La
entrevista a Mercedes de Pablos, Directora del Centro de Estudios Andaluces,
realizada por Carlos Mármol en Sevilla no tiene desperdicio. Una mujer que se
define como periodista y que nos dejó varios titulares que no puedo pasar
por alto. La primera es que la ínclita señora afirma que la RTVA ni es del
gobierno, ni de los trabajadores ni de los sindicatos sino de los andaluces. Y
yo con estos pelos y sin enterarme. He de recordarle a la socialista que los
medios de comunicación son, o deberían ser, la artillería de la libertad y no
un instrumento para gloria de la Garduña del sur que aplica el latrocinio
institucionalizado. Los controles a ese ente, mujer horripilante de la pradera,
son los mismos que tenía la tele de Goebbels.
Una segunda perla relacionada con el tema del
abyecto Canal Sur es que afirma debe tener una rentabilidad social que,
traducido del farfullín de la secta del capullo viene a ser aquello de; vamos a
hacer de los andaluces- de España ya está conseguido- los seres más tontos del
universo conocido y por conocer. La rentabilidad, por tanto, es que sigan
votando a aquellos que les traen la miseria a casa.
La tercera
revelación de Doña Mercedes, tras aclararnos que los de izquierda tenían que
haber leído y viajado más- tal vez incluso deberían haber encargado algunos
cerebros antes de hablar- es que la clase media andaluza ha sido ignorante y el
pueblo sabio. En fin, creo que una vez se demuestra que las mujeres en Andalucía
que no valen se meten a trabajar como altos cargos de la Junta. Y es que esta
señora, o lo que sea, no tiene ni puñetera idea. En Málaga, motor económico de
la insufrible taifa, la clase media desde el siglo XIX ha tenido un componente
extranjero que ayudó a configurar una burguesía ilustrada y liberal que nada
tenía que ver con las de otras provincias. Y si no lo sabe que lea un poquito
que tampoco es tan difícil. En realidad, lo que quiere decir esta mujer de vuelos
gallináceos es que el pueblo llano es sabio al votar al partido que la elige a
ella para seguir haciendo, vaya usted a saber qué. Y la clase media,
especialmente la que vive en las zonas costeras pues es inculta por rebelarse
contra los robos y el paro que nos trae el gobierno de la Junta. No intenten
buscarle ninguna interpretación más sesuda porque no la hay y, si me apuran, ni
la habrá.
La cuarta
revelación de la charla que me llamó poderosamente la atención fue la que ella,
ya te digo, es una mujer prudente y por eso nunca ha dicho en público todo lo
que piensa no vaya a ser que termine anunciando del Café Catunambú por informar
“erróneamente” de política, como le pasó a la responsable del Centro de
Estudios Andaluces. Algo que ella
interpreta, he conocido a crustáceos con más talento, como algo positivo porque
"no hay nada como que te castiguen la vanidad pronto".
Finalmente
la ex directora de Canal Sur Radio que, dicho sea de paso, fue concejal del
Ayuntamiento de Sevilla afirma que si dependiera de ella, la capital de
Andalucía estaría en internet. La cosa tiene
su aquel porque creo que lejos de ser positivo, ser capital, al menos en
Andalucía, constituye una rémora importante para el avance económico, social y
cultural de esa ciudad. Málaga, cuyo único título es el de Capital de la Costa
del Sol, es la primera en todos los parámetros habidos y por haber. Y solo
pierde en el PIB porque los ingresos de todos los funcionarios de Andalucía
compitan en la capital de Andalucía. Así que la capital, por el que aquí
suscribe, puede estar en Marte o en Raticulín, pero en Málaga no la quiero ni
bendita.
Y si
sorprendentes fueron las respuestas de la madrileña, que sí que nació y se crió
en la capital del Reino, peor es el título de la sección donde aparece Doña
Mercedes; “Entrevistas Impertinentes”. Sí ya se puede ver la sumisión y la
dulzura en las preguntas de Carlos Mármol que, visto lo visto, se ha ganado el
apelativo del marmolillo. Vaya ni siquiera tuvo a bien alzar una ceja cuando la
tipa dijo lo del pueblo andaluz sabio. Yo es que me lo estoy imaginando
haciendo la entrevista para cubrir el expediente y correr, dos segundos después, a refugiarse del
calor estival no fuera a quebrarse el muchacho. Y en El Mundo Andalucía,
imaginen lo que habría ocurrido en el diario El País. Sencillamente Carlos Mármol se ha cubierto, y no
precisamente de gloria, en su nefasto interviú que es digna de un becario
triste en trance de parecer tan alegre como un telespectador de la caja tonta
andaluza.
¡Dos
entradas para el teatro de la Maestranza Señor Mármol, paga la Junta!
Sergio Calle
Llorens