M'encanta l'hivern, especialment al mediterrani. Aquest fred humit que cala els ossos. Aquestes muntanyes nevades que competeixen en bellesa amb un intens mar blau. Caminar pels boscos amb l'única companyia de la meva respiració profunda. En realitat, l'hivern existeix perquè l'ésser humà recordi que no és etern i que, tard o d'hora, serà cendra. Com la qual té la meva xemeneia. De vegades em quedo esbalaeixo mirant cremar aquests troncs. Aquestes espurnes entre vermelles i ataronjades. Aquestes ombres projectades en la paret. Primer és una gran flamarada, després la seva combustió, és una mica fumosa, finalment el tronc forma un caliu que es manté durant molt temps viu i deslumbrador.
A més, l'hivern està ple de zones fosques i apartades de la mirada inquisitorial de la gent. Hi ha més silenci i, per tant, més temps per a la reflexió. D'altra banda, estimar és molt millor en l'estació hivernal. I no parlo tant del tema del cor sinó de l'aspecte físic de la coyunda. Tot és molt millor a l'hivern. Com sóc un home que estima el silenci quan no hi ha gens que ho millori, l'absència de sons em embeleza l'ànima. Pensar, escriure, passejar, compartir, tot és molt més senzill i evocador. Ahir mateix, vaig rebre una notificació sobre un article que vaig escriure sobre Jack The Ripper en anglès. M'ho havien publicat en The Ripperologist Gazette. Treball escrit en ple hivern. No podria, en veritat, relatar gens sobre l'assassí més famós de la història a l'estiu. Necessito, com a escriptor, les boires londinenques, la foscor anglesa i aquesta llum moribunda dels fanals de Whitechapel. No vull ni pensar el mal que vivia la gent en aquell forat en l'època dels crims però, òbviament, el millor no és pensar en això, sinó gaudir de lectures misterioses plenes d'enigmes mentre el foc de la xemeneia segueixi cremant. I tot en la quietud de la nit. De vegades, sento el ulular del vent. Unes altres la fullaraca que gemega en l'exterior i, per descomptat, penso que m'encantaria que l'hivern durés 6 mesos com a mínim.
No m'agradaria ser un ós perquè passen l'hivern tancats en les seves coves fosques. Es perden tota la diversió. Amb el bonic que està la Val d'Aran en està època de l'any. A més, aquests animals no saben escriure i jo, a l'hivern, em dedico a la producció literària o, en defecte d'això, a rellegir versos pretèrits:
Penses en els teus avantpassats? Són pols
Amb la pols confosa. Parles dels seus mèrits?
Mira'm somriure, pren aquesta àmfora i beguem, escoltant sense inquietuds,
El vast silenci de l'univers.
En els últims temps trobo bona poesia en velles melodies rescatades. I sempre les rescato a l'hivern perquè, a l'estiu, senzillament, el soroll m'impedeix concentrar-me en la lectura. Ara, fins i tot en els dies de sol més poderosos del sud, l'únic soroll és el de les ones de la meva pàtria salda besant la platja. Ahir aquests van ser els versos rescatats per un servidor. Són en anglès.
Have you seen behind the screen
That severs life from art?
Or do you see the same as me,
Completeness come apart?
And who am I to qualify
The contents of your heart?
It's a simple understanding
Of the way you hand it over
And hold on to it, too
With the lightness of a feather
It's the web that ties together
What is true
Make it happen
Make it happen
Create the night anew
It's a hymn to the grace
That's found a place in you
Could I look into a book
And find the answer there?
Or do the angels prearrange
An eye for what is rare?
And would the prize anaesthetise
The ache that makes me share?
La bellesa de l'hivern és el meu lloc querencioso per excel·lència. La suau bellesa d'una muntanya com la corba d'una galta de dona. Com caminar sobre les cuixes d'una dama que es lliura en la foscor de la nit. Sense reserves, sense excuses. Una estació que és un recordatori del que ens passarà en el futur i, per tant, hem de donar-nos pressa a gaudir perquè quan ens arribi, puguem caminar cap a l'altre costat amb una ganyota dibuixada en el rostre. Aquest hivern etern en el qual ja no podrem admirar com la llum es dissol lentament en el crepuscle i, arriba la nit més negra. Miro la llenya cremar i no puc més que estremir-me. Com diria el gran Omar Khayyam; Germans, beguem que a la mort, ja arribarém.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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viernes, 31 de enero de 2014
jueves, 30 de enero de 2014
MÁS ESCÁNDALOS
Andalucía es el paraíso de la economía sumergida. La reina
del paro y del enchufismo. La tierra donde hay más parados y menos hospitales públicos.
La campeona del fracaso escolar. La reina de los escándalos y, sin embargo, los
periodistas sureños se dedican a mirar para otro lado o, a lo sumo, a criticar
mirando a Madrid. El argumento es el siguiente; “si el bipartito andaluz hace
recortes es por culpa del gobierno de Madrid”. Un mantra que repiten todos los
allegados y turiferarios del régimen.
Como en la taifa del sur no hay una sociedad civil crítica
con los abusos del poder, se nos antoja más necesario que nunca la existencia de un cuarto poder
que luche contra la extendida metástasis que está matando hasta las ilusiones.
El pueblo acrítico no hace nada en virtud del magnífico apotema
regional que dentro de cien años estaremos todos calvos y, para qué afeitarnos. Total, si todos los políticos son iguales. Total para qué moverse si nada va a cambiar.
Y aplicando esa lógica todo sigue igual y por los siglos de los siglos, mandarán
los mismos.
Susana Díaz estampó su firma en un convenio con el sindicato
horizontal UGT en un convenio para que la secta del capullo recibiera dinero
por los cursos de formación. Al ser cuestionada sobre el asunto, ella dijo que
tenía prisa y se fue a Bruselas donde tampoco saben que el marido de la
susodicha ha sido contratado por Canal Sur. A todo esto, los periodistas del
sur bajan la cabeza y siguen escribiendo sobre la inmortalidad del cangrejo rojo
o loas a su presidenta. Esa que ellos afirman que es una garantía de gol, pero
no de media punta o delantera, como dicen, sino de portera, porque se los
mete hasta en propia puerta.
Visto lo visto, sería mucho más positivo cerrar todas las
facultades de periodismo del sur de España. Nos ahorraríamos dinero, recursos
y, total, si algunos quieren seguir haciendo literalmente el ridículo con sus
opiniones, pues siempre tendrán la posibilidad de entrar a trabajar en un periódico
subvencionado o en la mismísima Canal Sur donde, por cierto, sólo hay
que pasar una prueba oral.
Sergio Calle Llorens
martes, 28 de enero de 2014
NACER EN ANDALUCÍA
Nacer en Andalucía es una de las mayores desgracias que le
puede ocurrir a un ser humano. Tal vez los andaluces no necesiten conocer el
infierno de Dante pues ya lo experimentan en carne propia cada mes. Ahí tienen
a los recién nacidos de un hospital sevillano compartiendo espacio con enfermos o, a
esos malagueños que sufren el menor gasto sanitario por habitante de toda la Unión Europea. Resultado de un
régimen basado en el latrocinio cuya presidenta jamás ganó unas elecciones. A
lo sumo, unas primarias cocinadas en el Palacio de San Telmo.
En Madrid una marea, con la que simpatizo, acaba de parar la
privatización de la sanidad y, en cambio, no han hecho nada para que en la
tierra de María Santísima se pare la misma privatización que sufrimos los
ciudadanos del sur. Es la eterna contradicción de la izquierda. Es esa Maribel
Verdú dedicando su premio a los desahuciados y que, veinte minutos antes,
estaba haciendo comerciales de hipotecas bancarias. Podemos concluir que las
cosas son buenas o malas dependiendo quien las protagonice. Es sintomático que
ningún actor español haya tenido a bien protestar por los recortes en la república
bananera de Andalucía.
El socialismo andaluz es teórico y absurdo. Fantasmeo
pedantesco y desagradable que defiende todo lo público para, a continuación,
tener a todos sus dirigentes con seguros médicos y a sus vástagos cursando
estudios en colegios privados. Y mientras lo defiende, nos enteramos que UGT
mandó comprar Casas del Pueblo al PSOE para justificar los escándalos de las
facturas falsas. Susana, por su parte, sigue callada. La prensa andaluza, salvo
ABC y El Mundo Andalucía, sigue muda. El Diario Sur continúa en la campaña de
promoción de Susana Díaz por su visita a Bruselas. Con seguridad no hablará de
los escándalos de sus sindicatos, ni de la lista de enchufados, ni del paro, ni
de la precaria situación de los centros educativos. No, según la propaganda
oficial, nacer en Andalucía es una de las mejores cosas que le puede pasar a
cualquiera. Aquí todo es perfecto porque lo dice Canal Sur, los de la secta de la Rosa y sus turiferarios.
Vivir en una autonomía donde, como sabemos, te roban los del
bipartito, los sindicatos, los empresarios y, por último, los periodistas con
la ocultación de la terrible realidad circundante, no debe sorprender a nadie
que la externalización de la sanidad pública andaluza sea considerada como un
asunto menor por la turba andaluza.
Harto de tanta Andalucía, mi único escape es entrar en la
casa de campo donde puedo pisar un terreno más firme. Penetrar en un refugio
donde se conservan algunos residuos de civilización; libros y la visión del
mediterráneo mientras un olivo luce sus flores blancas que hacen competencia al
manto claro de la Sierra
de las Nieves. La encantadora fluctuación
de la belleza que colocan en la lontananza a esa casta corrupta e indolente. Del
pequeño bosque sale volando un mochuelo
con querencia por esas encinas oscuras y sombrías de hojas perenne. Un lugar
perfecto para esconderse de miradas curiosas durante el día. Y yo, con él, de
todos los andaluces que siguen condenándonos al último puesto de toda Europa.
Sergio Calle Llorens
lunes, 27 de enero de 2014
GOODFELLAS
El nuevo presidente del Barcelona afirma que hay un fiscal
en Madrid que no conoce, que no es de los suyos. Pretende que sea uno de
Barcelona que le saque del atolladero del caso Neymar. En Andalucía, Del Nido pide el indulto porque puede hacer más bien fuera que dentro de
prisión. Los suyos, es decir todos los presidentes de clubes de fútbol, menos
los del Málaga, Rayo, Atheltic y Osasuna, han firmado la petición para librarlo
del trullo. Florentino, cuyo partido siempre es en casa, se ha librado de
explicar como supuestamente un banco rescatado con dinero público ha podido
financiar el fichaje de Bale.
Todos estos tipos me recuerdan a aquella peli de Martin Scorsese
en la que se narran el ascenso y caída de tres delincuentes abarcando tres décadas.
Como olvidar esa primera escena en la que Ray Liotta admite que desde que tenía
uso de razón, siempre había querido ser un gánster. Se refería a la idolatrada
familia criminal Lucchese. Desconozco cuando sintieron ellos la llamada del
mal. La llama que hizo prender un deseo malo en sus corazones. Familias del fútbol,
familias de clanes políticos, familias de todo tipo que hielan el corazón de
los hombres más templados.
En cualquier otro país, los ciudadanos que denuncian a los
corruptos son elevados a la categoría de héroes. En Estados Unidos tienen la ley WhistleBlower que protege a todos los empleados que desvelen casos de
abuso, fraude, corrupción o malgasto de dinero público. Una forma de parar las
represalias de un grupo, organización o gobierno que sea responsable de lo
denunciado. Igualito, vaya.
Podrían ustedes pasarse por la taifa del sur y ver la
persecución que está sufriendo Cristóbal Cantos tras haber denunciado las
irregularidades de Invercaria. Fu él quien grabó a Laura Gómiz diciendo “si
estuviera comprometida con la ética, no estaría trabajando aquí”. Tras hacerle
la vida imposible, lo denuncian y lo amenazan en un intento de convertirlo en
un apestado social, en un hombre sin rostro. Se trata de un anuncio a
navegantes para que nadie saque los pies del tiesto.
Desde que denuncio los abusos y corruptelas de la Junta de Andalucía he
sufrido amenazas, seguimientos, insultos, acosos, llamadas a horas
intempestivas, denuncias delirantes. No cuela que tenga testigos, pruebas
documentales y reconocimientos implícitos de que todo lo que denuncio es
cierto. Nada importa. Lo realmente capital es meterme el miedo en el cuerpo y, si
sigo sin dar mi brazo a torcer, hacerme saber que el partido siempre se juega
en casa, en su casa, en un campo embarrado e impracticable, con unos árbitros
de su cuerda. No son pocos los
dispuestos a hacerles el trabajo sucio y, si la ocasión lo requiere, mandar al
osado a cenar con Jesucristo. Gente que soñó con enchufes y prebendas para los
suyos y, una vez obtenidos, son capaces de liquidar al más pintado para no
perderlos.
Sergio Calle Llorens
domingo, 26 de enero de 2014
LAS PRISAS
Prisa, lo que se dice prisa, yo no la he tenido nunca. La
prisa es un simple pretexto para perder el tiempo. Una manera de escapar de uno
mismo. Ni siquiera cuando llega el momento de decir adiós, me entran ganas de
salir corriendo que, como todos saben, es cosa de cobardes. Aguanto y medito.
Observo y trato de calibrar lo que veo para luego describirlo. Trato de saber
hasta que punto manejo mi primera lengua. Escribo desde la desnudez estilística
como una forma de simplificación literaria. En el fondo, se trata de colocar el
adjetivo correcto en el lugar exacto. No tengo ningún inconveniente en confesar
que el considerable esfuerzo no ha sido logrado. A veces pienso en ello
mientras observo un manto de mar escarlata y, al fondo, unos bosques verdes. La
única cosa que se me ocurre es que he superado, y en gran medida, las formas
confusas y temerarias de esa pandilla de turiferarios que escriben en las
tierras sureñas.
Tal vez yo sea el resultado de pensar y vivir en varias
lenguas, de haber amado a mujeres de diferentes latitudes. De esa forma, parece
que mi pluma fluya en un alejamiento perpetuo del tartamudeo andaluz. Toques de
dulce para valenciana mezcladas con voces anglosajonas y una pizca de español
meridional. De mi pluma puede concluirse que
huyo de la taquicardia andaluza de ir siempre corriendo como pollo sin
cabeza; sin pararse a pensar, sin crítica alguna; la ausencia de rebeldía. Cuando
les leo, observo que todos dicen lo mismo, que todos se repiten porque, como he
expuesto en infinidad de ocasiones, sus odas políticas están saturadas del
dogma de la subvención. Sus análisis siempre errados, Sus sesudas reflexiones.
Ay, ¡qué frágiles son las teorías!
Los andaluces me aburren al escribir, al caminar, al hablar.
Gritos, ruido y poco más. No encuentro una conversación interesante que
llevarme al oído. No, no tengo prisa, sólo que a veces cuento los segundos para
que llegue el nocturno y, ella atraviese el umbral de mi habitación. El día, a
pesar de la ausencia de prisas, es un esfuerzo inhumano. Callo. Llega un
momento que no vale la pena insistir en rebatirles. Sus argumentos de puro
trillados y manoseados se convierten en vulgares insultos a la inteligencia. Argumentos
de una fuerza granítica. Ideas delirantes de sus cabezas de chorlito.
Yo defiendo la muerte de Andalucía; con sus nodos, su paro,
sus frases trilladas, su copla, sus corruptelas. Abogo por elevar al altar de
los héroes a todos los que alguna vez lucharon contra la mafia de la Junta de Andalucía. Lo hago
sin prisa, pero sin pausa, sabiendo que a los andaluces no hay manera de
meterlos por la senda de la racionalidad. Es un acto de rebeldía aunque sería
mejor dejar a esas almas muertas inmensas en su triste cobardía. Un acto inútil.
Un grito que se apaga en mitad de la noche. Entro en la vieja biblioteca donde
arde un gran tronco de olivo que emite una llama pequeña viva, azulada como mi
mar. Apuro lentamente el néctar divino en mi boca y admiro un cuerpo de mujer
desnudo que me ofrece la divinidad. No, no tengo prisa.
Sergio Calle Llorens
viernes, 24 de enero de 2014
MÁS DE MARTÍNEZ
Las llamas de la lumbre nos enrojecen las mejillas, nos
sombrean la espalda ya un poco cargadas de fatiga. Los ruidos del bosque se
alejan. La botella de vino está vacía. El atardecer es dulce y camina
lentamente hacia el crepúsculo. Ella, entonces, me pregunta por Andalucía. Se
sorprende que una tierra tan rica obtenga resultados tan paupérrimos. Antes de
contestar percibo el silencio de la foresta. Le cuento un caso muy
ilustrativo para que entienda.
Juan Carlos Martínez natural de La Carolina ha seguido la
carrera típica de un socialista. Estudió en un instituto llamado Martín Halaja.
Sólo llegó a 2º de BUP porque pasaba gran parte de su tiempo en la Cafetería del centro. Era
el representante de los estudiantes y encabezaba todas las huelgas. Tras su
fugaz paso por el mundo de los estudios, “El Negro” fue captado por la secta
del capullo y, con sólo 20 años y ninguna preparación, ni talento especial, fue
en las listas del PSOE. Iba de número 10. Para lograr salir elegido, empapeló
las calles de su pueblo con la siguiente leyenda; “No votes en blanco, hazlo en
negro”. Ganaron las elecciones y ahí comenzó su carrera de vuelo gallináceo. Siempre a la sombra de Vallejo. Un ex Consejero de la Junta involucrado en los escándalos de Invercaria que investiga el Grupo de
Blanqueo de Capitales de la Policía
Nacional.
Muchos años antes de que estallaran los escándalos
protagonizados por el Clan de La
Carolina , el pueblo decidió que ya había tenido bastante con
la paupérrima gestión de los socialistas y, los mandó a la oposición. Sin preparación, peleados con la ética más elemental, fueron integrando diferentes cargos en la administración
andaluza. Juan Carlos Martínez se veía en el centro del poder con la única
experiencia de haber copeado en bares de su pueblo como El Ágora, el Donde,
Siempre Más y el Q. Aparte, claro está, de sus contactos. De un puesto a otro sin pasar por oposición alguna.
Andalucía es una región dominada por la pereza mental más
absoluta donde lo importante, tristemente, es aparentar pero nunca ser. De ahí
que con una crisis estructural profunda, los cambios en los organigramas de
gobierno no están basados en la excelencia sino en los contactos que los
socialistas puedan tener en el partido. Esa, y no otra, es la clave para
progresar en el escalafón. Tipejos como Martínez- esposo de la hija del farero
con menos luces que un barco pirata- son responsables del desastre andaluz.
Su incompetencia es, además de alarmante, el elemento a
tener en cuenta para entender las causas por las que Andalucía no puede salir
de la realidad del paro. Es como si para ganar el mundial de balonmano, España,
en vez de contratar al entrenador con más títulos en la historia de ese
deporte, Valero Rivera, hubiera elegido a Falete.
En tres décadas largas de autonomía, los diarios malagueños
no han publicado ni un solo reportaje de investigación que exponga las vergüenzas
de la Junta de
Andalucía. Todos son balones fuera, críticas de perfil para seguir cobrando de
la publicidad institucional. En conclusión; la taifa del sur está compuesta por
miles de Martínez; inútiles, soeces, malencarados, tabernarios y sin una idea
brillante a la que agarrarnos. En cualquier otro lugar, esta gente estaría
limpiando calles, cavando zanjas o limpiando culos en los asilos.
Cuando termino de compartir mis pensamientos, de la cocina
me llega el aroma de una lubina de carnes blancas. Pasa una nube sobre la casa,
dejando una sombra clara, errante e imprecisa. A lo lejos se oyen las campanas
que tocan a muertos. Me acerco al gusto
terrenal de las cosas para dejar de pensar en esa mafia truculenta de La Garduña socialista. La
dulzura del fuego y otra botella que se abre. Pronto será de noche y, con ella,
una vitalidad dionísica y potente se apoderará de todo mi ser. Es hora de dar cuenta de los exquisitos
manjares y prepararme para otro asalto.
Sergio Calle Llorens
martes, 21 de enero de 2014
LA INFIDELIDAD
En realidad, ser fiel es algo muy sencillo. Basta con
encontrar a esa persona que supone tu complemento ideal. Una alma gemela que
sea capaz de elevarte al cielo con una mirada. Todo responde a una lógica
aplastante; teniendo un marisco perfumado por las suaves calmas saladas y las
lunas de las noches blancas, no hay necesidad de salir fuera a comerte una
hamburguesa. El problema es que ese milagro sucede muy pocas veces e, incluso,
cuando sucede, el amor va muriendo muy lentamente hasta que te ves con las
maletas en la calle.
Hoy día para evitar las rupturas, muchos psicólogos sesudos
recomiendan ser infiel que, además, ayuda a mejorar la relación con el cornudo
o cornuda. En cualquier caso, los que estudian la mente aconsejan también no
confesar nunca la falta. Aplican lo de ojos que no ven corazón que no sienten. Después
de todo, a día de hoy no ha habido ningún lumbreras que haya inventado una
maquina para detectar cuernos. Sin duda, el que lo consiga, se forrará. Otros
expertos en los secretos del cerebro humano desaconsejan, colocar unas astas a la parienta y, menos, si padeces del corazón.
Ser infiel no es algo que se reconoce y, mucho menos, en una
encuesta. Yo he conocido a mujeres de misa dominical que se tiraban a medio
barrio. Dicho de otra manera, las apariencias engañan y las encuestas más. No
voy a negar que gran parte de la población sea infiel, de ahí que pululen por la Web miles de páginas que se
dedican a buscarte pareja de guarrerías, pero de ahí a saber el porcentaje de infieles va un abismo.
No tengo ni puñetera idea de si ser fiel es una virtud o en
un defecto. Cada uno que se meta en la cueva que quiera que yo, como saben, no
voy a ir a sacarles. Lo que si digo que el matrimonio es la tumba de la pareja. Y más, si se tiene
descendencia. Las mujeres, por regla general, se convierten en Mantis
Religiosa que una vez apareada intenta, y por todos los medios, destruir al
padre de sus criaturas. Poco a poco, y sin prisa, las excusas para no hacerlo
superan en imaginación a las del caso Bárcenas del PP; dolores de espalda, de
cabeza, menstruales y hasta de huesos que uno desconocía que existieran. De ser
como El Molino con pases de mañana, tarde y noche, pasas a escuchar el Réquiem
de Mozart cada vez que te metes en el lecho conyugal y, así, por supuesto, no
hay forma de que se te levante. Un amigo mío de origen sueco me confesaba que
en el último año de casado, se ha hecho más gallardas que en toda su
adolescencia. Un día que había tomado unas copas de más, le confesó a su legítima su descenso al onanismo y, ésta, muy sorprendida, le preguntó
si cuando lo hacía pensaba en ella. En verdad, no hay ningún hombre que se
masturbe pensando en su mujer; con esos dolores y esa permanente mala leche. Sí,
ya sé que el sexo es como las cartas, si no tienes una buena pareja, lo mejor
es tener una buena mano, pero cansa.
La sexualidad femenina es interior y la masculina exterior.
Una mujer necesita un abrazo después de hacerlo y el hombre necesita, al menos,
un brazo amigo que le alivie de vez en cuando. Todos los que tenemos colita
debemos eyacular cinco veces por semana para alejar de nosotros el fantasma del
cáncer de próstata. Al margen de la salud, un hombre por muy enamorado que esté, si no
tiene sus necesidades cubiertas, le dará igual una guapa o una fea para matar
el gusanillo. Una mujer, en cambio, no se va con cualquiera por muy desesperada que esté.
Me encontraba yo el otro día en la Sierra de las Nieves en
este punto de mis reflexiones, cuando observé como se acercaban unos jóvenes
que, en vez de contemplar la belleza del paisaje, no paraban de mirar sus móviles
y de mandar mensajes. Aquella realidad me dejó perplejo por unos instantes.
Llegué a la conclusión de que las nuevas generaciones serán incapaces de
satisfacer plenamente a sus parejas en el futuro. Sus dedos están hechos para
mandar SMS y desconocen los masajes clitorianos. Incluso, los imagino levantándose
en pleno acto sexual, para ver si alguien les ha escrito algo en el Facebook. No
me extrañaría que en los tiempos venideros, las compañías que se dedican al
tema de la infidelidad coticen al alza en la bolsa.
En el confín, apareció el Torrecilla, gran diamante del país malagueño, todo cubierto de blanca nieve. Las
aguas gemían en los ríos cercanos y los árboles se alargaban esbeltos y
puntiagudos hacia el cielo. Esa bóveda celestial a la que debemos llevar a
nuestra pareja y, en caso contrario, dejarla marchar para siempre. No se puede
ser el perro del hortelano toda la vida. El matrimonio aleja de ese gustodivino por el
disfrute en pareja. Ciertamente, hay algo mucho peor que ser infiel a la otra
persona, que es serlo con nosotros mismos. Dejen de engañarse y, sobre todo,
dejen de hacerse pajas de una puñetera vez.
Dedicado a mi buen amigo Tony en homenaje a su recobrada
libertad.
Sergio Calle Llorens
lunes, 20 de enero de 2014
NOBODY TOLD ME
En España hemos de elegir si queremos ser Dinamarca o
Venezuela. Una elección que marcará nuestro destino como nación. De momento, en
la vieja piel de toro el porcentaje que se posiciona contra la economía de
mercado es el mayor de toda Europa. Por momentos parece que hay algunos
iluminados que quieren ponernos el chándal bolivariano. Como no lo logran en unas
elecciones, intentan aprovechar cualquier algarabía para asaltar la voluntad
popular. El problema, en cambio, no es sólo político, sino moral.
Ahí tienen a un presidente de un club de fútbol sevillano
pidiendo el indulto tras atracar Marbella a plena luz del día y, como no podía
ser de otra manera, el Presidente de la
RFEF , señor Villar apoya la moción como hace algunas semanas
hiciera el alcalde de Sevilla. En la perla de Málaga, no se habla de otra cosa
y se recuerda como un alto cargo de la
LFP pedía ayuda para que el club de la capital de la Costa del Sol descendiera a
Segunda B tras lo cual, sin vergüenza alguna, salvaba al Deportivo del descenso.
También podemos tornar nuestra mirada hacia esos empresarios
que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, contratan a jóvenes en
prácticas con la promesa de un sueldo tras dos largos meses de prueba en los
que con toda la crueldad de la que son capaces, no les dan ni para el
transporte. De tener unos sindicatos como Dios manda, esos terroristas empresariales
no podrían luego irse de rositas tras cometer la tropelía. Empero, la UGT está ocupada en seguir
aplicando el latrocinio institucionalizado. La última es que gastó 421 euros en
material y facturó a la Junta
91.102. Susana Díaz, por cierto, sigue sin mover un músculo para terminar con
esta mafia sindical tan bien conectada con la secta del capullo.
Y qué decir de Sánchez Gordillo del que sólo queda
preguntarse cómo ha podido un tipejo semejante ser Alcalde de una localidad, si
no fuera por el bajo nivel cultural de sus habitantes. No se trata tanto de que
pida la independencia de Andalucía o, sus patéticas fantasías históricas sobre
la región más pobre de España, sino que haya tanta gente dispuesta a defenderle
en la taifa donde ETA ha golpeado tanto. Y es ahí donde duele, porque ver que
un señor tan cobarde como Gordillo abusa
de cajeras en los asaltos al supermercado tras fotografiarse con los
terroristas, demuestra la cobardía y el patetismo de un pueblo. Escribir sobre
esta gente es como escribir sobre el agua.
Es muy posible que Blesa, del Nido, Gordillo y compañía no
den nunca con sus huesos en la cárcel. En España, como ya he explicado muchas
veces, estar cerca del poder garantiza inmunidad completa. Y a
nosotros, sufridores ciudadanos se nos aplica la justicia de los vencedores. Por
eso, leer las torpes justificaciones para pedir los indultos de
esa calaña me induce a pensar en las parvas posibilidades que tenemos,
desgraciadamente, para salir de la crisis moral en la que nadamos. A levante
la diestra y a poniente la siniestra proyectan una sombra de corrupción que
todo lo tapa. Como decía aquella vieja canción de John
Lennon; Nobody told me there’d be days like this; strange days indeed.
Sergio Calle Llorens
jueves, 16 de enero de 2014
LOS COJOS MANTECA
Una mente privilegiada como la mía que, digamos, surge cada
diez o doce generaciones, no puede vivir bajo la dictadura de una turba tan
delirante como la andaluza y, mucho menos, de izquierdas. A veces he
soñado con la posibilidad de haber nacido en una tierra normal aunque, dicho
sea de paso, eso hubiera resultado en perderme el mediterráneo. Al menos me
hubiera librado de cretinos como Felipe Alcaraz.
El comunista irredento aprovechaba los sucesos de Gamonal
para pedir una concentración en la
Puerta del Sol madrileña y, de paso, abrir un proceso
constituyente. Todo acabaría en una III República de estilo bolivariano. En
realidad, el patético andaluz sigue la estela de Largo Caballero cuando en 1936
afirmaba:
“No creemos en la libertad ni en la democracia como valor
absoluto. Si las derechas ganan en las elecciones, tendremos que ir a la guerra
civil”.
Por eso, Alcaraz, Lara y Llamazares llaman a la movilización
general para que los manifestantes consigan en la calle lo que no han podido
nunca en las urnas. Uno que sí venció en unas elecciones como miembro de un
partido de izquierdas fue Rubalcaba pero al perder dejó la siguiente
perlita:
“Tras la victoria de las derechas por la inoperancia del
PSOE. Queremos otra democracia”
La frase de Rubalcaba, que nunca subió una paga, fue
pronunciada el año pasado. El mismo en el que sus sindicalistas granujas le
montaron un escándalo porque la Juez Alaya
había enchironado a unos cuantos de los suyos. Ya les digo que esta gentuza es
la misma que luego se lleva las manos a la cabeza cuando alguien quiere evitar que a la Infanta Cristina le hagan el
paseíllo. Y no seré yo quien defienda privilegios relaes, pero un poquito de
coherencia no les iría mal a esta pandilla del absurdo.
Como la izquierda no puedo hacer de Indalecio Prieto en 1931
cuando sacó una pistola en el congreso y apuntó a sus rivales ideológicos, pues
se apuntan a las algaradas callejeras. Dicho de otra manera, se meten a Cojos
Manteca y, sin moverse del sillón ya que siempre hay descerebrados profundos
dispuestos a hacerles el trabajo sucio.
La peor opinión es la opinión pública y, especialmente,
cuando está basada en una cristalización ideológica tan absurda. Además es
contradictorio en sí mismo que apoyen las reivindicaciones de un barrio de
Burgos y, escupan a las víctimas del terrorismo a continuación. Incluso un
actor de infausto recuerdo ha apoyado una manifestación de simpatizantes de ETA
en Madrid. También se ha atrevido a decirnos que en España llevamos 4 décadas
luchando para conseguir lo que tiene Cuba: La cartilla de racionamiento,
imagino.
La estrategia de la izquierda es criminalizar a todo aquel
que vote a sus contrarios. Tienen el apoyo de muchos medios de comunicación
cuyo encefalograma plano está próximo a la babosa aquella del pleistoceno. Ninguno
de esos gurús informativos sería invitado nunca a un congreso de mentes, como
la mía, brillantes, a no ser que lo pagaran ellos.
Sólo en un país completamente desnortado, tipos como Alcaraz
o Sánchez Gordillo podrían tener un asiento en un parlamento y, al mismo tiempo,
apoyar a todos los movimientos que aspiran a asaltarlo. Les
puedo garantizar que en países como Dinamarca los mencionados estarían en la cárcel. Y es que nadie podría tomar en serio a zangolotinos que dicen lo
siguiente:
Rajoy,
descendiente de los "conquistadores" pide el aval para su política a
un sucesor de los esclavos africanos. ¡Quien lo iba a decir!
Estamos hablando del Coordinador de IU que, como se puede
deducir de sus palabras, no tiene coordinadas ni dos neuronas en el cerebro. Por
no hablar de ese Albertito Garzón que a veces parece aspirar a dirigir una checa
en pleno siglo XXI.
España necesita una derecha moderada y moderna pero,
también, a una izquierda que huya de las siguientes palabras del fundador del
PSOE, Pablo Iglesias:
“Nuestras ideas no se encuentran en el parlamento. Este
partido está en la legalidad mientras la legalidad le permite adquirir lo que necesita, fuera de la legalidad cuando
ella no le permite realizar sus aspiraciones”.
Por eso, me gustaría dirigirme a todos esos políticos que he
bautizados como Cojos Manteca, para decirles que siempre hay alguien mucho más
duro de pelar y que cuando la sangre empieza a correr, bien lo sabe España, luego
es muy difícil taponar la herida. Respeten como mejor forma de hacerse
respetar. Pónganse en la piel de los rivales ideológicos y no nos traten como
enemigos a los que eliminar. Tienen una gran responsabilidad y la historia les
juzgara por ello. Pero si insisten en quemar, destruir, usurpar y atacar, sólo
me queda una cosa por añadir una frase atribuida a un soldado de los viejos
Tercios de Flandes: Espada tengo. El resto, Dios lo remedie.
Sergio Calle Llorens
miércoles, 15 de enero de 2014
LOS MEDICAMENTOS DE BANGLADESH
Millones de tinta derramadas para defender lo conveniente de
contar con una autonomía en Andalucía. Billones de editoriales programados para
apoyar la locura del autogobierno. Nos prometieron el cielo y nos condujeron al
más perverso de los infiernos. Y hoy, precisamente, hoy, es un buen día para
recordarles lo equivocados que estaban todos. A los directores de Diarios, a
los periodistas, a los tertulianos y a todos los andaluces, porque, en
realidad, todo fue un monumental engaño.
Más de tres décadas de dominio socialista en la taifa del
sur para que, al margen de ser los reyes del paro y de los recortes sanitarios
en toda España, los laboratorios asiáticos se hayan hecho con el 70 por ciento
del volumen total de la tercera subasta de medicamentos de la Junta de Andalucía. Dicen
que para ahorrar. Hablamos de laboratorios de países tan avanzados como
Bangladesh y la India. Parece que Susana Díaz se ha metido a
cantarnos “We are the World, we are the children”.
A la inútil de Díaz se le olvida mencionar que dos de esos
laboratorios están vetados en Estados Unidos. Sin embargo, a partir de ahora
todas las farmacias tendrán que dispensar por pelotas medicamentos mucho más
difíciles de digerir y cuyo olor, aspecto y sabor es similar al de esas
cochambrosas naciones donde se han producido. Huelga decir que si los de la
secta del capullo no son capaces de seguir el rastro al dinero de las empresas
a las que subvenciona- véase Isofotón- no van a mandar a sus inspectores a
Bangladesch a vigilar la fabricación de esos medicamentos.
Como les digo, tres décadas de autonomía han servido para
llevarnos a la ruina más absoluta: corrupción, corruptelas, nepotismo,
insoportable carga fiscal, más paro y más descerebrados a los que mantener. Nada
ya pueden ofrecernos los mismos que nos condujeron al averno andaluz. Y lo
peor, es que no se les cae literalmente la cara de vergüenza.
Afirmar hoy que Andalucía es el ejemplo a seguir por el
resto de España es un eufemismo de proporciones cómicamente grotescas. Por eso,
escuchar la Sexta hablando de derechos
sociales mientras oculta los recortes de la taifa del sur, es un insulto a
todos los ciudadanos. Sobre todo ahora que hablan tanto de Burgos, lugar que
desde los tiempos del Cid no había sido tan nombrado.
Si se trataba de ahorrar, Andalucía tiene miles de rincones
en donde recortar; subvenciones a los medios amigos, Canal Sur, Delegados
provinciales, enchufados y, sobre todo, en los sindicatos a los que la propia
UE ha dejado de enviar fondos tras los escándalos económicos en los que andan
envueltos.
La realidad es que tanto la clase media como los más
desfavorecidos están pagando las locuras de un autogobierno que no se puede
mantener por más tiempo. Lo dije entonces y lo vuelvo a repetir ahora; la
primera medida para que Andalucía salga de su crisis particular es la de
suprimir la autonomía andaluza.
La historia de la autonomía andaluza es la de un fracaso colectivo
que ya, ni siquiera el periodista más entregado a la causa puede negar. La Junta , sencillamente, no ha
podido evitar tras más de 30 años que la mayoría de los medicamentos que tomábamos
hasta ahora son alemanes distribuidos o fabricados en Cataluña. En Andalucía,
por lo visto, sólo se les ocurre hacer ERE para que la gente de La Garduña socialista se
enriquezca. Y tener una autonomía que roba a cara descubierta no es algo que
quisiera nadie en ningún rincón del planeta.
Como hay ganas de aprovechar una protesta vecinal en una
ciudad castellana para, como dice el iluminado de Felipe Alcaraz, abrir un proceso constituyente, podrían
algunos dirigirse a Andalucía con objeto de asaltar el Palacio de San Telmo. Pero
claro eso sería fascismo en estado puro. En cualquier caso, muchos deben de ir
intuyendo que en este matrimonio con Andalucía, en vez de un juez, nos debería
haber casado un jurado formado por gente inteligente. Ahora queremos el
divorcio y mandar a toda esta pandilla de sanguijuelas al paro. Después de
todo, siempre podrán ir a Bangladesh a trabajar en los laboratorios a los que
han hecho ricos esos hijos de la grandísima puta.
Sergio Calle Llorens
lunes, 13 de enero de 2014
UN CUENTO DE TERROR
En la literatura de terror, como en el periodismo andaluz,
lo más potente es lo que se deja fuera. Muchos de los relatos están plagados de
erratas y de atentados contra los principios básicos de la gramática. Sin
embargo, todavía hay cosas potables para los amantes del género. En mi caso,
siempre me han gustado los escritores que dejan al lector la escena final. Mi
interés por el género comenzó en un noviembre tristón en el que leía con la luz
sesgada de la otoñada; Poe, Lovercraft y Finney. Desde entonces siempre me
gusta leer una buena historia de terror en la oscuridad.
Poco podía imaginar que no hay nada más terrorífico es vivir
en un país en el que existe un salario mínimo para los ciudadanos y, los políticos
tienen como mínimo tres salarios. En cualquier caso, la pregunta que siempre
nos hacemos los amantes de lo tenebroso es por qué nos gusta tanto este tipo de
literatura. Francesca, una amiga toscana de caderas finas y pechos generosos,
apunta a una teoría psicológica muy potente; “las personas que disfrutan con
las películas o la literatura de horror, sufrieron terrores infantiles muy traumáticos. Por consiguiente, nos recreamos en esas historias con la intención
de experimentar esos miedos y poder controlarlo” En el fondo, sabemos que todo
es mentira. En verdad, la florentina que sólo ha leído a Kafka para comprender
el absurdo, no está tan mal encaminada. Como ella misma afirma en su italiano;
ogni storia racconta una storia gia raccontanta. Y mi historia de terror cuenta
la historia mil veces contada por mi madre en las largas noches de invierno.
Mi padre salía de casa muy temprano para ir a trabajar y,
como un reloj, un desconocido llamaba a mi madre para declararle su amor. Era
un hombre educado y jamás dijo o hizo algo que indicara que estaba loco. Lo más
intrigante es que de su voz enlatada y pastosa relataba a mi mamá la ropa que
ella había llevado el día anterior y los lugares que había visitado. Una vez,
incluso, le dijo que se acercó a olerla y le acertó hasta el perfume que
llevaba. Así, cada vez que mi padre abandonaba el domicilio familiar, el corazón
de mi madre se aceleraba. De sus labios salían una especie de oración; Mare
meva del meu cor…
La paranoia de mi madre sobre la identidad del acosador
transcendió al círculo más íntimo de la familia. Fue así como la historia llegó
a los oídos de un amigo de mi padre, policía él que, viendo como mi madre perdía
peso y se sentía cada vez más asustada con las intenciones del desconocido,
decidió tomar cartas en el asunto. Incluso yo, que no pasaba de dos años, sentía
que algo no iba bien pues, de un sueño profundo, me despertaba sobresaltado
cada vez que sonaba el teléfono aunque estaba situado muy lejos de mi habitación.
Ese vínculo invisible entre madre e hijo que nos hace comprender todo.
El policía comenzó a hacer funciones de lo que hoy llamamos
contravigilancia, hasta que un día, pudo localizar al desgraciado que bebía los
vientos por mi señora madre que, por si no lo saben, era una rubia que entonces
quitaba el sentido a los varones. Nunca más se supo del tipo. A mis
progenitores les decía con una mueca dibujada en la cara: “hay cosas que es
mejor no conocer nunca”. Y nunca desveló nada más. Lo único que transcendió es que el
tipejo estaba casado y vivía cerca de casa. Lo mejor es que las llamadas
cesaron y a los dos años, nos mudamos de casa para no volver jamás a ese
barrio.
Si la teoría de Francesca es cierta, yo he tratado de
recrear el miedo que me producía ver a mi madre con los ojos muy abiertos, con
una mano tapándose la boca cada vez que ese maldito teléfono comenzaba a sonar
aquel lejano invierno de 1970. Tal vez con las historias o películas de terror,
puedo vencer ese miedo que me traspasó Consuelo hace ya tantos años. Puede que
de alguna manera, yo quiera vencer esos días en los que el horizonte se tenía
de rosa oscuro y el cielo azul de negro.
Todo ello explicaría mi querencia a las visitas a
cementerios a la hora del crepúsculo, mis melancolías sobrenaturales, mis
lecturas secretas. Y no hay mejor que una lectura que verse de aquellas cosas que
tanto me aterran. Curiosamente, la mayoría de quienes practican el arte de lo
inquietante suelen ir directos a la yugular, olvidando que los mejores depredadores
son siempre sigilosos. Como aquel desconocido que acosaba a mi madre como un
lobo en la noche sin luna.
Así que el género del terror ha sido necesario para vencer
un miedo añejo y sobrenatural. Un día, tras visitar un camposanto donde
supuestamente se producían sucesos paranormales, me planté en el viejo cine
Echegaray. Allí según mi amiga Francesca, que por entonces era lo que los
ingleses llaman a friend with benefits, se aparecía el fantasma de una joven
que había muerto durante la sesión de una película de serie b. Aunque
sospechaba que la historia era falsa, allí estaba yo esperando ver la figura de
una bella muchacha de otro tiempo. Recuerdo como mi corazón se aceleró cuando
las luces del viejo cine se apagaron. Podía
oír a la gente comiendo palomitas, incluso los pasos del acomodador que yo
deseaba fueran los del espectro de la chica. De pronto, una pareja se sentó
unas filas delante. Desde ese momento, olvidé al espectro y la historia que me
había relatado la toscana entre las sábanas de su cama. Mis ojos comenzaron a
contemplar la mujer más bella que yo había visto hasta el momento.
De algo estoy seguro, aquella noche conocí, y en primera
persona, lo que significa la expresión pasar miedo. Si lo que me atrajo del género
de terror fue que toma los elementos básicos de la literatura y los lleva al límite,
aquella pareja me atraía por dos razones fundamentales; la primera era la
belleza de la morena y, la segunda, pero no menos importante, era que al
mirarlos yo sabía el terror que me esperaba en la vida. Allí, en esa butaca del
hoy remozado Teatro Echegaray, quedé encerrado en una vieja y sofocante cámara
oscura; la del temor al tiempo no conquistado.
No es que tuviera miedo al paso de las hojas del calendario,
sino a pasar por la vida sin encontrar a una mujer tan bella que me mirara con los
ojos que esa muchacha contemplaba a su novio. Era una mirada limpia y
apasionada de entrega total y absoluta. Ayer que hojeaba las páginas
quebradizas y amarillentas de un viejo
libro del género, con su delicioso olor a desván, me invadió una marea
vertiginosa de recuerdos. Rescaté esa imagen de algún rincón del ático de mi
memoria y exclamé, como Shakespeare en su Noche de Reyes, acto III, escena III,
que los viajes terminan cuando los amantes se encuentran. Y de eso trata la
vida, de viajar hasta encontrar a
alguien que nos mire con un amor infinito y sin reservas, porque no hay nada más
terrorífico que pasar por el mundo sin haber sido amado. En verdad, lo malo de
morirte no es que te quedas sin aire, sino que te quedas sin cielo. Y no
imagino otro cielo que no sea en los ojos profundos de una mujer enamorada. Espero
que mis lectores hayan concluido su viaje que es la mejor forma de huir del
terror.
Sergio Calle Llorens
sábado, 11 de enero de 2014
¿DÓNDE ESTÁ NERJA?
Personalmente estoy muy vinculado a Nerja pues pasé allí unos veranos maravillosos. Paseos junto a la mar. Amores estivales en las
coquetas calles del pueblo y experiencias entrañables en las playas vírgenes de
Maro. Tirar del copo al amanecer. Salitre y pescado. Guardo en algún rincón de mi memoria esos momentos y, siempre que puedo,
mis ojos tornan a ese mágico enclave mediterráneo y la magia fluye. En Nerja
aprendí el dolor por el final del verano cuando los ligues se iban para no
volver, y un servidor se quedaba aullándole a la luna. No tenía yo entonces
ningún problema con las mujeres porque, sencillamente, no tenía mujeres con las
que tener problemas. Yo moría por aquel lugar al que siempre volvían
esas chicas de pieles rosadas próximas a la descubierta. Amores fugaces. Añoranza
de unas damas nórdicas con las que uno se bañaba en la mar de madrugada. Besos
robados y caricias secretas. La universidad de mi vida.
No creo equivocarme al afirmar que no hay español que no
conozca donde está situada Nerja. Ese maravilloso pueblo malagueño junto al
mediterráneo. Las vistas a la patria salada desde el Balcón de Europa, una
atalaya a la que nuestros compatriotas comenzaron a asomarse con la bendita
serie de Verano Azul. Serie que ha tenido varias repeticiones en TVE con gran
éxito de público. Como olvidarnos de Chanquete y sus niños. Y el día en el que
toda España lloró su muerte televisiva.
Sin embargo, los hombres y mujeres de la Junta de Andalucía no tienen
muy claro la ubicación exacta de Nerja. De hecho, acaban de publicar un folleto
turístico en el que aparece Almuñecar, Frigiliana, Torrox pero de la perla más
importante de la Costa
del Sol oriental nada se dice. Parece que la guía fue escrita por alguien como
María Gámez que si antes era indecisa, ahora no lo tiene muy claro.
Como no podía ser de otra manera, las autoridades de la
localidad andan de uñas con la
Junta y ya le han pedido rectificación. No es que Nerja
necesite mucho de Andalucía para promocionarse. Ya les digo que las 14.000.000
millones de almas que han pasado por el aeropuerto de Málaga- Costa del Sol- en
2013 conocen perfectamente la ubicación exacta del pueblo malagueño que, por si
no lo saben, aporta millones de euros a las arcas de la inútil taifa andaluza.
Lo de la Guía
podría ser un error sin más, si no lloviera sobre mojado. Recordemos como la Junta ha tratado siempre de
substituir, sin éxito, la marca Costa del Sol por la patética de Andalucía.
Incluso recordamos como el gobierno regional prohibió a Málaga Capital poner
indicaciones de sus hoteles en la ciudad. En cualquier caso no importa porque
el Museo Picasso es la segunda institución más visitada del sur de España tras la Alhambra y, Málaga es el
motor económico de Andalucía. Y es que en la región de Málaga hay turismo de
sol y playa, nieve y los mejores museos de toda la taifa. Pese a quien pese, y
duela a quien duela. Nerja, sencillamente, es otra guinda a un pastel
extraordinario a pesar de las zancadillas y locuras de los señoritos andaluces
que nos gobiernan. Lo de la Guía de la
Junta en la que no aparece nuestra amada Nerja, me recuerda a aquel
anuncio que decía; hombre invisible busca mujer transparente para hacer lo nunca
visto. Y ese es el problema, que lo nunca visto es que el pueblo malagueño hubiera
aparecido en la jodida Guía Turística. Son tan previsibles.
Sergio Calle Llorens
viernes, 10 de enero de 2014
EL VALLE DE ARÁN
Dice un amigo aranés que el nacionalismo catalán es una tapa
que sirve para tapar las vergüenzas de una sociedad donde apenas 400 familias
llevan gobernando al resto desde la edad media. Una ideología que tapa su corrupción comprando
voluntades para que todos se lo lleven de tapadillo. Mi amigo, que se llama Juan, no admite que nadie le haga elegir entre su Cataluña y el resto de España pero,
si ha de escoger se queda con España. De madre de Barcelona y de padre aranés, se crió en aquellas montañas mágicas
milenarias donde aprendió a esquiar antes que a andar. Y entre ser catalán y
aranés, apuesta por lo segundo.
Juan domina, además del español, el aranés y el catalán. Sin
embargo, la lengua de Pla está en claro retroceso en el valle de sus amores
donde el español es la lengua habitual de sus habitantes. Es más, el catalán es
la tercera lengua del lugar. Arán viene del término vascuence- harán- que
significa valle. Más del 30% del
territorio del Valle se encuentra por encima de los 2000 metros . Montañas
cubiertas de bosques. Zonas bajas repletas de pinos silvestres y hayas que dan
paso a los abetos y a los pinos negros. Un lugar privilegiado donde tengo
pensado retirarme algún día. De ahí que les agradezca, y de corazón, que hayan
pedido ya la independencia de Cataluña en caso de secesión de España. Más que
nada porque, aunque no vaya a llegar a nada los intentos de los palurdos
nacionalistas, lo cierto es que siempre es digno de admiración que unos 10.000
valientes planten cara a esa ideología excluyente que todo lo pudre en
Cataluña.
El Valle de Arán usa los mismos argumentos que la región
catalana para aspirar a su condición de país. Y eso es algo que encabrona, y
mucho, a los hijos de Pilar Rahola. Hasta ahora los araneses habían estado
callados pero hartos de las intromisiones catalanas en sus asuntos, piensan que ha llegado el momento de pagarles con la misma medicina. Si los Pujol y compañía
quieren crear una moneda nueva llamada El Pujolet, lo de Arán quieren darles el
abrazo de su amado oso para que se les quiten las ganas. Y no son los únicos
porque ya hay barrios en Barcelona que están pidiendo la independencia de
Barcelona porque pagan más impuestos y reciben menos servicios que el resto de
ciudadanos de la ciudad. También hay barceloneses que se quejan de que ellos
aportan a Cataluña más que el resto de provincias. Del Espanya ens roba al
Catalunya ens roba.
El expolio fiscal no existe porque son los ciudadanos los
que pagan impuestos y no los territorios pero, eso da igual, lo importante es
que hay miles de catalanes hasta la barretina de la monserga nacionalista. Lo primordial, por tanto, son los sentimientos y los araneses se sienten españoles
y araneses de toda la vida. Las lenguas, en cambio, son patrimonio de los
hablantes y el catalán retrocede en estas montañas porque cada vez se usa más
para atacar aquello que tanto aman; España.
Suelo hablar con mi amigo Juan en catalán y no soy nada
sospechoso de tener fobia a Cataluña. Más bien lo contrario. En el sur me
acusan, incluso, de ser un renegado pero qué puedo decir yo que ya no sepan. Lo
importante es que sigo apostando por una España en el que todos los ciudadanos
seamos iguales ante la ley. Lo primordial es respetar el deseo de todos de
hablar y usar la lengua que nos venga en gana. Ni separadores, ni separatistas.
Simplemente españoles. Pero hasta que termine esta locura del derecho a decidir,
el Valle de Arán pasa a ser territorio desafecto a Cataluña.
La agenda nacionalista por la secesión de CIU, PUC, ERC y
otras sectas por el estilo tenía que tener un efecto contraproducente en
algunos territorios catalanes, porque de la omnipresencia se ha pasado al
cretinismo de pensar que todos compartían la locura independentista. Más pasará
de omnipotente a impotente y, un día no muy lejano, el tema de la independencia
se la va a traer floja en su amargo retiro político. Huelga decir que en el
Valle de Arán no será nunca bienvenido.
Sergio Calle Llorens