Los andaluces tienen el mismo oído para la
política que Van Gogh para la música. De ahí que no muevan un dedo ante el
latrocinio protagonizado por la izquierda plural andaluza. Un asalto a las
cuentas públicas que, al parecer no va con los sureños. La turba andaluza reúne
todos los vicios que detesto en un ser humano. En realidad, el andaluz es un
ser dañino contra el progreso de la sociedad.
Ver a esa turba insultando a la
Juez Alaya usando calificativos machistas y
pensar que Andalucía no merece ni autogobierno sino una plaga bíblica. Esas
caras llenas de rabia porque alguien les quiere tirar el chiringuito a las
organizaciones sindicales, más conocidas como La Garduña , provocan
desasosiego en cualquier mente lúcida.
El silencio de las mujeres progresistas ante
los ataques a la Juez
sevillana permite concluir lo inútil que es subvencionar a estas señoras con
menos talento que la babosa aquella del pleistoceno. No me extrañaría que los
científicos concluyeran que el componente principal de la cara de las
feministas es el cemento armado. Con la de los sindicalistas, ya es un hecho
científicamente demostrado.
La turba lo contamina todo en la república
bananera de Andalucía y, todo lo domina. Se trata de vaciar cualquier cuenta
pública para regocijo de los familiares y allegados de la secta del capullo con
sus múltiples sucursales. Nadie debe osar ponerse entre la pasta y ellos. La
turba es consciente de que son una pandilla de papanatas pero que lejos de la
política tendrían que empezar a sudar. Esa idea les empuja a destrozar la
reputación de cualquiera que les ponga ante el espejo.
La pandilla de cretinos que dirige los
destinos de la región más patética de España se sabe inferior, y actúa en
consecuencia. La solución pasa por una intervención directa del gobierno
central por razones obvias. A los andaluces hay que salvarles de ellos mismos,
de su estúpido sentido de la vida, de sus razonamientos equivocados y, muy
especialmente, de su cobardía. Algún día, alguien, en algún lugar, tendrá que
asesinar al monstruo andaluz que tanto daño nos ha hecho a todos. Lo repito una
vez más; ellos o nosotros.
Sergio Calle Llorens
Sorprendente Rebelde del sur, hay varias afirmaciones en esta entrada con las que no estoy de acuerdo. Aseveras que los andaluces no movemos un dedo ante el latrocinio protagonizado por la Izquierda plural andaluza; que el andaluz es un ser dañino contra el progreso de la sociedad; que Andalucía merece una plaga bíblica; que Andalucía es una república bananera; que es la región más patética de España y que los andaluces somos cobardes y tenemos un sentido estúpido de la vida.
ResponderEliminarTe hubiera contestado a cada una de esas afirmaciones, si no fuera por las últimas palabras de tu artículo: “Lo repito una vez más; ellos o nosotros”. Interpreto de ellas que tú mismo te sientes incluido en el colectivo de andaluces que no formamos parte de lo que llamas “turba”, y quizás tus inoportunas afirmaciones se refieran a ti mismo, a tu carácter, a tus actitudes personales y a tu calidad humana.
De cualquier forma, si el sentido de tu escrito es mover conciencias para potenciar la lucha por una Andalucía más moderna y más consecuente, cuenta con mi simpatía.
Da igual, Andalucia no tiene solución. La única solución es abandonar el Reino de la chalaura. El andaluz, insisto, es un ser que queda muy bien como súbdito pero nunca como ciudadano crítico. Sin cultura, ahí tienes el informe pisa, no hay sociedad civil crítica.
EliminarQue los andaluces son cobardes no lo Sudan nadie. Yo soy de Huelva y doy fe. En vez de insultar al mensajero, lucha y deja de decir memeces. Señorito Rafael.
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