Lo acontecido hoy en la ciudad de la Justicia de Málaga
demuestra, una vez más, la cobardía de una parte de la sociedad andaluza;
insultos, tirones de pelo en un paseíllo a una mujer que ya había sido
condenada por la justicia. Y bien saben los que me conocen, que estimo la
sentencia algo corta, pero no puedo, ni por un momento, aplaudir
comportamientos de personas que quieren tomarse la justicia por su mano. Tampoco
es que esté muy a favor de esos seguidores de la Pantoja que han vuelto a hacer el ridículo. Todo el
asunto de la tonadillera, incluido su romance con el cachuli y los cuernos a la
insoportable de la Zaldívar ,
sirven para tapar las vergüenzas del caso Malaya; el mayor expolio, tras los
ERE socialistas, ocurrido en la taifa del sur.
Los investigadores de la trama tuvieron que dejar sus
puestos cuando apuntaban la posible, y más que plausible relación entre algunos
dirigentes de la Junta
con el GIL en Marbella. Presiones y alguna que otra amenaza que tuvo como epílogo
final la renuncia de esos honrados policías que ejercen su profesión en la comisaría del barrio
marinero de El Palo en la actualidad.
El caso Malaya es la prueba fehaciente de que la única ley
que prevalece en el sur, es la de las mafias, llámenlas como quieran; PSOE,
rusa, italiana, gilista, y todo, con el consentimiento de un pueblo que vive en
la más deshonrosa de las inopias mundiales. Sin embargo, con lo que se queda el
vulgo andaluz, y del resto de España, es la condena y no entrada en prisión
de esa folclórica tan impresentable. Olvidan que la aventura gilista fue
posible porque al PSOE de Andalucía le vino bien, en su momento, quitarle el
poder al PP en la Diputación malagueña con
la colaboración del partido de Jesús Gil
en Marbella, única ciudad de España con más de 100.000 habitantes que no tiene
conexión ferroviaria. En los años del gran saqueo marbellí, la Junta siguió cobrando sus
plusvalías procedentes de la joya de la Costa del Sol, y no abrió la boca jamás.
Ver a esa pléyade de periodistas arribados de la meseta para
grabar a la sevillana debe llevar al sonrojo a los medios de comunicación
españoles. La inteligencia, en
Andalucía, es aquella cualidad intelectual que atribuimos a aquellos que piensan como nosotros, a los
otros, a los que consideramos responsables de nuestros fracasos, hay que
humillarles siempre que sea preciso. Cabe preguntarse por qué esta pandilla de
cobardes no fue a manifestarse nunca en las sedes del PSOE andaluz, máximo
responsable de todo lo que ha acontecido aquí en los últimos treinta años. Empero,
es mucho más fácil vejar a aquel que ha caído en desgracia. El mundo andaluz,
en definitiva, es un territorio de monos y es mejor dejarlo correr. Años de
canal sur con sus programas para oligofrénicos profundos han llevado a una
sociedad al desastre más absoluto. La Pantoja es culpable de un desfalco clarísimo pero
no de que Andalucía sea el culo de Europa.
Verlos allí vociferando tras la masa porque, ya les digo yo que en un cara a cara no serían capaces, ha vuelto a poner de manifiesto
que de todos los presentes; Isabel Pantoja,
Mayte Zaldívar, Julián Múñoz, periodistas y vulgo en general, el único que
parecía estar en su sitio era, ¡y manda huevos!, el Mocito Feliz. Un tipo algo
ido que desde el principio hasta el final ha intentado salir en la tele, y
defender a su admirada cantante. Y lo ha hecho, sin un insulto, sin una mala
palabra y con una dignidad que ya quisieran para ellos, toda esa pandilla de
hijos de puta que ensuciaba con su presencia las calles de Málaga. La Patoja que devuelva la
pasta que nos ha robado y, esa gentuza que se esterilice de una vez, por el
bien de España y la humanidad.
Sergio Calle Llorens
Ante esta gentuza acosadora, cobarde, nazi, que ensucia las calles de España, como hoy en Málaga, me han venido al majín los versos de A. Machado: "Mala gente que camina y va apestando la tierra..." Más allá de la certeza de lo que dices de la Pantoja.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMe ha gustado lo de Machado; muchas gracias amigo.
EliminarMagnifico artículo, si señor.
ResponderEliminarUn análisis así se echa de menos en la prensa. ¿A que se dedican entonces?
Felicidades. Una vez más, repito, ¡magnífico!
La prensa, ya se sabe, a lo suyo; hacer el ridículo. Un saludo
EliminarSi la sociedad malagueña reaccionara con la misma exacerbacion contra todos los oprobios a los que se la somete por parte de la Junta, hace tiempo que nos habrian dado la autonomia plena. Pero por desgracia, esta sociedad esta anestesiada por la cultura del salvame de luxe.
ResponderEliminarIsabel
Anestesiada y, por ello, duerme el sueño de los injustos.
EliminarSaludos