Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
lunes, 19 de septiembre de 2011
LENGUAS II
La mayoría de personas da por buenas una serie de hechos falsos sin pararse a pensar ni un momento. Ya saben, mentira bien inventada vale mucho y no cuesta nada. Uno de esos embustes que se repiten hasta la saciedad es que el español está en peligro en Cataluña. Sin embargo, los datos contradicen esta afirmación; así es el catalán a pesar de las imposiciones en los centros de enseñanza, el que va retrocediendo en su uso. Tengamos en cuenta de que la inmigración ha provocado que la lengua de Cervantes sea la lengua más hablada fuera de las escuelas. Otra cosa bien distinta es lo malo de imponer la lengua vehicular en la enseñanza. Yo defiendo el bilingüismo, pero los separatistas y los separadores siguen empeñados en renegar de una parte importante de su ser. Allá ellos.
Otra de las mentiras que llevo escuchando desde hace más de un lustro, está basada en el supuesto peligro chino para los próximos años. Al parecer, todo un conjunto de ciudadanos afirma, sin sonrojarse siquiera, que China sustituirá a los Estados Unidos como potencia mundial. Imagino que basan sus afirmaciones en la compra de deuda extranjera por los asiáticos y en las predicciones de la bruja Lola. Pero quien quiera leer esto, que lo guarde en algún rincón de su memoria. China caerá por su propio peso, por su exagerado crecimiento y por otras razones de carácter interno que tan bien conocen los servicios de inteligencia. A China no hay que temerla sino compadecerla.
En España no son muchos los que dominen las lenguas extranjeras o el lenguaje económico. Y mucho menos, los miembros del gobierno. Todavía recuerdo a una ministra española cuando afirmó que “el producto interior bruto es masculino, por eso va mal”. La niña se quedó descansando sin percatarse si quiera de que lo más bruto que hay en esta nación son las mentes de sus señorías. Por otra parte, el pueblo llano tampoco controla muy bien el lenguaje político y se deja convencer fácilmente. Un lerdo con cejitas, buenas palabras y alguna promesa son suficientes para doblegar voluntades. Esta gente es la misma que afirma que la monarquía española es muy cara, cuando es justo lo contrario. Les doy datos: La casa real española tiene un presupuesto de 8,7 millones de euros. Muchos dirán todavía que eso es un gasto tremendo y que lo mejor sería echar a los reyes e instaurar la III república. Bueno la subvención a la hija de Chaves en la empresa donde trabajaba era de 10 millones de eurillos. Pero dejemos a los hijos de los corruptos para hacer un análisis comparativo riguroso de lo que cuesta mantener a una familia real europea. La monarquía más cara es la británica, con 46,7 millones, le sigue la holandesa con 39,6 millones, la noruega con 28 millones, la belga con 14 millones y la sueca y la danesa con 12. La monarquía española, por tanto, tiene el presupuesto más bajo junto- atención, atención- a Luxemburgo. No importa, algunos seguirán afirmando lo contrario. Nada se puede hacer contra aquellos que han decidido de antemano fijarse en el continente y no en el contenido. A ellos habría que recordarles que no es lo mismo- aunque quieran- tu hermana en el jardín del Edén, que le den a tu hermana en el jardín. Tampoco puede ser igual, aunque se empeñen, una pelota negra, que una negra en pelota. Pero claro no se puede esperar mucho de gente que no domina lenguaje alguno y se expresa cuan neardental cualquiera. Piltrafillas que no entienden la diferencia entre un metro de encaje negro, y un negro que te encaje un metro. Consecuencia, queridos amigos, de desconocer la cultura con mayúsculas a la que ellos desprecian. Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ay el pueblo, siempre tan errado y confundido.
Sergio Calle Llorens
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