No habían pasado ni 10 minutos de programas cuando los cachorros de IU incendiaban la red
contra la Monarquía. Llegaron
a pedir hasta un proceso constituyente. La más activa en la refriega era Beatriz Talegon que afeaba a todo aquel
que se atreviera a dudar de la veracidad del falso documental de investigación.
“Eso ya lo sabíamos algunos tras la lectura de Soberanos e Intervenidos”. La
Princesa de la
izquierda se declaraba emocionada, con los pelos de punta, demostrando que
la prudencia no es exactamente lo suyo. Le daba igual que le hicieran ver que
todo era un montaje. Ella, a su bola, acusando al personal de no haber tenido
las lecturas correctas. Y se lanzaba a
la piscina sin agua, sin red, emulando a un saltador olímpico;
@GuillermoLugosi
lea, lea. No es la primera vez que esta información sale. Hay documentos.
Continuó dando palos al personal con la arrogancia que le
caracteriza hasta que la realidad se hizo evidente y, finalmente, La Sexta
reconoció que todo era un montaje, una especie de experimento sociológico al
que muchos no le vieron la puñetera gracia. La socialista, entre lágrimas según
uno de sus colaboradores, publicó un nuevo mensaje de disculpa para desaparecer
a continuación. Y es que a gran parte de esta gente aplica aquello de que la
realidad no les estropee un titular. Y el titular anoche era que Jordi Évole
había acabado con la incipiente carrera de
Talegon más pronto de lo esperado.
Para una gran parte de los extremos ideológicos de España, hay que involucrar al Rey en el golpe de estado de 1981.
Entregados a esa idea, no les importa aceptar cualquier teoría conspirativa por
muy descabellada que sea. Y a los de izquierda, que un director de los llamados
de derecha como José Luís Garci
estuviera detrás de todo el montaje, les llevo al clímax. Y cuando el pérfido agente de la CIA confesaba la colaboración de la pérfida
Washington en el conciliábulo, entonces el orgasmo fue múltiple. En realidad,
es comprensible pues desde la caída del
muro de Berlín, la izquierda española anda más perdida que Hitler en Navidad.
Lo sorprendente no es que haya gente que se tragara el falso
documental, así sin más, sino que el resto de la semana siga dispuesta a
aceptar la manipulación de medios como TV3
o Canal Sur. Capítulo aparte merece la mismísima Sexta en cuyos informativos, por cierto, están ocultando los
asesinatos de estudiantes venezolanos por parte de las fuerzas represoras del presidente Maduro. Ese ser superior que
es capaz de hablar hasta con los pájaros. En realidad, aunque hoy existen
muchos más formas de llegar a la información, los españoles siguen depositando
su confianza en aquellos medios más próximos a su ideología. De ahí viene una
credulidad tan exagerada. Vaya que un día sacan por la tele el conflicto
andaluz entre Coria del Norte y Coria del Sur y la turba se
lo traga como verídico con tal de echarle el muerto, nunca mejor dicho, al
contrario ideológico.
Finalmente quiero destacar como hubo un tiempo en el que
toda televisión fue mejor. Y si no me creen, pueden hacer ustedes mismos las comparaciones
que deseen. Yo, que soy el que escribe esta columna, les he traído las
siguientes;
Antes: Felix Rodríguez de la Fuente
Ahora: Frank de la
Jungla
Antes: La
Clave
Ahora: Debate de la
Sexta
Antes: Barrio Sésamo
Ahora: Bob Esponja
Y así podría seguir para hacerles ver lo mucho que ha
empeorado la caja tonta, y con ella, sus más acérrimos seguidores. El espantoso
ridículo protagonizado por la secretaría
general de los jóvenes socialistas se entiende en una España con un bajísimo nivel educativo, donde cualquier tarado
puede aspirar a ser ministro del reino. En cualquier caso, a partir de
ahora los nombres de Armada,
Milans del Bosch y Tejero quedan unidos, y para siempre, con el de Beatriz Talegón y su talegazo. Curiosa
forma de pasar a la historia, sí señor. A mí apenas me queda agradecer
públicamente a Jordi Évole el
experimento. Gracias a su trabajo, mis carcajadas todavía resuenan en algún
lugar de una galaxia lejana.
Sergio Calle Llorens