Vaya por delante que estoy a favor de que los honrados
come-almohadas se puedan casar y, de paso, que hagan lo que les de la gana. Con
mis piedras, como dice la canción, que construyan su casa o su picadero. Ideario,
supongo, de haber crecido en una familia liberal donde nada era pecado. Aclarado
el asunto, les pongo en antecedentes de la polémica. Dos profesores de la UMA ; Manuel Juan Peláez y
Emilio Lecuona. El primero pertenece al Opus Dei y el segundo es abiertamente
homosexual. El caso Lecuona & Peláz fue aireado por la asociación de
gays y lesbianas Colega al denunciar el acoso y homofobia que sufría el
profesor Lecuona. Todo dio paso a una
serie de acusaciones contra el ultra católico Peláez.
Conocí a ambos profesores en la UMA He
de decir que los dos son buenos profesionales. Sin embargo, Peláez es homófobo y
siente repulsión hacia las mujeres. Todavía recuerdo como echaba a mis compañeras que iban a su despacho algo ligeras de ropas que, para él, era cualquier
mujer que no vistiese con los hábitos de una monja. Por eso, me extrañó que la
prensa dijera que tenía contratada a una Miss en el departamento. Y es que el
catalán no puede soportar la presencia de una mujer guapa a un kilómetro a la
redonda. En cualquier caso, el enfrentamiento entre ambos personajes tiene su
origen en la acusación de plagio de Peláez a Lecuona. Tras las mismas, hubo
correos insultantes contra Lecuona y una campaña de acoso y derribo.
No quiero entrar en el tema del plagio pues desconozco si
las acusaciones eran veraces o no, empero, toda la polémica que había sido
difundida por los que se dicen defensores de los gays y lesbianas, Colega, tuvo
su final cuando la asociación recibió un cheque por 300.000 euros de la Universidad. Y
es que, una vez más, Adelaida de la
Calle compraba voluntades. A partir de ese momento, la
rectora pudo continuar con su campaña electoral para ser reelegida de su cargo.
Y, como habrá imaginado el lector inteligente, de aquella polémica que acabó en
los tribunales, nada más se supo.
Lecuona siguió sufriendo ataques homófobos pero a nadie
pareció importarle. Es obvio que en Andalucía no es lo mismo que un “progresista”
como Valderas diga que un cargo político tiene las tetas gordas, que la
afirmación sexista provenga del enemigo
ideológico. De igual forma, no es lo mismo que se queme un tunecino a lo bonzo
que un tunecino. Hay clases y clases.
Sergio Calle Llorens
Pues debería importarte, antes de verter esas acusaciones de homofobia -que hoy día se ve que son gratuitas- si hubo o no plagio, que era lo relevante. Que un plagiador se defienda atacando a su acusador de homófobo es una defensa muy poco hábil que más bien retrata al acusado de incompetente plagiador.
ResponderEliminarComo comento en el artículo; conocí a ambos profesores y Pelaez, además de ser honorario del Opus Dei, era un misógino intransigente. En cualquier caso, debería haber sido la justicia la que estableciese si hubo o no plagio. A mí que no me miren.
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