En qué momento perdió Nietsche la cabeza. Tal vez aquel lejano 3 de enero cuando salió de su casa y se abalanzó llorando sobre un caballo atado a un carruaje que estaba siendo golpeado por su dueño. Unas semanas antes había escrito en su cuaderno de notas; "me estoy buscando un animal que baile cuando le diga y que ... me quiera un poquito"- Recluido en una clínica psiquiátrica, volvió a sufrir varios ataques en los que afirmaba que era señor y tirano de Torino. Una de las ciudades más misteriosas y, también, más desconocidas del viejo continente. En la capital del Piamonte viven dos primos de un servidor junto al Museo Egipcio de la urbe, un sitio inquietante. Otro lugar de misterio es el cementerio San Pietro in Víncoli, hoy parque público. Allí yo también perdí la cabeza por una cabellera morena ya hace algunos lustros. Sin embargo, la pregunta que me hago hoy es simple; ¿en qué momento perdió Andalucía la cabeza como aquel filósofo?
Creo que cuando la falta de honradez es la norma, todo se convierte en una locura sin paliativo alguno. Esa falta de decencia. Esa ausencia de compromiso con uno mismo a través del trabajo bien hecho. Esa manía por no cumplir con lo estipulado. Si en Turín, Torino en italiano, los soldados de los viejos tercios de España avanzaban por el Camino Español por su compromiso con una idea de nación. Hoy, en cualquier urbe o pueblo andaluz, lo que manda es la ausencia de lealtad para con las buenas formas y la decencia.
El asunto de Chaves y Griñán es buena prueba de esa locura andaluza. Si ya nadie niega la responsabilidad política de los ex presidentes andaluces en el caso, sus implicaciones delictivias siguen dando lugar a ríos de tinto. Hay que ser muy "Testa de Ferro" para no ver como estos dos señoritos estaban al tanto de lo que se cocía, porque, por supuesto, era su cocina donde se preparaban los guisos. Huelga decir que los ERE y otros fraudes como los cursos de formación han sido la pùnta de un iceberg que ha terminado hundiendo la cochambrosa nave andaluza.
Canal Sur y, por ende, todos los medios que hacen de turiferarios del régimen, ha llegado a una conclusión; lo relevante es que el TS le quita la razón a la juez Alaya porque ha dividido la pieza judicial. Del resto, de las implicaciones de sus ex jefes. De la inmensa chuleria de hacer ricos a sus socialista. De los miles de millones de euros perdidos en la comunidad con más paro de España; nada de nada. Cada uno se retrata cada dìa. Y es que si llegaramos a creer, que ya es mucho creer, en la inocencia de esos gañanes que hoy se esconden en su aforamiento, la única explicación para el escándalo que hoy se investiga en el Supremo es su manifiesta estupidez. Los andaluces del régimen no apuestan ni por lo uno, ni por lo otro, por aquello de que a papanatismo no les gana nadie. Un retrato, como les digo, que no les favorece lo más mínimo.
Estoy convencido de que Chaves y Griñán serán imputados pero todo quedará, como en el caso del Ministro Blanco, en nada. También estoy convencido de que terminarán dejando los escaños por la incontinencia verbal de la muchachada zapateril- véase Sánchez y Díaz- que con tal de ganar puntos por señorear en La Moncloa venderían hasta a su padre en paños menores. Sin embargo, se irán de rositas para disfrutar de una plácida vejez mientras los andaluces siguen pasando penurias. Ellos, tal vez llenos de furia, se abalanzarán contra un animal por los efectos del cubata en el bar del barrio, pero nada más. Una vez diluido los efectos de la ginebra, seguirán tragando sapos por su tremenda querencia a la condición de súbditos.
Yo apuesto por la inmensa estupidez de Chaves y Griñán, como lo hago por su espíritu corrupto. Y lo hago porque son demasiados años aguantando sus fechorías. Los reconocería metidos en un saco. Nadie podría darme gato por liebre y mucho menos, águila por cerdo. Lo dije entonces, y lo repito ahora; son unos corruptos que nos han llevado al desastre. Quizá el pueblo andaluz no perdió la cabeza porque, sencillamente, nuna ha podido disponer de ninguna. Y hoy, como dijo en su lecho de muerte el conquistador de Breda, personaje central del cuadro Las Lanzas: "Honor y reputación". Es lo único que vamos a ganar los escasos soldados que combatimos al socialismo andaluz durante todos estos años.
¿Final de la escapada? Los cojones.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
viernes, 14 de noviembre de 2014
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