sábado, 3 de agosto de 2013

CATALUÑA

Sé por experiencia que da igual la cantidad de veces que demuestres que Cataluña nunca ha sido un reino independiente, por no hablar de la parida de los Conde- Reyes catalanes, pues, sencillamente, la educación catalana que tan alegremente cedieron los socialistas a las taifas, ha dado como resultado una nueva generación de jóvenes que han bebido en las fuentes del nacionalismo inventado. El joven catalán medio está convencido de que Cataluña perdió su independencia en la guerra de sucesión que ellos llaman de secesión. Al margen de discusiones históricas, si los catalanes hubieran querido ser independientes, ya lo serían. Sin embargo, viven del negocio de la independencia pero no la quieren realmente. Como decía Plá, “el catalán es un ser que ha pasado toda la vida siendo español, y ahora, le han dicho que tiene que ser otra cosa”. Al margen del tiempo que les resta para otras cosas importantes, la cosa conduce a la paranoia. El genio de Palafrugell también afirmaba que “el catalanismo no se puede desvincular de España. Cataluña fabrica muchos calzoncillos pero no tiene tantos culos.”

 El catalanismo me produce, en cualquier caso, una sensación de barullo desagradable que parafraseando al maestro, sería como de llegar a la cama y encontrar que no está hecha. Sin embargo, la mejor forma de luchar contra esa corriente ideológica es a través de la recuperación de las competencias educativas. El resto sólo son rebuznos a destiempo como aquel que acaba de pronunciar un tipo de la marca España que ha insultado a los catalanes. Insulto que me hace recordar aquel dicho de; Els diners y els colllons per a les ocasions.

El problema de Cataluña radica en el hecho de que el nacionalismo es un negocio que ha permitido a sus virreyes nacionalistas hacerse de oro, tal y como ha ocurrido con los socialistas en Andalucía. Ya no hace falta que lleven pintada la Gioconda en la calva para  llamar la atención y que la  gente se de cuenta de que el PSUC, CIU y, todos los demás, roban con la excusa de llevar a Cataluña a la independencia. Su universidad indígena y su justicia están hechas a imagen y semejanza de mentes trasnochadas. Alejadas de una auténtica actitud científica, se encierran en el dogmatismo o se envuelven en la señera. En cualquier caso, lo de Cataluña se arregla con educación y con contantes amenazas económicas para que al final las tropas secesionistas canten aquello de;

-         Si avui no ens paguem
-         I demá tampoc
-         Quan vingui la columna
-         No li farem foc.

Sergio Calle Llorens

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