Siempre sospeché que mi amigo
Carlos tuvo su primera experiencia sexual en los boys scouts, sin embargo, y para mi sorpresa, lleva casi toda una vida persiguiendo mujeres, casi tanto como la inteligencia hace lo propio con él. En ambos casos sin mucho éxito. Sin embargo, hay algo en lo que destaca maravillosamente, cuando se olvida de lo que tiene entre las piernas, y es el de vivir sin dar palo al agua. Como vive en
Andalucía, se metió a sindicalista, que es la prima hermana del latrocinio institucionalizado. En la actualidad, anda preocupado, el muy cabrito, por los recortes en educación. Piensa, equivocadamente, que la calidad del sistema se basa en el dinero que se vaya a gastar el gobierno de turno en el asunto. El pobre no tiene ni repajolera idea de lo que habla. Les explicaré las causas.
Alemania tiene una población de 82 millones y una renta per cápita de 32.322 millones, y su gasto en educación es de un 4,4% del PIB, igual que
España. Los cabeza cuadras, en cambio, tienen 3453 investigadores por millón de habitantes, mientras que en España contamos tan solo con 460. La diferencia radica en que la universidad germana se basa en la excelencia, como todo su sistema educativo, y aquí desde la época de
Paquito, los departamentos de las distintas facultades están llenos de enchufados, conocidos y meapilas. Sorprendentemente, para una población que duplica a la española, los alemanes cuentan con 70 universidades, 4 menos que en España. Una cifra que no sorprende a nadie, porque nuestro país, por tener, tiene hasta aeropuertos peatonales. Además, no hay ninguna universidad española entre las cien primeras del mundo. Da que pensar, ¿verdad? Pues piensen.
Sigamos con las comparaciones,
Finlandia que en el pasado tenía una educación pero que la nuestra, es la primera nación en el ranking y gasta menos dinero que nosotros. Muchos bobos piensan que los escolares finlandeses están por encima de los nuestros por el clima. Ya saben, ese frío intenso que les hace estar en casa e hincar codos. El problema es que en la escuela finlandesa de
la Costa del Sol, los fineses obtienen los mismos resultados espectaculares que sus compatriotas del norte. Vayamos al informe PISA, ese examen cada tres años que mide las capacidades de los alumnos de 15 años de 57 países en ciencias, matemáticas y lecturas. En España, casi 20.000 alumnos de secundaria de 686 coles e institutos. Los resultados fueron los siguientes:
Ciencia
1- Finlandia con 563 puntos
33- España con 488 puntos
El aprobado lo marca la media de los países de la OCDE (491 puntos), por lo que ya tenemos el primer suspenso. Andalucía alcanza solamente 469 puntos.
Matemáticas
1- China Tapei 549 Puntos
2- Finlandia 548 Puntos
31- España 480
*Andalucía 461 Puntos, tan solo por delante de Canarias que, aunque se llamen afortunadas, no tienen la fortuna de ser gobernadas por gente decente. Además la República Bananera de Andalucía se sitúa al mismo nivel que Grecia. El país donde hay menos gente honrada por metro cuadrado del mundo. Por cierto, hasta en Azerbaiyán obtienen mejores resultados en este apartado que en la patética autonomía andaluza
Lectura
1- Corea del Sur 548 Puntos
2- Finlandia 547 Puntos
35. España 461 Puntos
• Andalucía vuelve a ocupar en este apartado el vagón de cola. Lo que quiere decir que nuestros hijos no entienden lo que leen, es decir que a la cuarta línea se encuentran tan perdidos como
María Gámez en un congreso de mentes brillantes.
Otro asunto a destacar es el tema de las patentes, ya que por cada 10 patentes españolas, los italianos hacen 40, los holandeses 70 y los alemanes 250. A pesar de todos los datos presentados, todavía hay gente del pelotón de los idiotas- fíjense en los del
15 M- que sigue afirmando que todo es cuestión de dinero. Ni siquiera se fijan en
Corea del Sur con un presupuesto cuatro veces más bajo en educación, está a la cabeza en educación. Igual pasa con Finlandia donde sus escolares aprenden a hablar varios idiomas al final de su educación en el instituto, mientras que en lugares como Andalucía, los escolares no sólo no aprenden idiomas, sino que terminan farfullando un dialecto incomprensible.
En mi modesta opinión, hay que recortar en educación, suprimir ayuntamientos, el senado y autonomías tan inútiles como la andaluza. Posteriormente hemos de repensar un plan educativo basado en la excelencia, en el esfuerzo, y no en el igualitarismo. No podemos permitirnos, ni un minuto más, que una masa vociferante y estúpida tome los claustros y nos siga imponiendo su demagogia y su estulticia. Hay que quitar poder a las asociaciones de padres, para huir de esa tipo de democracia que
Menéndez Pelayo llamaba “frailuna”. Gente que está alejada del estudio y del pensar. Personas poco viajadas y leídas que no consienten, allá ellos, que a sus retoños les levante la voz un maestro, ahora llamados colegas. Desgraciadamente, el español actual está lleno de complejos y de taras intelectuales que les impide ver que es el momento del trabajo, el esfuerzo y el respeto por las buenas formas, si no queremos volver a perder el tren del futuro. Sí, soy consciente de que muchos no aceptarán jamás este tipo de sistema educativo por aquello de que los cerdos no suelen apreciar las margaritas. Como mi amigo el sindicalista, ese que sacará su bandera republicana para gritar viejas consignas del pasado, tratando de convencernos de la canallada de los recortes. Pero entre usted y yo, no debemos fiarnos de tipos que suelen montárselo con un calcetín tricolor. ¡Que conste en acta!.
Sergio Calle Llorens