La ingenuidad con la que el pueblo andaluz se traga la
basura que publican los diarios andaluces sólo habla del grado de cretinismo en
el que habita. Está tan acostumbrado a vivir de las migajas que los Rinconetes y
Cortadillos les regalan de vez en cuando, que no pueden imaginar un mundo
mejor. Ha estado tantas décadas bajo el yugo del latrocinio institucionalizado
que ve normal que no haya dinero ni para pipas.
Si la información
sobre Andalucía llega sesgada y manipulada, qué podríamos decir de sus sesudos
expertos en asuntos internacionales. Bastaría sacar varios de sus editoriales
sobre la primavera árabe de hace unos meses para provocar millones de carcajadas.
Y es que no hay nada peor que escribir pensando en la corrección política.
El mundo árabe es incompatible con el concepto de
democracia, de igual forma que la libertad entre los ciudadanos no se da nunca
allá donde la bandera del Islam señorea. Pretender exportar el modelo de
democracia occidental a un país musulmán es sencillamente imposible. También
resulta sorprendente volver a leer todos esos pensadores entusiasmados por una
primavera que ha resultado ser el mismo invierno en el que viven los descendientes
del profeta. Continúan en el medievo en el que una mujer nunca puede valer lo
mismo que un hombre. Golpes de estado, revoluciones, venganzas, locuras y al
final todo vuelve al punto de partida; la oscuridad árabe correspondiente. Da
igual quien gobierne, al final las mujeres siempre pagan el pato. Las últimas
han sido las cien que han sido violadas en una plaza pública en Egipto que ha
precedido al golpe de estado de los militares.
Cuesta creer que alguien en su sano juicio puede tenerle fe
a estos pueblos islámicos. Cuesta creer que se dejen engañar por los mismos que
cuando huyen a Europa intentan usar nuestra democracia para destruirla. Cuesta
creer que alguien normal pueda tratar con gente que no es capaz de aceptar a
quien piensa de forma diferente. Cuesta creer que alguien pueda apoyar a los
rebeldes sirios que cortan el gaznate a un cura católico. Pero por mucho que
cueste creerlo, la prensa andaluza siempre se traga sus patrañas arabistas y su
falta de respeto por el mundo civilizado.
Como decía por la libertad se debe luchar cada día. No hay
vuelta atrás. No hay que ceder un ápice ante la barbarie de unos y la estupidez
de los periodistas. Y mientras lo hacemos, tenemos que seguir dando las
gracias a gente como la Juez Alaya
y a los Reyes Católicos por librarnos de esa forma tan retrasada de entender el
mundo.
¡Todavía quedan algunos valientes dispuestos a seguir dando
batalla con la palabra!
Sergio Calle Llorens
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