Aprendí, como dice la canción, que sólo las sombras nos
enseñan a ver. Sé por ese mismo tema que hay que desconfiar muy mucho de las
luces y que si buscas al sol, dentro de la noche lo verás mejor. Y lo sé porque he caminado
muchos años tratando de ver al Lorenzo y, de paso, arrojar algo de su
maravillosa luz sobre la corrupción andaluza. Sin embargo, he de anunciarles
que tiro definitivamente la toalla. Creo que ha llegado el momento de pasar el
testigo. Yo ya he hecho lo mío. Son demasiados conflictos. Demasiadas querellas
y sinsabores en la oscuridad de la madrugada. Estoy seguro de que muchos no podrán
olvidar jamás mi mirada, ni mi pluma, ni todas las investigaciones en las que
he puesto en la picota a los del régimen. Con eso me doy por satisfecho.
Es una decisión madurada bajo la luna mediterránea y,
considero, que es lo mejor para mi. En cualquier caso, quiero decirles que
voy a hacer una última contribución a la causa; la publicación de un trabajo
sobre la corrupción andaluza donde aporto innumerables pruebas en una tesis
impactante. Pruebas que, por cierto, voy a poner a disposición de la justicia
cuando sea llamado a declarar en un próximo juicio. Así que el Clan Gámez- Martínez
no se va a ir de rositas ni mucho menos. Los becarios, de momento, no deben de
pasar por estas páginas más veces. Vaya que ya llamará un juez a sus jefecitos.
Seguiré en otras batallas pero no quiero perder mi alma por una
pandilla de mangantes. Durante años me han acompañado en estas páginas pero
todo lo que empieza tiene un final. Le daré a la tecla todo lo que pueda con temáticas que
nada tienen que ver con la taifa del sur. Andalucía no me merece la pena. Ahora nuevos horizontes se abren ante mí.
Estoy lleno de esperanza y de ilusión. Simplemente he de soltar el lastre para que mi nave
cabalgue sobre las olas.
Espero sepan comprenderme; he estado demasiado tiempo
interpretando sólo la canción del valor para que, de paso, el andaluz pasara de
presa a cazador. Sin éxito. He pasado
noches muy malas combatiendo a esos corruptos, dejándome la piel y la espada en
callejones oscuros. Sin gloria. Me he sentido como el último hombre en pie, como un soldado
peleando en tierra extraña sin que a nadie le importara lo más mínimo. Me queda
el consuelo de haberlo dado todo en la batalla en la que, por cierto, he
encontrado a algunos camaradas fantásticos que me han hecho más llevadera la
guerra. Pero ya basta.
Ha llegado el tiempo de hacer balance y no me arrepiento de nada. Ni siquiera de los momentos en los
que me he sentido lleno de nada. Vine sólo y me marcho sólo. Y ahora que escribo el parte de bajas y veo que siempre salgo a flote donde el resto naufraga, noto
que mi nave ha de recorrer otros mares lejanos, para experimentar de nuevo la
calidez que sólo hallo bajo la lluvia torrencial.
Abandono con la cabeza alta, cicatrizadas las heridas y fuego
en el corazón. Me esperan otros aceros y otras batallas pero ahí te quedas
Andalucía, con tus taras y tu cretinismo infinito. El soldado viejo que aquí
les cuenta, verá pasar, y con mucho gusto, su cadáver putrefacto mientras elevo
al cielo la canción del valor de mis compañeros de armas.
Coda: Les mantendré informados sobre la publicación del
libro de investigación. Mis seguidores podrán adquirirlo por el módico precio de 1 euro.
Sergio Calle Llorens
Te entiendo, pero para mi es una gran pérdida. Pocas personas se han atrevido a denunciar públicamente la clase de políticos que nos gobiernan sin partidismos. Felicidades
ResponderEliminarGracias; me queda una última bala en la recámara. Espero que os guste. He de decir también que haré colaboraciones puntuales en la revista y alguna sorpresita. No me voy del todo. Es una evolución. Un abrazo.
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