El arquitecto Carlos Hernández Pezzi medita si seguir o no en la primera línea de la política, tras un año como vocero del grupo municipal socialista en el ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol. Un tiempo en el que ha sido la mano derecha y la izquierda también, de la hija del farero con menos luces que un barco pirata, también conocida como “la traidora”. Los rumores apuntan a que ya ha iniciado las conversaciones para retornar a su puesto, y de paso volver a la cordura, como arquitecto de la Diputación Provincial. El motivo que se alude para dejar tirada al recorte de chalaura es el cansancio acumulado. Y es que la mitad de los concejales socialistas en el ayuntamiento malagueño no tienen dedicación exclusiva, es decir que cobran para no hacer nada, y utilizan su tiempo para otro tipo de actividades más lúdicas. Socialismo andaluz en estado puro.
Tampoco el Alcalde malagueño del PP tiene su cabeza al cien por cien en el ayuntamiento, pues ha de acudir a su puesto de senador en la capital del Reino. En Málaga parece que nadie entiende que los asuntos municipales requieren, como el alcohol, dedicación exclusiva. El caso es que el escudero de la patética Gámez está hasta el gorro de acudir a las comisiones de diferentes áreas y empresas que se organizan cada mes. Harto de predicar en el desierto con sus propuestas y agotado del poco interés de sus correligionarios, el arquitecto quiere colgar las botas, que no la bota. A su manera, claro, porque aunque la prensa local afirma que la decisión no está tomada, ya les adelanto yo que Hernández Pezzi abandonará la primera línea política sin renunciar, ojo al doto, a su acta de concejal.
En consecuencia, María Gámez que, aunque se deja ver por el consistorio, sigue de baja por maternidad, a tenor de su poca actividad, volverá a torturar al personal para que la gente adopte a los socialistas como animales de compañía. Tarea difícil si pensamos que para el malagueño medio, el PSOE es una marca electoral extranjera en la Costa del Sol. Lo único claro es que a cada ocurrencia de Gámez, las palomas del parque levantarán el vuelo, los productos de primera necesidad se encarecerán y los asistentes a los plenos disimularán, en lo posible, las carcajadas.
De todo, podemos sacar conclusiones evidentes: La primera es que el PP, a pesar de lo mal que lo está haciendo en la capital, sin ningún proyecto interesante, tiene enfrente a una oposición incapaz de fiscalizar sus actos. La segunda camina de la mano de la crisis, porque la socialdemocracia a la andaluza requiere a personas sin talento ninguno con la única aspiración de seguir viviendo a costa de todos nosotros. Y la última, pero no menos importante, es que Hernández Pezzi y el resto de malagueños, seguirán sin entender como alguien como Gámez, con el coeficiente intelectual de una luciérnaga, y cuya luz sólo sirve para colocar en la administración a todos sus familiares, haya podido sentar su hediondo trasero en nuestro sagrado ayuntamiento.
Coda: Ármense de paciencia y pidan a Gámez y a los suyos que hablen despacito, al fin y al cabo, ustedes no hablan muy bien en idiota.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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Ya echaba de menos una entrada fustigando a la rata de Gámez. Mil gracias.
ResponderEliminarOlivares
Gámez se merece, como no, una dedicatoria por mi parte de vez en cuando. Es, con toda seguridad, la persona que más daño le ha hecho a Málaga desde la Delegación del goobierno andaluz.
EliminarSaludos