Suelo ver unas 20 películas de terror al año y puedo
asegurar que una gran parte de ellas no merece la pena. Sin embargo, a veces el género ofrece trabajos excepcionales como
Sinister del director Scott Derrickson responsable de títulos como el Exorcismo
de Emily Rose. Un talento que unido al del productor Jason Blum y la gran
actuación de Ethan Hawke hacen de la cinta una cita inexcusable para los
amantes del horror con mayúsculas.
Ciertamente el terror tiene muchas caras y todas, afortunadamente, pueden
encontrarse en esta historia en la que un escritor, que basa sus libros en crímenes
reales, expone a sus seres queridos a un gran peligro. El
terror psicológico, los sustos abundantes y bien distribuidos, el pánico a lo
sobrenatural, el miedo a lo macabro que abre con una escena fascinante en
la que se muestra a una familia de cuatro personas de pie bajo un árbol, con
bolsas en la cabeza y cuerdas atadas a sus cuellos. De pronto, un ente corta
con una sierra una rama del árbol, que hace de contrapeso estrangulando con la
acción a toda la familia. Meses después,
el protagonista Ellison Oswalt- Ethan Hawke- descubre en el ático de su nueva
casa un proyecto y varias películas de Super 8 en la que aparecen crímenes de
familias enteras. Rápidamente se da
cuenta de que el árbol está en la parte trasera de su vivienda y comienza una
investigación. Lo interesante de todo radica en el hecho de que los
espectadores nos asustamos por las grabaciones que el escritor ve y, a su
vez con sus reacciones. Y todo hecho de una manera ciertamente magistral. Es
una película dentro de otra película en la que se puede sentir
hasta el sonido que hacen los actores al quitarse la ropa.
Escenas de ahogamiento, muertes por degollación o por fuego
hasta que Ellison alcanza a ver una figura demoníaca reflejada sobre el agua de
la piscina sonriéndole de forma siniestra.
La clave de todo, en mi opinión, se basa en lo bien que está construida
la historia y lo bien que encajan los elementos narrativos de la misma porque,
no lo olvidemos, es un buen guión lo que hace creíble los efectos del miedo. Como El Resplandor cuya trama es lo que conecta con el resto de ingredientes.
No es la intención de esta entrada desvelar todo lo que el
espectador puede degustar con Sinister sino recomendar fielmente su visionado. Puedo asegurarles no soy de los que se
asusta con facilidad pero ayer mismo, sin ir más lejos, volvía del campo de
noche con media luna y el viento empujando la hojarasca a mis pies. Tuve
que mirar varias veces hacia atrás esperando ver alguna criatura que me
acechaba. Cantó un búho desde una atalaya cercana y a lo lejos se escuchaba la
canción triste del mar. Sin pensarlo dos veces corrí hasta alcanzar las
callejuelas estrechas del pueblo mediterráneo donde vivo y solo al franquear la puerta de mi
vivienda pude respirar tranquilo. Todo porque se me ocurrió acompañar la cena regada con vino del
Penedés con la película en cuestión. Véanla pero a ser posible en compañía.
Sergio Calle Llorens
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