Dudar de Rafa Nadal solo se le ocurre a un político andaluz
y, a más señas socialista. Se llama, o eso dice él, Manuel Pezzi Cereto. El político
no estaba conforme con la no participación del balear en la última eliminatoria
de Copa Davis disputada por España y, aprovechando un anuncio de ropa interior
de nuestro tenista más laureado, le soltó una fresca. Luego, con la cobardía
que caracteriza a los de la secta del capullo, rectificó diciendo que
respeta a todos los deportistas españoles pero que en Vladivostok tenían que
haber estado los mejores. Y la verdad, tiene toda la razón.
En el deporte, como en todas las facetas de la vida, deben
ser los dotados los que lideren. Nadal, al que debían de poner una estatua en
cada urbe española, ha ganado todo lo que se podía ganar. En cambio Pezzi
Cereto es un político de vuelos gallináceos que ha comandado la peor educación
que existe en el viejo continente- no lo digo yo sino la Unión Europea- la andaluza.
Que sepamos, la única modalidad deportiva en la que destacaba Manuel Pezzi era
en las canicas, y no porque ganaba los campeonatos escolares de su pueblo sino
porque tenía la habilidad de robarle las bolas a su contrincantes. Háganse
cargo, socialista andaluz y con eso está dicho todo. El delegado de La
Garduña, en el parlamento nacional, era un
desconocido hasta ayer para no iniciados en los temas andaluces y, mañana por la mañana
seguirá siendo un Don nadie que ni sabe de deportes, ni de economía, ni de
política, ni de nada. Es, por decirlo de una forma contundente, uno de las
peores zambombas de la cámara frente al mejor violonchelista que jamás tuvimos
en el deporte español; Rafael Nadal.
Sí a las competiciones hemos de mandar a los buenos y, a los
Pezzi Cereto, malísimos de solemnidad, al sanatorio mental de donde se
escaparon. Una vez encerrados allí, hemos de tirar la llave al fondo del mar
para que nunca vuelvan a señorear sus estúpidos rostros por la viaje piel de toro.
Y es que, además de locos peligrosos, la inteligencia de esta turba no superar ni a la de
la configuración crustácea de una langosta. Dudar de Nadal; la madre que lo parió.
Sergio Calle Llorens
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