Málaga siempre me ha parecido un barco. Desconozco, eso sí,
donde está la proa y a que lado se encuentra estribor. Todo en ella huele a
salitre de una mar vieja y sabia. En sus calles se oyen diferentes lenguas desde
el origen de los tiempos. Abierta, liberal y mediterránea suele conducir sus
pasos a ritmo fenicio, con sus trapicheos y sus voces marineras. A pesar de que
muchos intentan que el navío malacitano navegue igual que en un río, es
la patria salada su verdadera vocación. Por eso, fue la primera en el peligro de
la libertad. El milagro malagueño no está en sus
edificios, sino en el hecho de que cuando pasas dos veces por una calle, ésta,
inexplicablemente, siga allí, a la vuelta. Cosas de depender de gente que
desconoce la esencia mediterránea de la urbe del sur. A veces, cuando la
contemplo en la distancia, veo a Málaga suspendida entre el cielo y el suelo,
con su imponente Castillo de Gibralfaro haciendo de centinela. Como toda ciudad
junto al mar, tiene una historia oficial y, junto a ella leyendas susurradas de tesoros perdidos, de
naufragios y de sueños incumplidos. El resultado de los embates de la tormenta
a la que inexpertos grumetes no supieron vencer.
Cuentan que los malagueños para hacer reír a Dios, sólo
tienen que contarles sus planes. Unas veces es un futuro museo,
la restauración de un teatro romano o la construcción del suburbano. Todos los
sueños se eternizan en algún cajón lejos de la mar. A veces, incluso, cuando el
barco parece llegar a buen puerto, el grumete de turno hace mal la maniobra de
aproximación, y la nave termina volcando a una milla náutica de las costa. Miren el caso del
metro en el que después de proyectos, cambios y estudios del terreno, los
vagones siguen sin circular y, para más INRI, nadie tiene ni puñetera idea de
cómo arribarán al centro de la ciudad imposible.
El metro, en cualquier caso, abrirá a finales de 2013 desde
el Martín Carpena y Teatinos hasta la estación María Zambrano, retrasando la
terminal del Guadalmedina a finales de 2014. La Junta propone ahora hacer el
metro en superficie en el centro, ese lugar de Málaga en el que yo siempre
vislumbro el camarote del capitán de la Nao. La medida pretende ahorrar dinero
y extender el suburbano hasta el Palo, otra zona marinera.¿Estará aquí la popa?.
El plan anterior de soterramiento se los llevó, por lo visto, el viento de
levante que, como todos ustedes saben, es muy travieso. También el poniente
hizo lo propio con los planes para
llevar los cercanías a la zona este de la provincia.
A pesar de los golpes de la mar, los marineros hablan
mientras despliegan las velas y recogen los frutos de la mar. Discuten y
argumentan sobre las mejores opciones para que la embarcación se salve. Entre ellos, hay quienes dar un golpe
de mano y arrebatarle el timón al Capitán, hombre viejo y ajado. Otros, en
cambio, pretenden virar la nave, cargar los cañones y asaltar el barco andaluz. En cualquier caso, el buque
hace aguas por todos lados y lo más probable es que la nave siga como hasta
ahora. Sin rumbo, sin capitán, sin noray al que amarrarla. Lo único claro es
que nuestro futuro es tan negro como las profanidades del océano. Tan claro
como que la Junta
de Andalucía, una vez gastado el dinero en los marineros de agua dulce,
sustituya el metro por el tranvía y éste por el medio de transporte que mejor
representa a Andalucía: El burro taxi de Mijas. A este paso, esos hijos de la
gran puta serán capaces de cambiarnos el barco malagueño por un hidropedal. Eso
sí, verde y blanco.
Sergio Calle Llorens
No sé, lo de Málaga con el Metro ya parece de Ciencia Ficción, casi tanto cómo que Andalucía lidere algún día, por arriba, el informe Pisa. Aún así, quizás tengaís suerte, en Jaén nos terminaron el tranvía. Veinte millones de Euros tirados a la basura para que después digan que la Junta no cumple sus promesas.
ResponderEliminarUn saludazo.
La verdad es que jamás cumplen nada. En Vélez Málaga había un tranvía que iba a Torre del Mar volvía a Vélez pero no llegaba al centro. Todo muy bien planificado.
EliminarSaludos
Me ha encantado el artículo pero no me queda muy claro que es lo que harías tú con el metro;
ResponderEliminarSaludos
Alsina
El metro se encuentra casi terminado hasta el intercambiador de la estación María Zambrano, y las maquinas se abren camino hasta el Puente de Tetuan, justo antes de entrar en la Alameda. Entonces quedan 2 KM hasta la Malagueta. Se podría hacer en superficie si se piensa en reducir el tráfico en la zona y peatonalizar la Alameda, lugar que ahora parece una estación de autobuses. Una zona peatonal al lado del Soho y del Puerto de Málaga con sus tres estaciones marítimas, sería algo impresionante.
EliminarEl problema es que han cambiado de planes varias veces y siempre por razones de mala planificación y, por supuesto, penurias económicas como las actuales. Lo que tengo claro es que el metro subterráneo es mejor pero que si se hace en superficie hasta el Palo, deberíamos hacerles firmar un documento en el que se comprometen a llevar soterrado el suburbano hasta el Rincón de la Victoria. De esta manera, podríamos conectar por tren con la zona oriental de la provincia.
En la actualidad no hay un duro, sin embargo el consejero dice que sí hay dinero para hacerlo soterrado pero que prefiere hacerlo en superficie. Vaya que nos están tomando el pelo.
Supongo que Málaga no se va a poner de acuerdo en lo que quiere, nunca lo hace, pero esperar más años para llevar el Metro al centro es una temeridad. Son sólo dos KM y el resto prácticamente es soterrado. Bueno es mi modesta opinión.
Saludos