones. Y para asegurar a estas nuevas fuerzas
bolivarianas, tendríamos hasta mini-parlamentos donde un soldado raso le podría
cantar las cuarenta a un Teniente Coronel. La repanocha vamos, como si no
tuviéramos bastante con las 17 asambleas de las taifas.
Pero de todas las propuestas de estos cretinos, hay una que
me llama poderosamente la atención; la creación de camaretas mixtas. Ojo al
dato, que el tema no es baladí. Y es que si los mormones apostaron por la poligamia
por aquello de cepillarse a varias hembras sin que tener que dar explicaciones
a la legítima, los de Podemos quieren que nuestros soldados estén siempre satisfechos en el tema del tálamo.
Lo que no ha quedado muy claro del todo es la propuesta de
hacer aconfesional al Ejército español. Lo digo porque sus querencias
musulmanas en Ramadán entran en colisión con su anti-catolicismo. No me
extrañaría que algunos curas católicos terminaran de abono de los campos de
España.
Tras este sucinto repaso por las delirantes propuestas de
Podemos, quiero compartir con sus señorías aquella reflexión de Vicente Rojo
que explican muy bien la derrota de su ejército republicano:
“Nuestra dirección técnica de la guerra era defectuosa en
todo el escalonamiento del mando, con una masa de cuadros medios sin preparación,
desde el Jefe Supremo hasta el Cabo eran improvisados. Ha faltado el Jefe”.
Conclusión: Si dejamos que estos descerebrados lleguen al poder, los del
Estado Islámico terminarán violando a nuestras hijas y mujeres como no podría
ser de otra manera. De no ser tan grave el tema, hasta el mismísimo Gila se
reiría hoy en el cielo al saber de las propuestas de esta pandilla de
degenerados. Luchemos hoy que mañana es tarde, y las campanas empiezan a doblar por todos nosotros.
Sergio Calle Llorens
Impresionante Sergio, es alucinante ver como la ciudadanía de este país toca fondo. Ni por lo más remoto en mis tiempos de Universidad, a finales de los '70 y principios de los '80, pensé que pudiera llegarse a una situación tan caótica y que encima tuvieran varios millones de correligionarios. Por día que pasa estoy más desilusionado y porque no decirlo con miedo al futuro, no se si tenemos alguna posibilidad de parar a estos descerebrados, pero este pueblo no me da la más mínima garantía de ello. En fin no nos queda otra que seguir predicando y esperar, aunque de manera ilusoria, que nuestras palabras no caigan en saco roto. Desde luego olvido mi posición habitual de defender la abstención y me paso al bando de votar en contra de Podemos. Solo me queda desearte buenas noches y felicitarte por esta nueva obra maestra.
ResponderEliminarGracias Antonio
EliminarPerdona que no te haya contestado antes pero he tenido una semana de trabajo muy intensa. Bueno pues yo cada vez soy menos optimista. Estamos ante el final de muchas cosas para esta vieja piel de toro.
Un abrazo