jueves, 13 de febrero de 2014

EL DISCURSO DE LA IZQUIERDA

El fuego absorbe mis ojos aunque la imaginación se evade a campos más libres. Mi vida trascurre entre el rincón del fuego y el espectáculo de la ventana abierta sobre el campo. Hay una luz encarnada sobre la montaña donde se ve el castillo local cubierto de vapores azulados. Desde el exterior me llegan los discursos de la líder de la secta del capullo; su lenguaje es, por expresa ignorancia, vago e incoherente. Es un lenguaje que no obedece a ninguna razón o sistema lógico, a ningún esquema mental coherente y ordenado. Susana nada en la nadería mientras los ciudadanos se ahogan por impuestos para mantener a los colocados del bipartito. Ayer mismo me susurraban las nuevas tropelías de la garduña socialista pero, no puedo desvelar nada, hasta poder asestar un golpe definitivo.

En el otro lado del cuadrilátero; se presenta un joven malagueño que, por serlo, ya supone una novedad en los candidatos a presidir la Junta de Andalucía. El discurso de Moreno Bonilla nos es completamente desconocido y, por tanto, no hemos de hacer ningún comentario. Incluso el observador más obtuso podría concluir que lo único evidente es que ganar en la taifa clientelar del PSOE es una hazaña para héroes hercúleos. De momento, el señor Zoido ha demostrado, al margen de ser un mal perdedor, que ni vale para Alcalde, ni para líder andaluz. Lo suyo es estar con su chaquetita azul desfilando en la semana santa de su pueblo. Me cuesta creer que vaya a apoyar si quiera a un candidato de la Andalucía oriental. En este punto del negocio, habría que preguntar a los andaluces si ha merecido la pena tener una autonomía para que luego sea siempre Madrid la que imponga su candidato.

Y si en Andalucía uno puede beberse un vino mientras unos y otros se clavan las dagas en las espaldas, en Venezuela el régimen chapista asesina a opositores con el silencio cómplice de la izquierda española. El mutismo en relación con lo que ocurre en Caracas contrasta con el ruido que arman por las muertes de inmigrantes en Ceuta. En realidad, a los señores de la siniestra le importan un bledo los africanos, lo verdaderamente importante es dar una imagen ultra del gobierno para justificar una algarada general que culmine en un proceso constituyente. Dicho de otra forma, que los disidentes españoles terminen sufriendo las mismas penalidades que los de la República Bolivariana del inmaduro de Hugo Chávez.

La misma izquierda que camufla su antisemitismo con el apoyo al pueblo palestino. La misma secta que apoya a los saharauis en las manifestaciones y hace negocios millonarios con el sátrapa marroquí. La idéntica siniestra que sufre por los africanos y calla por los cubanos y venezolanos.  Y a los dueños de ese discurso sectario y lleno de odio se les hace difícil no apoyar cualquier movimiento que aspire a colocar a los cuerpos de los enemigos ideológicos en las cunetas.

 El drama español radica en el hecho de que la izquierda española no está equiparada a la europea, ni en sus métodos, ni en sus objetivos. Son formaciones fuera de tiempo y de lugar cuya aspiración es mantenerse en el poder pactando con Etarras, separatistas o cualquiera que tenga en su ADN la fobia a España. Ahondar en el estado autonómico con la propuesta pamplina federalista de Llamazares significa, obviamente, que los Virreyes de las taifas tendrían más poder a la hora de apretar el gatillo. Cruje la leña por el fuego y no puedo evitar acariciar la empuñadura de mi sable. Costumbre de soldado viejo, supongo.


Sergio Calle Llorens

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