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martes, 28 de enero de 2014

NACER EN ANDALUCÍA

Nacer en Andalucía es una de las mayores desgracias que le puede ocurrir a un ser humano. Tal vez los andaluces no necesiten conocer el infierno de Dante pues ya lo experimentan en carne propia cada mes. Ahí tienen a los recién nacidos de un hospital sevillano compartiendo espacio con enfermos o, a esos malagueños que sufren el menor gasto sanitario por habitante de toda la Unión Europea. Resultado de un régimen basado en el latrocinio cuya presidenta jamás ganó unas elecciones. A lo sumo, unas primarias cocinadas en el Palacio de San Telmo.

En Madrid una marea, con la que simpatizo, acaba de parar la privatización de la sanidad y, en cambio, no han hecho nada para que en la tierra de María Santísima se pare la misma privatización que sufrimos los ciudadanos del sur. Es la eterna contradicción de la izquierda. Es esa Maribel Verdú dedicando su premio a los desahuciados y que, veinte minutos antes, estaba haciendo comerciales de hipotecas bancarias. Podemos concluir que las cosas son buenas o malas dependiendo quien las protagonice. Es sintomático que ningún actor español haya tenido a bien protestar por los recortes en la república bananera de Andalucía.


El socialismo andaluz es teórico y absurdo. Fantasmeo pedantesco y desagradable que defiende todo lo público para, a continuación, tener a todos sus dirigentes con seguros médicos y a sus vástagos cursando estudios en colegios privados. Y mientras lo defiende, nos enteramos que UGT mandó comprar Casas del Pueblo al PSOE para justificar los escándalos de las facturas falsas. Susana, por su parte, sigue callada. La prensa andaluza, salvo ABC y El Mundo Andalucía, sigue muda. El Diario Sur continúa en la campaña de promoción de Susana Díaz por su visita a Bruselas. Con seguridad no hablará de los escándalos de sus sindicatos, ni de la lista de enchufados, ni del paro, ni de la precaria situación de los centros educativos. No, según la propaganda oficial, nacer en Andalucía es una de las mejores cosas que le puede pasar a cualquiera. Aquí todo es perfecto porque lo dice Canal Sur, los de la secta de la Rosa y sus turiferarios.

Vivir en una autonomía donde, como sabemos, te roban los del bipartito, los sindicatos, los empresarios y, por último, los periodistas con la ocultación de la terrible realidad circundante, no debe sorprender a nadie que la externalización de la sanidad pública andaluza sea considerada como un asunto menor por la turba andaluza.

Harto de tanta Andalucía, mi único escape es entrar en la casa de campo donde puedo pisar un terreno más firme. Penetrar en un refugio donde se conservan algunos residuos de civilización; libros y la visión del mediterráneo mientras un olivo luce sus flores blancas que hacen competencia al manto claro de la Sierra de las Nieves.  La encantadora fluctuación de la belleza que colocan en la lontananza a esa casta corrupta e indolente. Del pequeño bosque  sale volando un mochuelo con querencia por esas encinas oscuras y sombrías de hojas perenne. Un lugar perfecto para esconderse de miradas curiosas durante el día. Y yo, con él, de todos los andaluces que siguen condenándonos al último puesto de toda Europa.

Sergio Calle Llorens



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