Siendo un niño, le levanté la falda a una muñeca para toparme con el primer fraude de mi vida, pues la moña no tenía nada entre las piernas. Supongo que la falta de rajita me hizo, obviamente, comenzar a rajar de todo y de todos. Eso sumado a muchas lecturas guiadas por personas fundamentales en mi vida, me empujaron a manejar la pluma como empuño la espada. Por eso, llevo años combatiendo a la Andalucía soez y chabacana que nos han impuesto por pelotas, cuyos puñales son poderosos pero que no resisten el choque de aceros. Sobre todo cuando se tiene delante un mano firme y un corazón de soldado viejo.
Sé que me asiste la razón cuando denuncio los abusos del gobierno regional más lerdo que jamás pariera madre. He señalado con el dedo, aportando pruebas, a gentuza como los Gámez y a otros miembros del partido del capullo. Y lo voy a seguir haciendo, con la convicción de que hago un servicio a mis conciudadanos. Como lo hacen otros medios publicando que la Juez Ayala y la Guardia Civil han implicado a 16 cargos políticos en la trama de los ERE. Incluso el último atestado advierte que se continúa investigando la participación concreta del titular de la Consejería de Economía en la trama. En relación a Manuel Chaves, los agentes de la UCO se detienen especialmente en él al afirmar que “los miembros del Consejo de Gobierno sí conocerían el sistema utilizado, participando en mecanismos que lo harían viable”. Más claro agua.
España necesita soltar lastre y acabar con esta casta política corrupta que domina en todos los partidos políticos, a diestra y a la siniestra. Un cálculo reciente afirma que en nuestro país debe de haber unos 200.000 políticos, de los cuales sobran 100.000. La fusión de municipios de menos de 20.000 habitantes, nos ahorraría unos 16.000 millones de euros, Y si suprimiéramos autonomías, mancomunidades, o Diputaciones, el ahorro sería mayúsculo. Creo, por tanto, llegado el momento de que los españoles lleguemos a un acuerdo nacional para suprimir entes políticos. Es más, hemos de exigir a nuestros representantes públicos que dejen de colocar a sus familiares, pues se calcular que hay más de 230.000 enchufados en la administración. No es de recibo que la factura de este guirigay autonómico la paguemos los ciudadanos honrados y no quienes nos han llevado al desastre.
Fusión de ayuntamientos, mandar al paro a los enchufados, racionalizar el gasto y evitar duplicidades deben ser moneda común en la presente legislatura. No podemos seguir reproduciendo el yerro de alimentar una administración mastodóntica. La fiesta, sencillamente, se ha terminado. Como un servidor hace años con la bambola, ya son muchos los españoles que conocen que la muñeca autonómica tiene un negocio fraudulento y caro entre las piernas. Una rajita por donde colocar nuestras monedas que, a cambio de nuestra generosidad, no reparte caricias sino guantazos.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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