De tanto ver
cine he ido encuadrando mi vida que, para más Inri, no ha sido precisamente en
blanco y negro. Ciertamente mi paso por este mundo ha dado para mucho y, ya sea
como actor principal o secundario, en tecnicolor, en un corto o en un filme de
serie B, a nadie he dejado indiferente. Por todo ello, quiero compartir con
todos ustedes, especialmente con los odiadores de este actor de reparto, los
momentos estelares de mi carrera.
Con la persecución
judicial que sufrí a manos de los de la secta del capullo- ¿Lo entiendes ahora Nicolás
Redondo?- interpreté a Steve McQueen en The Great Escape subido
a una motocicleta Triumph TR6 mientras trataba de escapar de la inquina de los NacionalSocialistas. Aceleraba, cambiaba de
dirección, saltaba vallas y alambraba y hasta les daba una patada en el culo a
algunos de sus soldados que representaban, y siguen representando, el mal. Todo
fue en vano, porque al final siempre terminaba magullado al tiempo que caminaba
con mi chupa de aviador y encerrado en la nevera. También como el ex marido de
Ali MacGraw, acababa jugando al frontón en la celda con una pelota de baseball ante la
mirada perpleja de mis captores.
Cuando la injusticia
de la república bananera de Andalucía me hizo pasar un calvario judicial,
y eso que yo había ganado en primera instancia, me sentí como la mismísima Juana
de Arco con esas terribles llamas lamiendo mi cuerpo. Ingrid Bergman
habría estado orgullosa de mí actuación.
También
interpreté, y muy a mi pesar, un remake de la película Fatal Atraction que
casi me cuesta mi salud mental. Les aseguro que nunca me había sentido tan
amenazado por una mujer con ideas de otro siglo. Han pasado muchas lunas, pero
sigo teniendo pesadillas como el personaje de Michael Douglas. Para vengarme de la criatura interpreté a Groucho Marx diciendo aquello de; don´t think ill of me, Miss, my interest in you is purely sexual.
También hice de Humphrey Bogart en el film de
1950 in a Lonely Place repitiendo una de las mejores frases en el mundo
del séptimo arte; I was born when she kissed me, I died when she left me,
I lived a few weeks while she loved me. Luego seguí buscando el Halcón Maltés con la
misma determinación que Sam Spade. Si lo encontré, lo he olvidado por
completo porque, si mal no recuerdo, para entonces se me cruzó la chica de Pretty
in Pink a la que canté please, please, please, let me get what I want
que, como creo que saben, es del grupo de Manchester The Smiths. Ella pintó
algunos colores en mi cielo para terminar trabajando en Casablanca, Lost in
Translation, Notting Hill y otras producciones de renombre. Eso sí, el papel
que nunca interpreté, al contrario que mis enemigos, fue el de lameculos, la
única palabra que termina donde la espalda pierde su nombre que no lleve tilde,
pero con los años se acentúa.
Sergio Calle
Llorens
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