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sábado, 22 de agosto de 2015

UNA ESTATUA


 
No creo equivocarme al afirmar que de la Torre es, pese a sus fragrantes errores, el mejor político que ha tenido Málaga desde Cánovas del Castillo. Un hombre incansable en la defensa de los intereses de su ciudad. Un político que ha sabido doblarle la mano a la Junta de Andalucía. Un regidor capaz de revolucionar la Capital de la Costa del Sol con una política turística y museística sin parangón. Un maestro de la letra pequeña que ha llevado a esta tierra a tirar del carro de la provincia que más aporta a la terrible taifa andaluza. Y como buen malagueño ha sido capaz de enfrentarse a su propio partido cuando éste, con mala saña, ha puesto piedras en el desarrollo de la urbe mediterránea. Nada que ver, por tanto, con el sumiso Aparicio que destrozó todo aquello que tocó y que calló siempre. Málaga debería hacerle a Don F Francisco una estatua y colocarla en calle Larios.
Hombre elegante y laborioso ha sido capaz de traer a Málaga un Carmen Thyssen y un Centro Pompidou y, de paso, humillar al inepto de Zoido al que siempre se le ha ido la fuerza por la boca. Y como el sevillano iba de derrota en derrota, afirmaba que Málaga no era una gran ciudad sino una ciudad grande. Desconocía el gurrumino que hay otra forma de trabajar alejada de sus  límites mentales. Ayer mismo conocíamos que la provincia de Málaga es la tercera de España en la que más de gastan los turistas tras Barcelona y Baleares, el nuevo alcalde de Sevilla daba una entrevista en la que apostaba por el eje Sevilla- Málaga. Es increíble ver ahora al señor Espada llamando a la puerta a ver si le llueven cruceristas y algunos turistas más. Es significativo que quiera aprovechar el trabajo de otros para sacar pecho ante los suyos. Tal vez, digo tal vez, el señor Espadas podría comenzar a trabajar de una puñetera vez en este cuento en el que él es la cigarra y de la Torre la hormiga.
Huelga decir que Espada quiere nuestra cena, la merienda y, si es posible el desayuno malagueño, sin renunciar a la lluvia de millones que supone la ley de capitalidad de Andalucía. En esto, voy a recuperar una frase impagable del alcalde malagueño; “Málaga hizo un mal negocio uniéndose a Andalucía. Nos habría ido mejor solos”. Y no crean que esa opinión es minoritaria.  El socialista sigue sin entender que muchos queremos que todos los españoles seamos iguales ante la ley y no aceptamos hechos diferenciales basadas en una ley de capitalidad absurda
De la torre es un miura ya sea negociando con Juan Cassa o con el desnortado Espadas y, aunque ya va de retirada, demuestra una inteligencia de la que los otros carecen. En realidad, me recuerda a un jugador de cartas con las cartas marcadas por trabajo, constancia y prudencia. Un Ferrari  que tuvo a todos los mecánicos de la escudería en contra pero que ganó todas las carreras. Un caballero que sabe que el eje que le interesa a Málaga es el mediterráneo y no el andaluz. Lo dicho; una estatua a de la Torre y que sea pronto.
Coda; Señor Espadas, llevamos más de 30 años tirando del carro y ustedes le iban quitando las ruedas. No queremos pertenecer al eje del mal.

Sergio Calle Llorens

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