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miércoles, 20 de marzo de 2013

MOU EN LA NIT DE LA CREMÁ


Mourinho reúne todos las características del buen portugués; nacionalismo basado en el odio al vecino español, paranoico y malas formas a la hora de reconocer sus faltas. Un tipo al que sólo acepta los premios cuando el premiado es su santa persona o, en su defecto, algunos de sus compatriotas. En definitiva, estamos ante un señor que no le han corrido ya a gorrazos porque juega en el equipo que cuenta con la protección de lo que se conoce como la central lechera. Tampoco en los títulos que ganan los demás se encuentra Mou cómodo y, de ahí que suela poner todo tipo de excusas para no reconocer que le han vuelto a mear la oreja. Lo hacía en Inglaterra con el Chelsea, lo hizo en Italia con su Inter y, por supuesto, lo ha vuelto a hacer en España con el Madrid. Las excusas del malencarado portugués son siempre las mismas; el calendario, persecución arbitral, favoritismo al contrario. Con esta estrategia mantiene una alta presión arbitral sobre los colegiados que le da un gran resultado. Sólo les daré un dato ciertamente ilustrativo; desde 2008, al Barça, su eterno rival, le han pitado 14 penaltis a favor menos que al Madrid y dos más en contra. Sin embargo, Mou y los suyos siguen erre que erre con la cantinela de la teoría conspirativa.

También llegó a protestar cuando Cristiano Ronaldo volvió a perder el balón de oro en favor de Messi. Decisión que el luso consideraba y, considera, a todas luces injustas. Ahora vuelve a acusar a la FIFA de “irregularidades en la elección del mejor entrenador del mundo” en una entrevista a la televisión de Portugal. En ella, llegó a afirmar que “los amigos de Del Bosque tuvieron mucho que ver en esta irregular decisión. Y todo porque unos “amigos” del iluso portugués le habían confesado que habían votado por Mou y no por el entrenador español. No tardó en reaccionar la FIFA con un comunicado dejando claro que la votación había sido limpia. No creo que a nadie en su sano juicio sea capaz de poner en duda los logros de Del Bosque, ganador del mundial y de la última Eurocopa en la que España arrasó a Italia en la final, tras dejar fuera a los eternos perdedores portugueses.

Mou ha convertido a la religión madridista en una enfermedad incurable. Ya ni siquiera se atreven los blancos a poner límite a las acusaciones del luso sobre el premio al mejor entrenador del mundo logrado por un gran madridista como Vicente del Bosque. Lo verdaderamente trágico de esta historia es que este señor tan maleducado tiró con bala la misma tarde que tenía que estar apoyando la candidatura de Madrid a los juegos olímpicos de 2020. Incumplió su palabra dada, y optó por criticar al entrenador español en vísperas de partidos importantes para España.

Hablemos claro, Mou odia profundamente a España y a los españoles. Recuerden como en la Eurocopa criticó a España en su primer partido pero fue incapaz de felicitarla por el título alcanzado, siendo la única selección europea que ha encadenado Eurocopa, mundial y Eurocopa de una tacada. En vez de brindar por España, guardó silencio que sólo rompe para insultar a un país que está literalmente harto de sus payasadas.

Ser portugués en España no es nada difícil cuando se tiene el poder que conlleva ser el entrenador del club con más presupuesto del mundo. Cualquier manifestación suya es atendida por los medios. Nunca nadie tuvo tanto poder en un club, y nunca nadie hizo literalmente el ridículo con manifestaciones  más propias de un paranoico que de una persona con la cabeza amueblada. Lo difícil, por supuesto, es venir de la tierra de acomplejados que fracasan donde van. Portugal como nación es un ejemplo de todo lo malo. Es la última en  y en la Unión Europea la conocen como” la  nación muerta”. Oporto, la segunda del país, se cae a pedazos. No ha habido nadie que haya aprovechado menos las ayudas de la Unión que los portugueses. Incluso Andalucía, con su latrocinio institucionalizado y sus corruptelas, está a años luz de ese patético país que si en teoría tiene una hora menos, en la práctica lleva dos décadas de retraso con el resto del continente. La culpa no es de nadie, y menos de España, sino de los estúpidos lusitanos. Vivir en España sólo les hace convencerse de la mierda de nacionalidad que tienen. Siempre estarán por detrás y, aunque les pese, la única forma de ver copas, es por televisión al contemplar como los españoles las van coleccionando en todas las modalidades deportivas. Y cuando perdemos, no nos da por patear las cabezas de los jugadores contrarios como suele hacer Pepe.

Hay que entender a Mou, con sus manías, sus malos modos, su complejo de inferioridad; es portugués y eso lo dice todo. Debería agradecer que en la Nit de la Cremá los valencianos no hayan decidido hacerle un hueco en los Nitos y ver como ardía su pestilente cuerpo con un letrero que diría; “Fea y Portuguesa chúpate esa”.

Sergio Calle Llorens




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