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domingo, 2 de febrero de 2014

LUIS ARAGONÉS; UN VALIENTE

Luís Aragonés me recordará siempre a un tipo trazando círculos geométricos con su espada con la única misión de mandar al enemigo a cenar con Jesucristo. El hombre que nos marcó el camino hacia la victoria. El personaje que nos quitó de golpe todos los complejos. El entrenador que llevó a España a la gloria. El iniciador de una serie de éxitos del fútbol español. Sin embargo, cuesta creer que la pandilla de turiferarios del Real Madrid cuya única misión era descabezar al entonces entrenador nacional por, entre otras cosas, haberse desembarazado de su Raúl, le esté dedicando tantas alabanzas en las horas posteriores a su muerte. Hoy les dejo algunas portadas para que se hagan una idea.

El sabio de Hortaleza, con sus virtudes y sus defectos, ganó a pesar de que tuvo a toda la prensa de la meseta en su contra. Venció porque sabía más del deporte rey que todos los descerebrados que llenan páginas con sus rebuznos. Besó el cielo por la sencilla razón que resistió los ataques de esa turba que le acosaba usando a la afición en su contra. No hace falta echar la vista muy atrás para recordar como toda la afición madridista llenaba los estadios de toda España al grito de Raúl selección. Luís fruncía el ceño y seguía consciente de que hacía lo correcto al dejar fuera al garbanzo negro. Al hombre que todo lo podría en el equipo nacional.

Hay dos tipos de hombres; los que sonríen mientras te mienten y los que se ponen serios mientras te cuentan las verdades del barquero. Luis pertenecía, sin lugar a dudas, al segundo. No se casaba con nadie. Ni siquiera cuando aquella rebelión de los jugadores del Barcelona a la directiva que presidía entonces José Luís Núñez. “Luis siéntate aquí a mi lado” y Aragonés le dijo que no, y se fue a sentarse con los suyos; los jugadores que le regalaron una Copa de su majestad el Rey. Aquello le costó no renovar pero Luis era un hombre que se vestía por los pies.

Sabía manejar a los hombres. Desterró la tradicional mala suerte del equipo nacional. Para lograrlo, cambió el estilo y miró al F.C Barcelona para jugar con la pelota para que los rivales, más poderosos físicamente, jugaran en cierta desventaja. En realidad, todos supimos que cuando Fabregas mandó a Italia a la lona con aquel penalty que, a diferencia de Raúl, no falló, ganaríamos nuestra segunda Eurocopa. Luego llegó la gloria ante Alemania y la historia del fútbol español cambió para siempre. Una historia, que de haber hecho caso a los periodistas del Real Madrid, nos hubiera sido esquiva.

No faltó mucho tiempo para que esos mismas plumillas pusieran en solfa los éxitos de la selección nacional al acusar a los jugadores del Barça de doparse. Y todo porque los cules le meaban la oreja al equipo de sus amores dirigido por un mediocre portugués que sólo supo convertir el madridismo en una enfermedad mental incurable. No importaba que la acusación fuera descabellada, pues lo suyo ha sido siempre promover las mentiras con tal de que su equipo siga robando. Esa gente que ahora llora a Luís. Esa pandilla de cretinos cuya aspiración máxima es sentarse a la derecha del padre; Florentino. Los mismos que han hecho una campaña brutal para que la llorona portuguesa ganara su balón de oro sin que éste cosechara un éxito internacional importante. A todos ellos, en el día de su muerte, hay que decirles Sí, se nos ha ido Luis Aragonés; leyenda viva del fútbol mundial. Entrenador y jugador del Atlético de Madrid  El hombre que, pese a ellos, ganó. Caerán por millones las hojas del calendario y Luís, a diferencia de los periodistas, seguirá vivo en nuestros corazones.

DEP.


Sergio Calle Llorens

Finalmente, voy a compartir el artículo que ha publicado hoy por Xavi Hernández sobre Luis Aragonés en el diario El País.


Usted no es japonés, usted me entiende lo que le digo”. Me dijo una noche. Le estoy viendo, en la habitación de un hotel y sé que le echaré de menos. Mucho. Porque yo a Luis Aragonés le quería mucho. Y con Luis hablé mucho.
Sabía que no estaba fino, pero nunca pensé que tenía algo tan grave, que se iba a ir tan pronto, tan rápido, de esta manera. “Estoy bien, estoy bien”, me decía cuando le preguntaba. Hablaba de vez en cuando con él, porque para mí siempre, desde el día que le conocí, fue un referente absoluto. Supongo que es el entrenador con el que más horas he pasado hablando de fútbol. Subía a la habitación y hablábamos horas, a veces del estilo “esa es la clave, Xavi, saber a qué queremos jugar”, siempre de la importancia de juntar a los buenos en el campo y también de lo importante que era no tener miedo a nadie, a ningún equipo, por mucho que corran más. “Usted y yo sabemos que la pelota corre más que ellos. Y que la tocamos mejor que ellos”, me dijo. De Luis tengo los mejores recuerdos de una charla, de un encuentro por los pasillos, de una aparición en el comedor, porque siempre te dejaba algo. Y siempre tenía razón, siempre.

Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo
Luis iba de cara; te miraba en el entrenamiento, se acercaba y te decía: “Usted está haciendo el jeta, ha venido a entrenarse y no le veo. ¡A mí no me gustan los jetas!”. Y se iba. Luis nunca engañaba, iba de cara. “Tú no juegas porque has dado pena esta semana”, “¿Estás cansado o qué?”, “Hoy has estado fantástico, esta semana lo vas a bordar”. “¿Se cree que yo me chupo el dedo, que soy gilipollas?” Así era Luis, cercano, de verdad.
El otro día recordé una anécdota de la primera vez que me convocó para la selección. No me había llamado a la primera convocatoria y en septiembre, nada más llegar, me estaba esperando. “¿Qué pensaba usted? ¿Que el hijo de puta del viejo no lo iba a traer, eh?”. Y yo, acojonado, le dije: “No, no, en ningún momento he pensado algo así, míster”. Y él, puro Luis, me dijo: “Sí, sí, sí, a mí me va a engañar. Venga, para arriba y ya hablaremos”. Y hablamos ese día y mil horas.
Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo, porque nos juntó a los pequeños, Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa... Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien. Si no ganamos la Eurocopa no hubiéramos ganado el Mundial, claro que en ese sentido, fue fundamental la llegada de Del Bosque, otro fenómeno.

Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien
A Luis le dieron mucha caña pero fue él quien marcó el camino, quien le dio a España el estilo que tiene hoy. En eso, siempre coincidimos. Fue Luis quien vio lo que había y apostó por bajitos. “Voy a poner a los buenos, porque son tan buenos que vamos a ganar la Eurocopa”. Y la ganamos. Fue inteligente y muy valiente.
En lo personal, Luis me hizo sentir importante cuando mi autoestima era un desastre. Me dio el mando de la selección cuando no lo tenía ni en el Barça. “Aquí manda usted”, me dijo, “y que me critiquen a mí”. Decidí devolverle la confianza en el campo. Si fui elegido el mejor jugador de la Eurocopa fue por él, aunque él siempre me lo negaba. Conmigo tuvo detalles inolvidables. A Alemania no llegué bien, pero me esperó. Venía a verme a Barcelona, preocupado por mi rodilla. Vino Paredes [preparador físico] a subir a La Mola mientras me recuperaba... Luis me llamaba cada dos por tres. “Apriete Xavi, no se duerma que le espero”.
La palabra fútbol en el diccionario tendría que llevar al lado la foto de Luis. Luis es el fútbol hecho hombre, el fútbol hecho persona.
Hasta siempre, mister. Y gracias por todo. Y que lo sepa: usted y yo nunca fuimos japoneses.
Xavi Hernández

2 comentarios:

  1. te equivocas haciendo esta critica ahora, marca le dio tantos palos como al resto de entrenadoresd de la selección. Pero el madridismo le da tanto las gracias a luis como cualquier colchonero

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    1. Ahora le podéis agradecer todo pero antes le decíais de todo. En realidad, el verdadero problema del madridismo es que siempre estáis en el lado equivocado. No entendéis que sólo hay un equipo que represente a España y es, obviamente, la propia España.

      Los periodistas del Madrid son turiferarios que se equivocaban entonces y se vuelven a equivocar ahora. Hasta que lo entendáis, seguiréis equivocados.

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