Sí, lo reconozco, mis ideas no valen
ni un pimiento y mis experiencias no le interesan a casi nadie. Sin
embargo, hay algo que sí deberían tenerme en cuenta; soy liberal, y
como tal, entiendo a una persona que piensa que los otros pueden
llevar razón, y ser yo el equivocado. Eso sí, soy crítico con la
realidad política y social de Andalucía, votante de UPD y creyente en la alternancia política. Por eso, aborrezco por igual
al PP valenciano que al PSOE andaluz. Dicho lo cual, quiero añadir
que me envuelve un desasosiego cuando leo los mensajes guerra
civilistas lanzados por nuestros compatriotas en las redes sociales. He aquí
uno que, para más INRI, lo ha escrito un familiar del que aquí
suscribe: “Siento vergüenza y asco hacia la clase política de mi
país, es una verdadera lastima. Gobernantes conservadores de mierda,
a ver si estalla esto pronto porque la están cagando bien”.
Como ven, es una misiva de alguien que
tiene una guerra civil en la cabeza, aunque jamás la haya
experimentado en carne propia. Acusa al gobierno de
todos los males de España, como si el partido socialista no tuviese
ninguna responsabilidad en el actual estado de cosas. De cualquier forma, no
es lo más grave, porque lo suyo puede ser un problema de percepción.
Lo verdaderamente grave es su deseo de que pronto estalle todo y
que, de paso, se lleven por delante a “los conservadores de
mierda”. Esos a los que la responsable del mensaje quisiera ver a dos
palmos bajo tierra,. Por eso enciende, con sus palabras, una nueva mecha que inicie el desastre nacional. La gente que piensa así
y vomita odio en las redes sociales, prepara un otoño caliente con
manifestaciones, intentos de asalto al congreso y provocaciones a la
policía. Y si, Dios no lo quiera, algo grave ocurre, la culpa será
del gobierno facha de Mariano Rajoy. Ese hombre que nos mintió con
el tema de los impuestos, y ahí sigue, impertérrito ante el engaño.
Yo, a ese otoño cliente, respondería con un desnudo integral de las
chicas del tiempo. A la campaña la llamaría un frente cálido. Y es
que no se me ocurre mejor forma que detener la violencia que nos
prepara la izquierda en la arribada de la otoñada. Esa que cree que es la única que tiene
derecho a gobernar. Si la miran de cerca, verán que se parece mucho a esos de la
ultraderecha española y tramontana que pedían la dimisión de
Zapatero a las dos semanas de haber ganado sus primeras elecciones.
Sería buen momento, creo yo, de advertir
de los riesgos a ese sector de la ideología bermeja que pretende reconquistar
el poder en la calle, como hicieron sus abuelos en los años anteriores a la
guerra civil. También habría que recomendarles las memorias de Azaña, en las que afirma que parte de la izquierda quería una guerra civil
como la única forma de aplastar al enemigo. Luego vino la guerra
incivil entre hermanos y miles de muertos.¿Que lo tengan en mente!
Me gustaría hoy hacer un llamamiento a
la calma, aunque la España de hoy no es la del 1936, pero lo único
que me apetece es hablarles de un buen socialista y un gran español
que murió en 1945 en el exilio. Se trata de Manuel Albar que se hizo
grabar el siguiente epitafio sobre su tumba mejicana ; “El nombre
de España nos impone a todos un parentesco físico y moral que está
por encima de los antagonismos, odios y discrepancias”. Pero si al
final palabras como éstas no son escuchadas y se salen con la suya, espero que mi familiar y sus
amigos tengan a bien decirme, con tiempo, a que hora me darán el paseíllo. Más que nada para mandar a mis hijos al
extranjero y ahorrarles el espectáculo.
Sergio Calle Llorens
Clavao!!
ResponderEliminarMuchas gracias amigo.
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