Recibo la noticia de la imputación de Chaves y Griñán en un vagón
abarrotado de la línea 1 de Metro Málaga. Esbozo una sonrisa de felicidad
mientras una joven de muy buen ver se atusa el cabello mirándose en el cristal. A
mi lado, dos mujeres hablan de la lluvia que no ha parado de caer en todo el
día. En el otro extremo, un hombre de poblado bigote lee el Diario Sur con
avidez. Mi destino es un bar junto a la Ciudad de la Justicia y pienso si ésta
prevalecerá al final del proceso. Lo único claro, tras la imputación de los dos
aforados socialistas, es que Andalucía es una gran mentira como he ido contando
a lo largo de los años. Una taifa nacida al albor de los más corruptos que
llevan aplicando el latrocinio institucionalizado durante décadas. Da igual, el
andaluz medio es tonto entero y no hará nada para que no le sigan robando la
cartera. De todas formas, esos
turiferarios, que sí saben de qué va el asunto, me recuerdan a aquel tipo que
pillado in fraganti con la esposa de su mejor amigo le espeta para que no se
enfade; "Aquí follandillo".
Como dice Joaquín Leguina el código ético del PSOE cambia cada día. Hoy
las palabras de Pedrito Sánchez que afirmaban que los dos individuos tendrían
que dejar sus escaños si fueran imputados, caen en saco roto y allí seguirán
escondidos con cara de pocos amigos. Da igual, que sigan, porque es la
constatación de que la secta del capullo va camino de su desaparición. Verán
ustedes como llegado el momento todos los andaluces del régimen saldrán a hacer
escarnio de la partida más peligrosa de Sierra Morena. Les juro que a mí me gustaría ser completamente tonto, a la andaluza. Mirar pero no ver. Observar pero no darme cuenta de que vivimos en una autonomía que no soluciona ningún problema porque es el principal problema. Sí, levantarme por la mañana y escuchar el piar de los gorriones fornicantes y sentir de veras que no hay nada más maravilloso que ser gobernado por esta mafia. Emocionarme con el Rocío, contar chistes y fardar de mi ignorancia pero, por supuesto, no lo consigo. Es lo que tener cerebro y ser viajado. Andalucía, sencillamente, es una auténtica mierda. Y eso lo terminaran entendiendo hasta los lerdos espectadores de Canal Sur.
Sergio Calle Llorens
No diga que Andalucía está hecha una mierda porque le saco un senador de España por el PP de Málaga que le llevará la contraria. Para él, como ha manifestado, Andalucía es Jauja.
ResponderEliminarRecuerdo lo del Señor Ramírez; su argumento era que había un 75% de andaluces gobernados por el PP, la cosa no podía ser tan mala. Se quedó muy holgado el Presidente de la Fundación Cánovas sin que se percatase de haber protagonizado un ridículo espantoso. Un saludo.
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