A veces me pregunto que tienen los socialistas andaluces entre las neuronas ¿Ácido lisérgico? Eso explicaría muchas cosas. Sin ir más lejos, hoy mismo la Junta ha anunciado por la boquita pintada de su presidente madrileño que las elecciones tendrán lugar el 25 de marzo. La fecha será aprovechada por muchos andaluces para votar con una frase que rima con el numerito. Tres décadas sufriendo sus locuras lo explican. Tiempo suficiente para aprender que la igualdad ocurre cuando los jefes y los empleados comparten la coca. La educación aquello que iguala a los escolares por la base y la sanidad lo que se sufre en silencio, como las hemorroides. En cuanto al mundo laboral, jamás una república bananera había logrado igualar más a sus ciudadanos, en un Remake magnífico de “Los lunes al sol”.
Para tunear la realidad, los medios de comunicación andaluces se han lanzado a una carrera vertiginosa en recordar los logros de la mano que les da de comer. En Málaga, por ejemplo, la Consejería de Salud acaba de manifestar su compromiso de construir el megahospital que ya anunció en 2008. El germen del centro sanitario malagueño será el Instituto de Investigación Biomédica. Por supuesto no aclaran como se financiará el citado centro. Tal vez del dinero que adeudan a los proveedores andaluces a los que han arruinado. Esos que, un día sí y el otro también, afirman que los únicos gérmenes en Andalucía están en el gobierno andaluz y en el partido de la rosa. También en la capital de la Costa del Sol, el señorito Griñán ha visitado las obras del metro que van tardando casi tanto como el despacho que prometió abrir por calle Larios.
Ya ven, promesas, obras que nunca terminarán y proyectos que salen del cajón cada cuatro años. Y todo regado con una lluvia de subvenciones a cual más pintoresca. Así llama la atención los 74.000 euros de nada para la realización de un inventario de trincheras, refugios y búnkeres en el término municipal de Antequera, en cuya comarca también se exhumarán fosas comunes. Esto último cuenta con mi total apoyo. Otras subvenciones interesantes son las concedidas por Trinidad Jiménez tras perder las elecciones. Otros 63 milloncillos de nada distribuidos entre el Festival de cine africano de Tarifa, la Fundación Musol que tiene entre sus objetivos el “Desarrollo de los políticos, funcionarios y técnicos de la administración local y autonómica, la rede LGBT de Gays, Bisexuales y transexuales. Pero del dinero concedido por mi paisana, me llama poderosamente la atención los 43.162 euros para la Asociación Hegoa que quiere “avanzar hacia una ciudadanía global crítica construyendo sinergias a los movimientos feministas”, que traducido al español viene a explicar como vivir sin dar palo al agua. En definitiva, Trinidad Jiménez y todos los socialistas no sólo parecen idiotas o actúan como idiotas, sino que son realmente idiotas que se reúnen al anochecer a probar manjares. Se le conoce como “La Cena de los Idiotas”. Y sí, la factura la seguiremos pagando usted y yo hasta la fecha indicada. Paciencia pues.
Sergio Calle Llorens
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